Comentarios a Enrique Calderón Alzati
Leí con interés su carta a López Obrador del 1° de marzo, al igual que leo sus artículos en general, ya que me parecen de muy buena factura y generalmente muy atinados. El del 1° de marzo pasado creo que vale la pena leerlo más de una vez, pues contiene algunas ideas sobre las cuales reflexionar profundamente y otras que no me parecen del todo correctas. Ciertamente es un artículo que generará, como ya lo ha hecho, respuestas viscerales de algunos que para nada están de acuerdo con su contenido y algunos otros que aplaudirán su contenido total, pues son fervientes opositores de AMLO y acomodados aduladores del sistema actual a expensas del cual viven con sus canonjías, sin desde luego merecerlas.
Coincido plenamente con su segundo párrafo, pues efectivamente el PRD ha logrado convertirse a lo largo de los años en una confusa ensalada de intereses que poco tienen que ver hoy día con los ideales que dieron origen al partido. Esto desde luego no significa que dentro de éste no haya mucha gente comprometida con los cambios sociales que requiere el país, pero desafortunadamente éstos no han podido articular las estrategias que pudieran dar sustento a los cambios.
En su tercer párrafo sugiere que AMLO no tenía (tiene) un proyecto político a la altura de las necesidades del país. No sé cuál sea la altura que usted considere satisfactoria, pero no coincido en que no tuviera un proyecto político para cambiar al país. Me parece que sin duda había proyecto, que desde luego adolecía de algunas faltas y serias ausencias de estrategias, pero comparado con el del contrincante era un portento de proyecto, y por lo menos había planteamientos muy claros de hacia dónde ir en el futuro.
Desde luego, coincido plenamente con su apreciación de que al haber sido declarado triunfador el candidato del PAN, AMLO se convirtió en la gran figura política nacional de oposición para enfrentarse al esquema panista de perder cada vez más soberanía para salvaguardar las estrategias del cáncer del “mercado”.
No estoy totalmente convencido de que se haya convertido en un “peleador callejero”, como usted lo nombra; si bien es cierto que quizás desde adentro de su “equipo” habría que sentarse a analizar y hacer un poco de autocrítica hacia cuáles son los caminos que conduzcan a mayor efectividad y menor desgaste de imagen. Ciertamente existe un gran sector de la sociedad, simpatizantes del PRD y de AMLO, que han terminado hoy, como dice usted, “por perder el entusiasmo” para impulsar los caminos por los cuales él desea que se conduzcan las estrategias que pudieran modificar el modelo que impulsa el gobierno actual.
Sin embargo, después de leer su carta, me pregunto: ¿qué habría como oposición sin AMLO? Con todo y sus defectos, y vaya que los tiene, es hoy la única fuerza y esperanza de millones de mexicanos que no ven ningún futuro a su alcance. Quizás es cierto, como usted dice, que haya perdido una parte de su patrimonio político, pues entre el hecho de que México es un país muy conservador que se encuentra entre dos fuegos, la ignorancia y la manipulación mediática, la realidad es que todavía para muchos es el bueno. Quizás, más que pedirle a AMLO que se haga a un lado, habría que pedirle que hubiera un poco de autocrítica y análisis para impulsar un escenario político más efectivo que vuelva a entusiasmar a todos aquellos que se han alejado por diversas razones, algunas incluso relacionadas con las que usted aduce en su artículo.
Quizás, más que nada, AMLO requiere de hacer un alto en el camino con el objeto de evaluar por cuál seguir. Hacerse a un lado, como usted sugiere, sólo conduciría a acelerar lo que usted mismo critica del gobierno actual, que impulsa “el modelo de concentración de la riqueza y de sujeción a los intereses extranjeros heredado de sus antecesores”. De todas formas, lo felicito por su pensamiento crítico.