■ Germán Sánchez y Yahel Castillo, las promesas juveniles

Regresan clavadistas motivados con la ilusión de ganar medallas en Pekín

Jorge Sepúlveda Marín

Mientras la joven revelación de los clavados, Germán Sánchez, regresó ayer maravillado de su primera participación en la que será la sede olímpica de Pekín 2008, Paola Espinosa sueña con subir al podio de la justa veraniega, igual que Rommel Pacheco, quien se sabe a tiempo para corregir errores.

Y ni qué decir de Yahel Castillo, quien quedó sorprendido con su ejecución de 3.9 grados de dificultad, lo cual lo anima a prepararse a conciencia para hacer su mejor papel en la competencia asiática, lo mismo que Tatiana Ortiz y Laura Sánchez, ilusionadas con meterse a la lucha por las medallas en los juegos.

Luego de participar en la Copa del Mundo de Clavados, efectuada en el Cubo de Agua de Pekín, los competidores regresaron ayer con cinco plazas más de las tres que ya habían conseguido, un par de medallas de bronce, además de colgarse otras dos preseas de plata y tres terceros lugares en el Grand Prix de Shenzhen.

Paola Espinosa, originaria de Baja California Sur, se dijo satisfecha con lo realizado, por lo que lejos de aflojar el paso buscará perfeccionar los detalles, porque “no estoy lejos de los primeros lugares” y no quiere perderse la oportunidad de obtener un metal en la cita veraniega.

“Sueño con los Juegos Olímpicos, pero más con una medalla y estar en la plataforma ejecutando el mejor salto de mi vida”, agregó convencida la clavadista.

Rommel Pacheco se mostró sorprendido “del altísimo nivel en China”, con puntuaciones de más de 500, aunque sabe que tiene el tiempo suficiente para mejorar y acercarse lo más posible a lo perfecto, posición indispensable para destacar en Pekín 2008 y alcanzar una presea, “porque trabajo para eso, como cualquier otro deportista”.

Con sólo 15 años, el jalisciense Germán Sánchez no deja de mover los dedos, de jugar con ellos al platicar que siente “bien padre” cuando hace su clavado de cuatro y media vueltas al frente, el cual define como “mi máximo orgullo”, y por eso lo deja al final de su rutina.

Con apenas unos meses de entrenamiento, pronto le llegó la oportunidad de ir a una justa veraniega y lo logró. De allí que desee hacer su mejor esfuerzo, porque los mexicanos pueden hacer lo mismo que los chinos, dijo.

Yahel Castillo ejecutó el clavado de dos y media vueltas inversas con dos y medio giros, que le redituó 493 puntos y la admiración de propios y extraños.

El atleta firmó consigo mismo un pacto para dar todo en los entrenamientos y mejorar lo que ha hecho mal, pero sobre todo “me voy a quedar en la alberca” para dar la mejor competencia.

Tatiana Ortiz se dijo comprometida para realizar su mayor esfuerzo, “porque quiero traer una medalla”, al igual que Laura Sánchez, quien avanza “un poquito mejor de lo que había planeado”, al lograr una puntuación de 345 en este inicial proceso rumbo a Pekín, y que espera sea “todo un éxito”.