■ Estaba incluida Ingrid Betancourt; Colombia rechaza que hayan existido dichas gestiones
El ataque a las FARC frustró la liberación de otros 12 rehenes: gobierno de Ecuador
■ Quito rompe relaciones diplomáticas ante las “inamistosas imputaciones” de Bogotá
Ampliar la imagen Tanques del ejército venezolano llegan a Zulia, en la frontera con Colombia, en cumplimiento de la orden del presidente Hugo Chávez Foto: Reuters
Quito, 3 de marzo. El gobierno de Ecuador, que anunció hoy el rompimiento de relaciones con Colombia “frente a una sucesión de hechos e inamistosas imputaciones”, reveló que el ataque colombiano contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su territorio frustró la liberación de la política colombiana Ingrid Betancourt y de otros 11 rehenes en este mes.
La decisión Quito ocurrió un día después de que la policía de Colombia aseguró que miembros del gobierno del presidente Rafael Correa sostuvieron reuniones con el comandante guerrillero Raúl Reyes, abatido el pasado sábado durante una incursión de las fuerzas militares colombianas en territorio ecuatoriano, donde estaba un campamento de las FARC.
Poco antes de anunciar el rompimiento diplomático, el ministro de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Gustavo Larrea, afirmó que “nuestro único compromiso fue humanitario, en favor de los secuestrados de las FARC”, e informó que la única vez que se entrevistó con Reyes ocurrió en enero y que la cita, cuyo objetivo fue el de gestionar la liberación de rehenes, no tuvo lugar ni en Ecuador ni en Colombia, sino en un país que no especificó.
El funcionario fungió como comisionado del presidente Correa para presenciar en la frontera colombo-venezolana el primer intento de liberación de políticos secuestrados de las FARC.
Comienza el despliegue militar
Mientras crecían las tensiones políticas entre los dos países, durante la jornada las fuerzas armadas ecuatorianas comenzaron a desplegarse en la frontera norte, en cumplimiento de las órdenes de Correa, quien hizo el anuncio el domingo por la noche, luego que una comisión oficial confirmó que los militares colombianos cometieron una matanza dos kilómetros dentro del territorio de Ecuador.
Según el director de Inteligencia del comando conjunto de las fuerzas armadas, Luis Garzón, Ecuador mantiene regularmente unos 11 mil soldados en el área fronteriza con Colombia –de casi 600 kilómetros–, pero este lunes concentró a tres mil 200 de ellos en la provincia amazónica de Sucumbíos, donde ocurrió el ataque contra las FARC.
Por la noche, Correa dirigió desde el palacio de gobierno un mensaje televisado a la nación en el que calificó de “patrañas” las informaciones difundidas desde Bogotá.
Reiteró que todos los contactos de su administración –iniciada en enero de 2007– con los insurgentes colombianos han tenido fines humanitarios y en ese sentido lamentó que la matanza en Sucumbíos haya arruinado los esfuerzos para liberar a Betancourt, secuestrada hace seis años cuando realizaba su campaña electoral por la presidencia de Colombia.
“Las conversaciones estaban bastante avanzadas (...) Todo fue frustrado por las manos guerreristas y autoritarias”.
Rechazó la acusación de que Ecuador sea un santuario de las FARC, y replicó que vastas regiones de Colombia están bajo control de esa guerrilla, además de subrayar que a Francia, que también mantiene contactos con los rebeldes para buscar la liberación de Betancourt, no ha sido señalada de tener nexos con la insurgencia.
Bogotá negó más tarde las afirmaciones de Correa sobre las gestiones para liberar rehenes.