■ Festival internacional de Culiacán
Muestran la diversidad estética con la guitarra
■ “El jazz, música voluptuosa”, dice Cris Lobo
Culiacán, Sin., 5 de marzo. El virtuosismo de los guitarristas extranjeros Thibault Cauvin, Hopkinson Smith, Ricardo Gallén, Costas Cotsiolis y el mexicano Cristóbal López (Cris Lobo) engalanan la octava versión del Festival Internacional de Guitarra Culiacán.
Las cuerdas de los intérpretes vibrarán con piezas que van desde la música francesa e italiana del siglo XVI, la Suite WBV997, de Johann Sebastian Bach, pasando por la obra de Manuel M. Ponce, hasta llegar al jazz, para mostrar la diversidad estética con la guitarra.
Cris Lobo expresó que “el género del jazz no sólo se alimenta de la música europea o clásica, como formas básicas de lo que es la armonía, sino que también tiene el enriquecimiento de lo tradicional, como el folclor antillano y el del mundo entero. Es música polifacética, frondosa, voluptuosa, maravillosa”.
El músico mexicano, quien ha participado en diferentes festivales de jazz en Estados Unidos y Europa, señaló que en los años recientes se ha realizado un gran esfuerzo por abrir espacios dedicados a la guitarra.
“Los festivales favorecen, de algún modo, el desarrollo de esta música maravillosa que es la de nuestro tiempo, como el jazz, que cuenta con grandes exponentes en el mundo.”
En su trayectoria, Cris Lobo ha participado en muchos proyectos, entre los que destaca su colaboración con los jazzistas Miguel Salas, Enrique Nery, Eugenio Toussaint y Roberto Aymes.
Algunos títulos de su discografía personal, como Perseverancia, Kin y World Class resaltan la diversidad de su obra.
Dueto con Thibault Cauvin
Cris Lobo se presenta este jueves en la sala Lumiére, de Culiacán, con el guitarrista francés Thibault Cauvin, para interpretar una pieza, pues encontró afinidad con el músico de 23 años, quien es hijo del compositor Phillipe Cauvin.
El jazzista mexicano señaló que Cauvin, quien ha colaborado con las orquestas Rockies, en Montana; del Conservatorio Nacional de Burdeos, y la de Bernard Thomas, en Portugal, es un guitarrista con mucha madurez.
El talentoso músico francés se presentó la noche del lunes en el festival con cuatro sonatas de Domenico Scarlatti; Voyage au bord de I’infini, de Philippe Cauvin, y Koyunbaba, suite para guitarra de Carlo Domeniconi.
Thibault está imbuido por la música, pues a la edad de seis años comenzó a tocar la guitarra, y todos en su familia son músicos.
“Me gusta la guitarra clásica, también la moderna, en general toda la música de jóvenes compositores. Algunas de las obras que interpreto tienen influencia del jazz y el rock, porque me gusta tocar la música que escucha un joven parisino.”