■ En la pasada década también aumentó el número de desempleadas, señala en informe
OIT: crece cifra de trabajadoras en el orbe; aún son mal pagadas
■ Consiguen empleos de baja productividad, vulnerables y sin protección social ni derechos
■ La mayoría de naciones, con largo camino por recorrer para lograr su integración económica
Ampliar la imagen Los empleos que se ofrecen a mujeres suelen ser mal pagados y sin prestaciones Foto: Archivo
La cantidad de mujeres que participan en los mercados laborales del mundo ha aumentado considerablemente, al grado que es la más alta de la historia, pues son mil 200 millones en esa condición. No obstante, estas trabajadoras están más expuestas que los hombres a tener plazas laborales de baja productividad, mal pagadas y vulnerables, sin protección social ni derechos, establece el informe Tendencias mundiales del empleo de las mujeres; marzo 2008, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El estudio refiere que el número de mujeres con empleo aumentó en 200 millones durante la pasada década hasta alcanzar dicha cifra, pero señala que también en el mismo lapso creció el número de desempleadas, de 70.2 a 81.6 millones.
Según este organismo, el mundo laboral constituye un ámbito central en la búsqueda de soluciones a la “desigualdad de género y la falta de progreso de las mujeres”, pero acota que es la promoción del trabajo decente entre las mujeres lo que “potencia a las sociedades y estimula el desarrollo económico y social de todos”.
Advierte también que la proporción de mujeres con empleo vulnerable, es decir, en las categorías de trabajadora familiar o auxiliar no remunerada o por cuenta propia, y no en la de trabajadora remunerada y asalariada, bajó de 56.1 a 51.7 por ciento de 1997 a la fecha. Sin embargo, subraya que la vulnerabilidad sigue afectando a más gente del sector femenil que del varonil, en especial en las regiones más pobres.
Este estudio también señala que en el mundo hay poco menos de 70 mujeres económicamente activas por cada 100 hombres en esa condición, y remarca que la decisión de no integrarse a la fuerza laboral para aquellas no es una opción, sino una imposición cultural.
De igual forma establece que durante la década pasada, el sector de servicios superó al de agricultura como principal proveedor de empleo para las mujeres, tanto así que en 2007 sólo 36.1 por ciento de las mujeres trabajaba en la agricultura, mientras que 46.3 por ciento en servicios, y expone que la tasa mundial de desempleo femenino fue de 6.4 por ciento, frente a 5.7 por ciento de los hombres.
La OIT refiere que para muchas mujeres el cambio de un empleo vulnerable hacia la categoría de trabajo remunerado y asalariado puede representar un paso importante para su independencia económica y autodeterminación, y agrega que mientras más pobre es una región, mayores son las posibilidades de que permanezcan confinadas a los grupos de trabajadoras familiares auxiliares o trabajadoras por cuenta propia.
Subraya que el acceso a los mercados laborales y a un trabajo decente y productivo son aspectos cruciales para una mayor igualdad de género y agrega que en general las políticas para mejorar las oportunidades de participación de las mujeres en los mercados laborales en condiciones de igualdad producen resultados, pero refiere que debido a la lentitud con la cual se producen los cambios, las diferencias aún son considerables.
“La mayoría de las regiones tienen un largo camino por recorrer para lograr la total integración económica de las mujeres y para aprovechar su gran potencial para el desarrollo.”