Por Rocío Sánchez
Según la Organización Mundial de la Salud,
en el mundo se realizan 20 millones de
abortos al año. Aurora escucha la cifra y
fija la mirada en el vacío. “Imagínate qué tan
desesperada debes estar para recurrir a algo así.
Imagínate cómo se sienten esos millones de
mujeres después de hacer eso”.
Ella lo sabe muy bien. Hace siete meses
acudió a los servicios de salud del Gobierno
del DF para interrumpir su embarazo de siete
semanas. A sus 24 años, vivió el peor momento
de su vida, dice, al tener que tomar la decisión.
“Lo peor de todo es que no me cuidé. Siempre
lo hacía con condón y pensé que por una vez
no iba a pasar nada. Luego tomé la anticoncepción
de emergencia, pero no funcionó”.
Por eso, al inicio estaba segura de que tendría
que seguir con el embarazo pues había
sido su culpa y ahora se tenía que aguantar.
“Ya ni siquiera culpé a mi novio; los hombres
son así, si no les dices nada, se siguen”. Pero
al reflexionar sobre su situación, la duda, la
angustia y el miedo la inundaron. Con un sueldo
de 800 pesos quincenales como afanadora
de una guardería, con una pareja sin trabajo
y viviendo en una pequeña casa rentada con
sus padres y hermanos, supo que un hijo cambiaría
dramáticamente su vida.
Era agosto y todavía estaba fresca la discusión
sobre el aborto en los medios de comunicación.
Todas las interrogantes pasaron por
su cabeza. ¿Es ya mi hijo? ¿Sufrirá? ¿Quedaré
estéril? ¿Y si luego me arrepiento? ¿Y si me
muero? Fueron días de insomnio y soledad.
Sabía que no tenía tiempo, tenía que decidirlo
ya, pero ¿cómo?
¿Ser humano o ser en potencia?
Los argumentos de los opositores de la legalización
del aborto en la ciudad de México
han sostenido que el embrión es humano desde el momento de la concepción. En esta
discusión del ser se ha basado gran parte del
alegato sobre si interrumpir un embarazo es
matar a una persona o es cortar el desarrollo
de un ente que, en potencia, puede llegar a
ser humano.
Los mismos ministros de la Suprema Corte
de Justicia, que tienen en sus manos declarar la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de la ley, se hacen esa pregunta. Desde lo
estrictamente biológico, el neurofísico de la
UNAM, Ricardo Tapia, responde al ministro
Salvador Aguirre Anguiano que “mientras no
se hayan establecido los circuitos neuronales
con todas sus conexiones sinápticas..., es
difícil aceptar que exista dolor, conciencia,
sufrimiento, gozo, pensamiento o cualquiera
de las funciones mentales que diferencian al
hombre de otras especies de mamíferos”. Este
desarrollo de una conexión eficiente entre las
neuronas, que indicaría que hay funciones
cerebrales, no parece ocurrir antes de las 30
semanas de gestación, señala el investigador.
Para quien se opone absolutamente al
aborto es difícil aceptar esta definición de
persona relacionada con la función cerebral, y
sostiene que el simple hecho de que el óvulo
fecundado ya cuente con el mapa genético
humano completo es señal de que se está ante
un ser humano.
La discusión se ha quedado empantanada
ahí, en la potencialidad humana del embrión.
Aprovechando ese atolladero, grupos anti-aborto
apelan a la culpa y los remordimientos acuñando
un supuesto síndrome post-aborto, un
tipo de cuadro de estrés post traumático que
aparece “incluso diez o quince años” después
de que la mujer interrumpe un embarazo.
“Se ha visto que la mayoría de las mujeres
lo desarrolla aunque no sea inmediatamente
después del evento”, explicó en entrevista
Laura Cabazos, responsable de Investigación
y Desarrollo de la organización Construye,
Observatorio Regional para la Mujer de
América Latina y el Caribe, que busca conciliar
el rol familiar tradicional de las mujeres y su
incursión en el ámbito laboral.
El aborto, dice, no es uno de los temas
centrales de su trabajo, pero sí es un problema
importante por como afecta a las mujeres. “A
lo mejor en ese momento sienten que se libraron
del problema pero después al ver niños
piensan que si hubieran tenido un niño así,
empiezan estos problemitas psicológicos y se
empiezan a sentir muy culpables”. Esto, lamenta
Cabazos, no se les advierte a las mujeres y lo
peor es que esta problemática “no hay manera
de solucionarla”.
Desde los grupos que se definen pro elección
—que no pro-aborto— se reconoce que
esta práctica conlleva un dilema ético; la diferencia
es que, para ellos, claramente debe prevalecer
el interés de la mujer, un ser humano
consumado, sobre el del concebido no nacido,
un ser en potencia. Aunque se reconoce al
producto de la concepción como un bien jurídico
que amerita protección, no se le equipara
con una persona.
Con Vianey no se siguieron las normas
Sobre el dilema ético del aborto, Eduardo
del Castillo, coordinador del Frente por la
Cultura Laica, explica a Letra S que la ética es la
reflexión de nuestras libertades, a diferencia de
la moral religiosa, que descansa sobre los ejes
del bien y el mal. “La ética no es una decisión
preestablecida, no tiene blanco y negro, no es
solo dos opciones. Implica que nos hacemos
cargo de nuestro propio destino”.
Los argumentos conservadores enfocan
sus baterías contra lo que, afirman, es la promoción
del aborto. Nadie, se ha repetido, está
a favor del aborto. Quizás esta ha sido la única
coincidencia que se ha logrado en la discusión,
pero que parece diluida por el resto del
discurso con el que se pretende ideologizar y
politizar el tema. Nadie está en pro del aborto.
Ninguna mujer desea abortar, aunque finalmente
lo haga. El aborto es un recurso último
y que requiere un proceso de análisis personalísimo,
como el que siguió Ema.
Tenía 35 años cuando se embarazó una
segunda vez. Su único hijo tenía nueve años
y su matrimonio era estable, pero la situación
económica no le daba para mantener un hijo
más. Por eso utilizaba el DIU desde hacía seis
años. Cuando el médico les dio la noticia,
incluso él estaba apenado al ver las caras de
la pareja que se enteraba de que su método
había fallado.
“Mi esposo y yo lo platicamos mucho y
pensamos que no teníamos por qué poner
nuestra vida patas arriba, comprometer el
futuro de nuestro hijo e incluso el presente de
los tres, si habíamos hecho todo lo que estaba
en nuestras manos para evitarlo”. Para Ema el
dilema ético tuvo un tono distinto, pues ya
sabía lo que era criar y amar a un hijo, aunque
finalmente estuvo segura de que no estaba en
condiciones de tener uno más.
Sin embargo, para el sector que busca la
inconstitucionalidad del aborto, el cual aglomera
a políticos de derecha, a la Iglesia católica
y a grupos en defensa de la familia tradicional,
las mujeres que interrumpen sus embarazos
son “engañadas”, no tienen toda la información
sobre el procedimiento ni reciben ayuda
para conocer “otras opciones”, como la adopción.
Probablemente carecen de información,
pero la falta de métodos anticonceptivos, la
falta de oportunidades de trabajo o la estabilidad
emocional lleva a muchas mujeres, luego
de reflexionarlo, a encontrar una salida en la
práctica de un aborto seguro.
Ahora, la seguridad de la interrupción del
embarazo practicada en instituciones oficiales se
ha puesto en duda con la muerte de una adolescente
de 15 años, el pasado 15 de febrero en
el Hospital Balbuena, la primera registrada a diez
meses de aprobada la ley.
La Secretaría de Salud explicó que esta
muerte se dio porque el procedimiento no se
llevó a cabo como establecen las normas: no
se realizó el ultrasonido necesario para comprobar
que el embarazo tenía menos de 12
semanas y no se verificó el estado de salud de
la menor, que presuntamente padecía anemia.
Manuel Mondragón, titular de la dependencia,
lo explicó así durante un chat sostenido en la
página del Gobierno del DF: “Tenemos mil 200
fallecimientos en la ciudad por año; qué pasaría
si por la muerte de una mujer con apendicitis se
prohibiera que se hicieran apendicectomías”.
Pero ese parece ser precisamente el objetivo de los grupos conservadores al enarbolar
la figura de Vianey —la llaman ya por su
nombre— como estandarte ideológico. “Una
política pública que cause la muerte, así sea
de una sola persona, ya se puede decir que
es una política ineficaz porque ¿cuántas más
van a tener que morir para decir que no es
seguro?”. comentó Laura Cabazos.
En el afán de protección que estos grupos
creen que la mujer amerita, Cabazos va
más lejos y afirma que, aunque pugna por
la inconstitucionalidad del aborto, tampoco
está de acuerdo en que se encarcele a las
mujeres que lo practican. “A las mujeres,
pobrecitas, hay que darles opciones”. En este
sentido propone, a título personal, que no se
las castigue “porque encima de todo que las
metan a la cárcel se me hace lo más injusto,
pero los que sí pueden tener consecuencias
legales son quienes les practiquen el aborto”.
El analista Eduardo del Castillo reitera que
no es tan simple, como preguntar si se está
de acuerdo o no con el aborto. “Es como preguntarse:
‘¿Estás de acuerdo con una cirugía?’,
y tú dices: ‘Yo quisiera que nunca me hicieran
una cirugía’. El problema es que te enfrentas a
circunstancias muy específicas y haciendo una
reflexión de ellas tomas tus decisiones.”
Pero para las voces más estruendosas de
la derecha, como Paz Fernández Cueto, directora
de la organización civil Enlace, la muerte
de la joven es una oportunidad dorada. “Se
trata de una menor de 15 años llevada por
sus propios padres, quienes seguramente no
imaginaban que por esta intervención, que
prometía no tener consecuencias, se perdería
no una vida sino dos”, dice en su columna
del periódico Reforma, y compara el caso con
el de Paulina, joven a quien, al negársele su
derecho al aborto legal, no solo se le salvó la
vida, sino también la de su hijo “que, como su
homónimo (Isaac), fue salvado de la muerte”.
La de la Corte, una decisión política
En la discusión, que posiblemente se dará
en abril, las y los ministros de la Suprema
Corte de Justicia no pueden abstraerse de
esta maraña ética y biológica, enredada
aún más por la moral que se pretende
imponer desde la derecha, lo cual también
le otorga una fuerte carga política. “Los
ministros saben que van a tomar una decisión
política que tiene que ver con la salud
y la vida de millones de mujeres, con una
decisión que declare la inconstitucionalidad
de la despenalización no van a detener
los abortos, lo que van a hacer es volver a
la clandestinidad una práctica médica que
estaba regulada y atendida con todas las
condiciones que requiere el caso”, afirma
Eduardo del Castillo.
Debates similares se han dado previamente
en otros países y los máximos cuerpos de
decisión han optado por leyes liberales, más
o menos restrictivas, pero que tienden a la
despenalización.
Del Castillo espera que nuestro tribunal
esté a la altura de las circunstancias. “Tengo
a ratos mis temores porque me parece que
la derecha en este país podría sentir como
un gran triunfo que se echara eso atrás. Me
parece que sería un triunfo magro y que una
derecha tan primitiva no le ayuda en nada
a este país; una derecha que no respete ni
siquiera el derecho a decidir sería muy grave”.
Subraya que la derecha gobernaba en Francia
cuando se despenalizó el aborto.
Mientras la Corte delibera, Ema y Aurora
y tantas otras mujeres seguirán sus vidas.
Aurora asegura no estar arrepentida de su
decisión, visitó a una mujer que le leyó la
mano; le dijo que no tendrá hijos. Recuerda
esto y baja la mirada, dice con un hilo de
voz, como esperando una sentencia: “Por
mala, ¿verdad?”
Antecedentes internacionales |
El abogado Pedro Isabel Morales Aché analizó los debates judiciales en torno al aborto en
Estados Unidos, Alemania, Italia y España, y encontró argumentos comunes que llevaron a
legislaciones abiertas sobre el tema.
1. Se reconoce que tanto los derechos fundamentales de las mujeres como el concebido y no nacido son bienes
constitucionalmente relevantes.
2. No puede existir una prevalencia incondicional de alguno de los bienes en conflicto, por lo que serían inconstitucionales
tanto la penalización como la despenalización absolutas.
3. Todos los tribunales han resuelto ponderando los bienes constitucionales en conflicto, donde se enfrentan los
derechos fundamentales de las mujeres y la protección al concebido y no nacido.
4. Salvo que haya un peligro para la vida o la salud de la mujer, se le ha dado relevancia al tiempo de la gestación,
lo que ha generado que del sistema “puro” de indicaciones se haya transitado al sistema “puro” de plazos o a
un sistema mixto, con indicaciones, cuya actualización básicamente depende de la voluntad de las mujeres.
5. El debate no se ha limitado a cuándo debe estar permitido el aborto, sino que también se ha ocupado de las
condiciones en las que se debe practicar cuando es legal.
6. Se ha excluido, tácita o expresamente, la posibilidad de que la mujer que interrumpe su embarazo dentro del
marco de la ley sea considerada como delincuente.
7. A partir de la diversidad ideológica se han establecido garantías para los objetores de conciencia.
8. Se reconoce la legitimidad de los legisladores para definir las regulaciones específicas dentro de los cánones
constitucionales. |
Escenarios posibles |
La votación sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las reformas que permiten el
aborto en la ciudad de México puede arrojar varios resultados.
• Se requiere que 8 de los 11 ministros y ministras voten en el mismo sentido para que quede sentada jurisprudencia.
• El voto de un solo ministro puede ser diferenciado, es decir, puede votar por la constitucionalidad en unas partes de
la ley y por la inconstitucionalidad en otras partes. Esto complica la posibilidad de una votación por mayoría absoluta.
• Si hay 8 votos por la constitucionalidad, la ley se conserva como está y se integra jurisprudencia. Así, otros estados
de la Republica podrían despenalizar el aborto basándose en este precedente.
• Si los 8 votos son por la inconstitucionalidad, las partes de la ley que sean rechazadas quedarán sin efecto, y también
se integrará jurisprudencia. Esto impediría que se hagan futuras leyes basadas en los mismos preceptos que la del DF.
• Si la votación es por mayoría simple (6 o 7 votos de los 11 posibles), no se integra jurisprudencia.
• El voto por mayoría simple, sin importar el sentido, dejaría la ley como está y sería considerada constitucional.
• La votación puede estar también dividida en inconstitucionalidad absoluta o inconstitucionalidad para efectos.
Esto es que la despenalización del aborto podría quedar sujeta a ciertas condiciones que la Corte determinará.
• Según fuentes cercanas al proceso, hay solo dos ministros claramente por la inconstitucionalidad y dos ministros
claramente por la constitucionalidad. El resto se irá adhiriendo a una postura u otra durante el análisis del tema.
FUENTE: “Los jueces frente al aborto en el mundo”. Revista Nexos, diciembre de 2007. |
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