Usted está aquí: martes 11 de marzo de 2008 Política Termina congreso indígena con enérgico rechazo a las políticas neoliberales

■ Advierten de maniobras ilegales del gobierno para privatizar tierras y recursos

Termina congreso indígena con enérgico rechazo a las políticas neoliberales

■ Insisten delegados en que autoridades deben reconocer “la totalidad del territorio wixárica”

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Tuapurie, Jal. 10 de marzo. Al concluir la vigésima reunión del Congreso Nacional Indígena (CNI) en el paraje Awatsiat’a (o Ciénaga de los Caballos) en territorio wixárika (huichol), los delegados de pueblos y tribus de distintas regiones del país rechazaron los planes y megaproyectos cuya finalidad sea “el despojo y la privatización de nuestros territorios y recursos naturales, así como la destrucción de nuestras culturas y la explotación de hombres y mujeres en el campo, las ciudades y el extranjero”.

Manifestaron su oposición a la privatización de los energéticos, patrimonio del pueblo de México, para favorecer intereses extranjeros; la siembra y venta de maíz transgénico en cualquier punto del territorio nacional, y la utilización del maíz para agrocombustibles.

En su pronunciamiento, el CNI destacó: “fuimos convocados por las autoridades tradicionales de Tuapurie en un momento en que la comunidad ha impedido la ilegal construcción de la carretera Amatitán-Bolaños-Huejuquilla el Alto, en el tramo correspondiente a su territorio”, proyecto que pretende fragmentar y privatizar el territorio huichol como parte de los proyectos que en el país entero imponen las trasnacionales por conducto del Estado. Los wixaritari reaccionan contra “lo que el mal gobierno llama ‘proyecto de desarrollo’ manifestando que no quieren ese modelo tan destructivo, sino estar bien con la madre tierra”.

Las políticas neoliberales del gobierno mexicano para privatizar tierras y recursos naturales de los pueblos “se han agudizado hasta un grado de ilegalidad, impunidad y violencia nunca antes visto, valiéndose de contrarreformas constitucionales y leyes aprobadas en años recientes utilizando mecanismos ilegales, como la falsificación de actas de asambleas de ejidos y comunidades”.

Los indígenas denunciaron que “la guerra de conquista capitalista busca la destrucción de nuestros maíces, la aniquilación del aparato productivo nacional y el desmantelamiento de las economías campesinas y comunitarias mediante tratados de libre comercio, la pérdida de nuestra soberanía alimentaria, la explosiva migración que ha convertido a nuestro país en el principal expulsor de fuerza de trabajo a escala mundial, la privatización de los energéticos y el desmantelamiento de la seguridad social”.

El CNI insistió en el reconocimiento de la totalidad del territorio ancestral wixárika, lo cual incluye a la comunidad autónoma wixárika Bancos de San Hipólito, Durango, sobre una superficie comunal de posesión inmemorial, “ilegalmente titulada en favor de la comunidad mestiza de San Lucas de Jalpa”. Denunció “el hostigamiento de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Durango. Al igual que Tuapurie, Bancos de San Hipólito se encuentra amenazado por un megaproyecto carretero para trasladar mercancías del norte y el centro a las costas del Pacífico en los tramos Zacatecas-Ruiz y Durango-San Juan Peyotán”.

Denunció especialmente la intromisión de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y la Comisión Indígena de Jalisco en las comunidades San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de los municipios Mezquitic y Bolaños, donde han provocado división. El CNI apoya su “justa lucha por la recuperación de su territorio invadido en Puente de Camotlán, Huajimic y Cañón de Tlaxcala”.

 
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