■ El árbitro anuló dos goles a los Rayados
Delgadillo desequilibra la contienda La Volpe-Lapuente
Monterrey, 8 de marzo. Ni Lapuente ni La Volpe. El árbitro Paul Delgadillo se robó el protagonismo y sembró la polémica al anular dos goles legítimos a los Rayados, que cayeron en su casa 2-3 ante los Tigres, en partido que no defraudó la gran expectativa generada.
Tigres tomó la delantera al minuto 11, con gol de Lucas Lobos, y Arturo Rivas redondeó con tantos a los minutos 54 y 76. Por Monterrey anotaron Luis Pérez, al 45, y Jared Borgetti al minuto 85. La escuadra de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) llegó a 12 puntos en el grupo tres, mientras Monterrey se quedó con 10 en el sector dos.
Ante inmejorable marco, un estadio pletórico y jugosas ganancias para la reventa que vendió boletos por arriba de mil pesos, el partido comenzó con unos Tigres acosando la meta de Rayados; sin embargo, lo único que lograron fue un par de tiros de esquina.
La primera opción importante fue para Monterrey y se diluyó en los pies de Robert de Pinho, quien avanzó por el costado derecho, encaró al portero Cirilo Saucedo, cuyo atinado lance le permitió desviar a tiro de esquina el venenoso remate del brasileño.
Los primeros en estallar en festejos fueron las porras de Tigres, minoría en el estadio Tecnológico, cuyas gradas se pintaron de azul y blanco. Al minuto 11 los dirigidos por Manuel Lapuente inauguraron el tablero con extraño gol de Lucas Lobos.
El primer tanto
La acción derivó de un tiro de esquina que cobró Javier Saavedra; la zaga hizo un mal despeje y de atrás llegó Lobos con un tiro potente, pero mal asestado, por lo que antes de anidarse en la meta el esférico botó dos veces entre cuatro rayados que no pudieron alejar el peligro.
Los roces se incrementaron, la rispidez afectó más a la UANL, pues sufrió tres amonestaciones (Fabián Cubero, Saavedra y Jesús Chávez) antes de recibir el gol del empate. El primer aviso del Monterrey ocurrió al minuto 41, cuando José Joel González prefirió ceder al Chupete Suazo, en vez de encarar al portero Saucedo.
Enseguida Luis Pérez logró la igualada con un soberbio tiro directo desde un costado de la media luna. Por fin el festejo explotó a plenitud y no faltaron las broncas que provocaron la intervención de la policía.
Lapuente ingresó al Kikín Fonseca por Fabián Cubero y al minuto 53 llegó el baño de agua que silenció a los seguidores del Monterrey. Lucas centró desde la izquierda, Arturo Rivas, La Palmera, tuvo mejor reacción que el portero Christian Martínez y a quemarropa remató para devolverle la ventaja a su equipo.
La Volpe también movió fichas; ingresó a Carlos Ochoa, Jared Borgetti y Arturo Alvarado. Pero antes tuvo que digerir el 3-1 de parte del mismo Rivas, quien aprovechó un tiro de esquina abierto, sin marca cabeceó a placer y de nuevo Martínez se vio lento en su vuelo hacia el poste derecho.
Borgetti acortó distancia con lapidario cabezazo, pero luego vino la catástrofe arbitral. Delgadillo anuló lo que parecía legítimo gol a Jesús Arellano, al minuto 42; luego Borgetti volvió a anidar el esférico en las redes. De nueva cuenta, el silbante, apoyado en sus auxiliares, lo anuló.