■ Con machetes en alto, excarcelados del FPDT confirman su lucha
El golpe gubernamental a Atenco no nos aniquiló, afirma César del Valle
Texcoco, Méx., 8 de marzo. “Cuando un sistema de gobierno no piensa en otra cosa más que en golpear y reprimir a las organizaciones sociales, éstas aprenden a sobrevivir. Ahora les decimos que el golpe que nos dieron (en San Salvador Atenco en mayo de 2006) no nos aniquiló, seguimos avanzando, lento pero seguro, y ahora con más fuerza resistiremos”, afirmó esta madrugada César del Valle Ramírez, al salir del reclusorio Molino de Flores, junto con Georgina Edith Rosales Gutiérrez y Rufino González Rojas, tras 22 meses de prisión por el enfrentamiento ocurrido en ese municipio hace casi dos años.
Los tres, al igual que 25 de sus compañeros que enfrentaban un proceso en libertad, fueron exonerados de los delitos de secuestro equiparado y ataques a las vías generales de comunicación que se les imputaba, luego que el cuarto tribunal colegiado del segundo circuito con sede en Toluca ratificó dos amparos.
La noche del viernes y la madruga del sábado fue larga para los integrantes y simpatizantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), pues la espera para ver a su compañeros libres se prolongó 15 horas, una vez que se resolvieron los amparos.
Los trámites, primero en el noveno juzgado de distrito de Nezahualcóyotl y después en el juzgado primero de lo penal y en la aduana del reclusorio culminaron a las 3:30 horas del sábado, cuando los activistas dejaron la cárcel.
Ante la larga espera, los más de 300 atenquenses que se congregaron fuera del penal manifestaron su inconformidad golpeando las rejas de los juzgados, durante dos horas, con sus machetes, palos, piedras o cualquier objeto a la mano.
Segundos después de salir por el portón principal de la aduana, Del Valle Ramírez, Rosales Gutiérrez y González Rojas, aún vestidos con el uniforme de la prisión, tomaron el machete y el paliacate distintivos del movimiento y ratificaron su compromiso de seguir luchando por la defensa de sus tierras y la libertad de sus 13 compañeros presos en los penales Molino de Flores y El Altiplano.
“Hay una falta de responsabilidad de parte del gobierno, y negligencia de los jueces, porque estuvimos 22 meses en prisión y al final nos exoneran, como si nada hubiera pasado. Nuestra libertad no es gracia del gobierno, es resultado de la presión que han ejercido las organizaciones que nos han apoyado. Lo que les decimos ahora es que sigamos organizando y resistiendo, porque en esta lucha por cambiar las cosas no sólo estamos nosotros, sino Oaxaca y Chiapas”, dijo Del Valle, hijo de Ignacio del Valle, dirigente del FPDT recluido en el penal del Altiplano.
El rencuentro con sus compañeros de lucha y familia fue emotivo. Abrazos, consignas y llanto que colmaron el plantón que realizan en el estacionamiento del reclusorio.
Ahí se encontraba María Trinidad Ramírez, madre de César. También Cecilio Ramírez Espinosa y Guillermo y Mariana Selvas, padre e hija; estos tres últimos cumpliendo su compromiso que refrendaron también al salir de la cárcel exonerados la madrugada del 26 de enero pasado.
En medio de un intenso frío, se realizó un mitin y más tarde se trasladó a la explanada principal de San Salvador Atenco, donde decenas de pobladores aguardaban el arribo de sus compañeros.