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Reuters

¿Adiós a las prostitutas?

Amsterdam. Las autoridades de la ciudad han puesto en marcha una limpia de su “Zona Roja”, con el fin de combatir el tráfico de seres humanos, el lavado de dinero y el abuso de drogas, en una decisión que busca sustituir los escaparates de las prostitutas por tiendas sofisticadas.

El alcalde de Ámsterdam, Job Cohen, anunció hace algunas semanas en rueda de prensa que el plan es acabar con los delincuentes organizados, cuya creciente influencia ha corrompido el histórico centro de la ciudad.

“El cuadro romántico de la zona está caducado si se tienen en cuenta los abusos en la industria del sexo, y por eso tiene que actuar el ayuntamiento”, sostuvo Cohen en diciembre pasado. “No queremos deshacernos de la prostitución, pero sí acabar con el delito”, agregó.

Cohen remarcó que la ciudad quiere revertir parcialmente la completa legalización de la prostitución introducida en Holanda en 2000 porque no consiguió los objetivos que se proponía, de sacar a la profesión de la sombra y proteger a las trabajadoras sexuales.

La ciudad quiere luchar contra la prostitución forzosa, acabando con proxenetas y con las exigencias de los propietarios de los burdeles y las agencias de acompañamiento, y además quiere elevar la edad mínima de las prostitutas de 18 a 21 años.

Las prostitutas han ejercido su profesión en los estrechos callejones del centro histórico de Ámsterdam durante siglos, y en la actualidad son un gran reclamo turístico.

El vicealcalde Lodewijk Asscher dijo que la ciudad quiere restaurar una serie de edificios históricos y revertir el declive de una gran zona donde se alinean burdeles, clubes de sexo y cafés que venden mariguana.

Los escaparates con luces de neón que recaudan unos 70 millones de euros (100 millones de dólares) al año deberían limitarse a unas pocas calles.

Estas construcciones serán sustituidas por apartamentos y tiendas lujosas, así como hoteles y restaurantes de alta calidad, dijo Asscher.