■ Personal del SACM, UNAM y empresas privadas bajó a las entrañas de la ciudad
Detectan 11 puntos del drenaje que demandan cirugía mayor
■ Los trabajos de mantenimiento incluirían limpieza a presión e inyección de concreto en las paredes del tubo de 6.5 metros de diámetro
■ Las obras, a lo largo de 165 kilómetros de la red
Ampliar la imagen Ayer comenzaron los trabajos en la lumbrera cero, para dar mantenimiento al emisor central Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen Ayer se inició la inspección del primer tramo de 140 metros, entre la lumbrera 0A y 0B. En la imagen, descenso de un camión todo terreno Unimog, que supervisará hasta la lumbrera 5 Foto: Roberto García Ortiz
Con trajes de plástico para protegerse de gases, botas con peto de hule tipo bombero, cascos, mascarillas y un tanque de oxígeno empezó ayer el primer descenso oficial, desde 1975, de trabajadores del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), de empresas de consultoría y de personal del Instituto de Ingeniería de la UNAM, que fotografiarán y grabarán los daños en los 50 kilómetros del emisor central y los 115 kilómetros de los interceptores del drenaje profundo.
El director del SACM, Ramón Aguirre Díaz, confió en que las siete semanas siguientes, antes de la temporada de lluvias, serán “suficientes” para tener un diagnóstico detallado de la situación que prevalece, y “tomar las decisiones técnicas a realizar en la próxima temporada de estiaje”, en noviembre.
Se trata, dijo, de restituir la capacidad de desagüe de aguas negras, reducido en 30 por ciento, al pasar de 170 a 120 metros cúbicos por segundo, derivado de las rugosidades de sus paredes por el deterioro del concreto de los túneles por gases metano y sulfhídrico, por lo cual se “atacarán” 11 frentes de trabajo, donde se detectaron las “peores condiciones e iniciar a partir de ya las reparaciones necesarias”.
Las empresas consultoras Lumbreras y Túneles y Didac, así como el Instituto de Ingeniería de la UNAM documentarán la situación en que se encuentra el emisor central y sus interceptores, y determinar las acciones a seguir en cada caso, para evitar un “colapso” en el área conurbada, para lo cual se cuenta con 200 millones de pesos provenientes del Fondo Metropolitano.
Las reparaciones estarán a cargo de las empresas Lombardo Construcciones, Estrella, ICA, Peninsular, Ideal y Construcciones y Trituraciones, y la valoración de los signos vitales de los ingenieros, buzos y personal que descenderá a las lumbreras será prestado por servicios de salud, como sucedió ayer en la número cero, donde nueve trabajadores del SACM se adentraron en el drenaje profundo.
Con el apoyo de una canastilla y una grúa fueron bajados lentamente hasta sus entrañas, donde se mantiene un afluente de entre 30 y 60 centímetros de alto, para iniciar la inspección del primer tramo de 140 metros, entre la lumbrera 0A y 0B, apoyándose posteriormente en un segundo grupo que contará con un camión todo terreno Unimog, que supervisará hasta la lumbrera 5; así como en un sistema de comunicación, para atender de inmediato cualquier emergencia.
A las ocho de la mañana el director del SACM, junto con un grupo de camarógrafos y fotógrafos, descendió también, después de dos horas que comenzó el proceso de medición de gases tóxicos y la eliminación de malos olores, mediante la disolución de químicos. A su salida señaló que las condiciones del tubo de 6.5 metros de diámetro son las mismas que se observaron en las imágenes difundidas en un video de hace dos años. Las varillas están expuestas y el concreto corroído, por lo cual propuso limpiarlo a presión e inyectar concreto en las paredes. La solución final dependerá de los especialistas y empresas constructoras, precisó.