Se comprometen a evitar ataques... pero no a respetar resultados
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Ricardo Moreno Bastida, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, se reunió con los candidatos que participarán en la contienda del 16 de marzo para renovar la dirigencia estatal. Moreno aseguró que la elección se llevará a cabo con civilidad y no habrá rupturas
Foto: José Hernández / Agencia MVT
Toluca, Méx., 5 de marzo. La dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y los ocho aspirantes a dirigirlo en el estado acordaron este miércoles acabar con las irregularidades en el proceso interno y realizar una contienda civilizada que no divida al sol azteca. Sin embargo, no pudieron lograr un acuerdo para comprometerse a respetar los resultados de la elección.
En una encerrona de tres horas, directiva y candidatos convinieron acabar con los enfrentamientos entre simpatizantes y el reparto de apoyos para favorecer a algunas planillas. Quien lo haga no sólo será sancionado con base en los estatutos del partido, sino también podría enfrentar una denuncia penal por desvío de recursos.
En un intento por calmar las aguas y detener las descalificaciones al proceso interno para elegir a los nuevos presidentes nacional y estatal del partido, el próximo 16 de marzo, la dirigencia estatal convocó a los candidatos a presidir al PRD mexiquense para que cada uno asumiera compromisos de conducirse dentro de los lineamientos estatutarios.
El dirigente estatal, Ricardo Moreno, se reunió con Luis Sánchez, Rosendo Marín, Fermín Carreño, Israel Vergara, Emilio Ulloa, Felipe Rodríguez, Jaime Enríquez Félix y José Refugio Castro, quienes buscan sucederlo.
Entre los compromisos destaca condenar la violencia y evitar enfrentamientos como el del viernes pasado en La Paz, entre simpatizantes de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata y los autollamados Dinos. Ambos grupos apoyan a Alejandro Encinas para la dirigencia nacional y a Rosendo Marín para la mexiquense.
También aceptaron comprometer a sus simpatizantes –en particular si son representantes populares– a no incurrir en coacción del voto mediante dádivas; a evitar la intromisión de entidades externas –en referencia a acusaciones de injerencia del gobierno estatal para favorecer a candidatos de Nueva Izquierda—; castigar conductas irregulares de los militantes, y mantener la mesa de negociación entre los aspirantes a la dirigencia y el comité estatal, para evitar que el proceso “degenere”.
El único punto donde no hubo acuerdo unánime fue respetar los resultados de la elección interna. La respuesta uniforme de los candidatos fue que acatarán los resultados si la contienda es limpia, pero no los respaldarán si existen signos de inequidad.