■ Muestran la obra de un artista fundamental en Europa, pero poco conocido en América
Italia rinde tributo al célebre arquitecto Andrea Palladio, a 500 años de su natalicio
■ Goethe ensalzó “el genio, la maestría, la riqueza, la versatilidad y la gracia de este hombre”
Ampliar la imagen La iglesia del Redentor, en Venecia(arriba) y el Teatro Olímpico, de Vicenza(sobre estas líneas), el foro cubierto más antiguo, figuran entre los monumentos creados por Andrea Palladio, en Italia
Vicenza, 4 de marzo. Con una amplia serie de actividades, Italia honra al arquitecto Andrea Palladio, uno de sus más ilustres personajes, a 500 años de su natalicio.
Los actos conmemorativos oficialmente comenzaron el pasado 30 de noviembre, día del nacimiento del artista, preparando así el 500 aniversario durante este 2008.
Las actividades, organizadas por un consejo nacional integrado por unas 50 personas, tienen como propósito profundizar y acercar al gran público al conocimiento del maestro, considerado el más importante arquitecto que el mundo haya producido jamás, por la trascendencia que su obra alcanza a lo largo de los siglos.
En la historia del arte occidental ningún arquitecto tuvo un seguimiento tan inmediato y duradero como Palladio (1508-1580). Sobre él se ha escrito a partir del siglo XVIII y hoy la cantidad de textos es inusitada.
Desde su tiempo hasta nuestros días ha sido apreciado por personajes como Thomas Jefferson o Le Corbusier. El mismo Goethe, en 1795, escribió a su amigo Heinrich Meyer: “Más se estudia Palladio y más aparece increíble el genio, la maestría, la riqueza, la versatilidad y la gracia de este hombre”.
El palladianismo ha superado todas las fronteras, afirmándose no sólo en los países latinos, sino también en Alemania, Países Bajos, Escandinava, el este europeo, Rusia; en fin, representa uno de los modelos más significativos de las arquitecturas inglesa y estadunidense de los siglos XVII y XVIII.
Para los amantes de la arquitectura o para aquellos que quisieran acercarse al conocimiento de esta importantísima figura tendrán a la mano todas las herramientas para hacerlo.
Se ha preparado para la ocasión un banco de datos on line que pone a disposición del público todos los documentos textuales y gráficos sobre la vida y obra de Palladio, así como un recorrido virtual (a partir de este marzo) por los principales monumentos palladianos (www.andreapalladio500.it). Además, se publicarán todas las obras escritas por el artista. Se organizarán, in situ, conferencias tanto con grandes arquitectos (en el mismo Teatro Olímpico, última obra de Palladio y el teatro cubierto más antiguo que existe), como con las principales revistas especializadas italianas (Domus o Il Giornale dell’architettura, por ejemplo), donde cada viernes de marzo su director dará una conferencia que será accesible para todos; además de cursos, seminarios y visitas guiadas gratuitas, entre otras actividades.
Dichos actos preparan la presentación de una de las exposiciónes más esperadas del año en Italia, dedicada por completo a Palladio y con la curaduría de Guido Beltramini y Howard Burns, organizada por el Cisa (Centro Internazionale di Studi Andrea Palladio), en su propia sede en el Palacio Barbaran da Porto. Allí podrá ser visitada desde el 20 de septiembre de este año hasta el 8 de enero de 2009, en Vicenza.
El Cisa es un centro de investigación –que celebra también este año su 50 aniversario–, sus actividades son reguladas por una comisión científica a la que pertenecen algunos de los máximos eruditos europeos y estadunidenses.
El acontecimiento tendrá proyección a escala internacional. La muestra itinerante se presenta desde febrero en la Royal Academy of Arts, en Londres, y en Washington hará escala en mayo, países en los que el palladianismo ejerció influencia determinante (la construcción de la Casa Blanca en Washington es sólo un ejemplo).
De tallador de piedra a artista
De manera sorprendente, poco se sabe sobre la vida de Palladio y quizá este vacío ha permitido interpretar objetivamente su obra. Andrea di Pietro della Gondola nació en Padua, el 30 de noviembre de 1508, en el lugar y en el momento más oportunos.
El enorme poderío marítimo y territorial que Venecia había alcanzado al principio del siglo XVI empezaba a resquebrajarse.
El descubrimiento de América y el afianzamiento de los estados nacionales provocaron una lenta, pero constante declinación de la potencia lagunar, que debido a la necesidad de protegerse decidió aumentar su dominio hacia tierra firme. Después de 1530 la nobleza veneciana buscó inversiones más seguras en la industria textil y la compra de vastísimos territorios agrícolas. Las zonas pantanosas y maláricas del Veneto fueron así bonificadas y las aguas reguladas por canales.
De aquí deriva el auge edilicio que coincide con el momento en que Palladio alcanza su madurez, permitiéndole trabajar por un treintenio hasta la recesión de 1570, año en el que el artista se trasladó a Venecia dando fin a la construcción de villas, para dar paso a palacios públicos e iglesias.
De origen humilde, emigró muy joven a Vicenza, donde empieza como simple tallador de piedra, hasta que a los 30 años lo “descubre” Trissino, el intelectual más insigne de la ciudad quien, intuyendo la enorme capacidad del artista, lo convierte en su protegido y gracias a él Palladio pudo llegar a ser lo que fue. Conoce así con profundidad tanto la arquitectura contemporánea como la de la antigua Roma. “Esto prepara su ascenso social de simple artesano a arquitecto, iniciando su actividad como tal en los años 40 y que continuará hasta su muerte en 1580. Será además Trissino quien le da el apelativo de Palladio, nombre que designa la sabiduría de Pallade Atena, diosa protectora de las artes”.
Su formación transcurre en uno de los momentos más intensamente creativos de la historia de la arquitectura en la única región periférica en la que estaba emergiendo una edad del oro: la República Veneta. Aquí trabajaron los arquitectos más en boga de la época, como Jacopo Sansovino –arquitecto oficial de la Sereníssima y a quien se debe el aspecto actual de la plaza de San Marcos, en Venecia–, Michele Sanmicheli, Sebastiano Serlio, Giacomo da Vignola, Vincenzo Scamozzi.
En pintura, Palladio fue contemporáneo y colaborador de Veronese, Tintoretto, Tiziano y del escultor Vittoria. De la riqueza cromática y la luminosidad, propias de la pintura veneciana, él logró encontrar su equivalente arquitectónico.
La genialidad del arquitecto consistió en haber absorbido todos estos estímulos, que tradujo en forma creativa y original. Sus influencias son vastas y abarcan varios momentos históricos, por lo que es simplista catalogarlo como un clasicista o un manierista.
La difusión de su estilo en el mundo no se explica sin la publicación de su obra Los cuatro libros, editada en Venecia en 1570.