Disquero
Ángeles y mariposas
La violonchelista neoyorquina Wendy Sutter cautivó a Felipe Vidrio (mejor conocido como Philip Glass, quien este domingo presentará este su nuevo disco, con Wendy, en Santa Bárbara, California) cuando ella hacía gemir su violonchelo Amati como integrante de la banda de culto Bang on a Can. Vidrio no resistió y estalló en poesía.
El papel, que resultó pautado, se lo entregó a Wendy, quien creyó soñar y bueno, para no armar una telenovela, he aquí un disco bellísimo, profundo y sublime. La portada, por cierto, fue realizada por la pintora mexicana Erika Harrsch, quien abrigó el violonchelo de Wendy con dos ángeles y mariposas en una simbología espiritual que acerca por supuesto a la filosofía budista y el alma se eleva cuando suena el violonchelo en una audacia suprema de Vidrio, pues no puede ocultar, aunque no lo exprese con palabras, que su modelo son las Suites para chelo solo de Bach, que con las Variaciones Goldberg y El Clave Bien Temperado son las obras cumbre del pensamiento musical, y presenta este arrobamiento supremo, es decir, lo que un ser humano es capaz de hacer cuando se inclina ante la belleza.
La suite para chelo solo de Glass recorre, a diferencia de las seis danzas que bailaba Bach, siete movimientos y los siguientes cuatro tracks se presentan como Tissues (muestras, tejido entresacado) de la partitura de Vidrio para el filme Naqoyqatsi con el propio compositor al piano, Wendy al violonchelo Amati y David Cossin en estremecedoras percusiones. Belleza, he aquí a la belleza incorporada, es decir, de pie, tomando cuerpo.