■ Inicia el encuentro con un homenaje al cómico y un reconocimiento a Gustavo Santaolalla

Dedican el Festival Internacional de Cine de Guadalajara a Tin Tan

■ Honrarán al pachuco de México con una muestra fotográfica y la proyección al aire libre de El rey del barrio, entre otras actividades

■ Tongolele entregó a la viuda e hijos del actor un Mayahuel de Plata póstumo

■ La ceremonia cerró con la cinta Café de los maestros, sobre la historia del tango

Juan José Olivares (Enviado)

Guadalajara Jalisco, 8 de marzo. Con un homenaje a Germán Valdés, Tin Tan –“el primer mexicano del siglo XXI”, como lo calificó el cantante del grupo Maldita Vecindad, Roco–, la entrega del premio Guadalajara para el músico argentino Gustavo Santaolalla, además de la presentación de toda la oferta del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, se inauguró anoche la edición 23 de este encuentro fílmico, que exhibirá lo más actual del cine iberoamericano y mexicano, en cuanto a los géneros de ficción, documentales y cortometrajes se refiere.

El auditorio Telmex de la capital jaliscience (aunque su ubicación precisa es en el municipio de Zapopan) lució casi a su máxima capacidad para presenciar el protocolo de inauguración. Los actores Daniel Giménez Cacho y Arcelia Ramírez fueron los encargados de recetar lo más importante del programa, antes de que en la pantalla del inmueble se proyectaran algunas secuencias representativas del pachuco de México.

Un video con entrevistas a Rosalía Valdés, José Agustín, José Manuel Aguilera, Saúl Hernández, entre otros, formaba el marco para entender la importancia que tiene este personaje en la cultura popular mexicana, que también será objeto de una exposición fotográfica en el paseo Chapultepec (con imágenes proporcionadas por la familia, entre las que, por supuesto, no estará la famosa foto tomada por Héctor García, de Tin Tan desnudo mientras se baña en un hotel de La Habana), donde en días próximos se exhibirá al aire libre la cinta El rey del barrio, así como la presentación de un libro escrito por Emilio García Riera sobre El Pachuco.

“El rebelde de México”

Previamente, el público otorgó una rechifla a los presidentes municipales de Guadalajara, Alfonso Petersen, y de Zapopan, Juan Sánchez, no tan populares como Tin Tan, descrito por Roco como “el rebelde de México, artífice de la cultura subterránea de nuestro país y creador del pachuquismo”. Mientras que para el escritor José Agustín el actor fue “la resistencia ante las propuestas del sistema”.

Al ver imágenes de fragmentos de películas como Calabacitas tiernas y Mátenme porque me muero, por mencionar algunas, la gente en el auditorio aplaudía, reía y gozaba con las ocurrencias de Tin Tan. En tanto, los familiares del extinto comediante, Rosalía Julián, su viuda, y sus hijos Carlos y Rosalía (ésta última regaló unas frases en lenguaje pachuco) recibían de manos de Yolanda Montes, Tongolele (otra pareja artística del actor), un Mayahuel de Plata póstumo.

Lo que no disfrutaba la audiencia era el mal guión de la presentación de la gala, el cual tuvo que ser improvisado por las habilidades histriónicas de Giménez Cacho y Arcelia Ramírez.

Vino después el anuncio de algunos homenajes que se efectuarán, entre éstos, el reconocimiento que se le brindará a Bertha Navarro, quien el lunes recibirá el Mayahuel de Plata por su trayectoria como productora, así como el homenaje a los argentinos Fernando Biri, Lita Stantic y Fernando Solanas, pilares del cine pampero, además de un reconocimiento a la filmografía de ese país sudamericano. Al respecto, el embajador de Argentina en México, Jorge Raúl Yoma, confirmó su agradecimiento a nuestro nación, porque, “cuando la dictadura se encrudecía, miles de argentinos llegaron a este país bendito, en el que encontraron paz y familia”.

También subió al escenario Gustavo Santaolalla a recibir su premio de manos de Joselo, de Café Tacvba.

Clausura con tango

Cerró la ceremonia la exhibición del documental Café de los maestros, producida por el propio Santaolalla, Lita Stantic y dirigida por Miguel Kohan.

Café de los maestros, suerte de apología a los más chipocludos músicos de tango, una especie de Buena Vista Social Club de Argentina y Uruguay, “no es una cinta de nostalgia, porque en una sociedad gobernada por las cosas de los jóvenes, con sus High School Musical, hemos perdido lo que las sociedades tribales mantenían como algo importante: el respeto a los mayores”, por eso “tiene varias lecturas”, como lo aseguró Gustavo Santaolalla.

La cinta documental muestra “esta forma de vida que es el tango”. Es un retrato de algunos de los excepcionales músicos de este género, incluyendo a los creadores del repertorio clásico y a los fundadores de diversos estilos, que encontraron la fama en los años 40 y 50, “época dorada del tango”.