■ Clasificar, proteger y restaurar los materiales, fundamental tras el acopio, dice la titular
Guadalupe Ferrer sustituye a Iván Trujillo en la dirección de la Filmoteca de la UNAM
■ Presentan la antología de los superocheros; anuncian que habrá una segunda colección
Guardar la memoria visual de un país es una labor extraordinaria, considera Guadalupe Ferrer, nueva directora –desde el pasado primero de marzo– de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Pero lo más importante, asegura, es lograr que esa información cinematográfica “se clasifique y catalogue de la mejor manera para que la gente pueda apreciarla”. La dependencia universitaria posee el archivo fílmico más grande de América Latina y uno de los más importantes del mundo.
Ferrer, antes directora de la Cineteca Nacional, de promoción cultural del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y ex titular de la dirección general de TV UNAM, sustituye a Iván Trujillo, quien le entregó la estafeta con un gran proyecto: la publicación en devedé de la antología del superocho en México, que contiene cortometrajes en ese formato de José Agustín (cinta nunca vista), Rafael Montero, Alfredo Gurrola, Sergio García y Gabriel Retes, entre otros.
“Me tocó heredar una sólida dependencia universitaria, con escalones muy bien puestos que me permiten subir y ver más lejos. Espero hacer honor a la designación, porque es un trabajo de gran generosidad en el sentido histórico y artístico”, comenta luego de la presentación del devedé.
La directora abundó: “La magnitud de las recuperación de materiales plantea un reto muy grande, porque se necesita de mucha gente para hacer una buena catalogación. Tener, además, una base de datos confiable. Recibo una institución con mucho trabajo por delante. La anteriores gestiones hicieron una gran labor de acopio: se recuperó gran cantidad de cintas y la confianza de las personas para que depositaran sus películas en la filmoteca; hoy tenemos una importante cantidad de materiales que necesitan ser clasificados y documentados, protegidos y restaurados, por lo que se requiere tiempo, dinero y esfuerzo.”
En un principio, Ferrer fortalecerá la base de datos que se empezó en la gestión de Trujillo. “Es única; contiene todas las colecciones de la Filmoteca, es lo que le da vida. Se puede tener mucha información, pero si no está identificada no sirve para nada, así pasen mil años. Es un trabajo imparable, eterno. La memoria audiovisual hay que trabajarla mientras exista imagen en movimiento. Es inagotable, hay que meterle el hombro para continuar la tarea de clasificación”.
Para la funcionaria de la UNAM conservar materiales adquiere una dimensión extra; por ejemplo, los superocheros, “nadie pensó la importancia que adquirirían hoy día”.
Está consciente de la responsabilidad: “Entiendo el reto, porque sé que la Filmoteca no puede bajar del nivel que ha ofrecido. El proyecto de los superocheros me lo encuentro ya realizado. Hace cuatro años busqué lo que nos quedaba de la Cooperativa de Cine Marginal (que presenta el corto Otro país), localicé a algunos amigos que tenían materiales de superocho y se los dimos a la Filmoteca. Sabíamos que entregábamos cosas que había que trabajar mucho”.
Es probable que se edite un segundo devedé con otros cortometrajes de superocho, adelantó el director del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), Armando Casas, quien durante la presentación de superocheros presentó otro corto en el que la actriz principal es una chica de 18 años de nombre Carmen Aristegui, hoy día importante comunicadora.