■ Mañana se celebrará el aniversario; en 1933 se presentó en el Radio City Music Hall
King Kong, hito del cine de quimeras, se estrenó hace 75 años en Nueva York
■ Se han hecho varios remakes, uno en 1976, que decepcionó, y otro en 2005, de Peter Jackson
Ampliar la imagen Fotograma de la película dirigida por Merian Cooper y Ernest Schoedsack, en 1933
Nueva York, 29 de febrero. Un gorila gigante que en la cima del edificio Empire State en Nueva York se despide con infinita ternura de una pequeña mujer rubia. Escena que forma parte de la historia del cine. King Kong sigue siendo considerada hasta la actualidad la madre de todas las películas de monstruos.
Según muchos cineastas, la mayoría de las cintas actuales no le llegan ni a los talones. El 2 de marzo de 1933 la película se estrenó en el Radio City Music Hall, de Nueva York, hecho del que se cumplen 75 años este domingo.
Los directores estadunidenses Merian Cooper y Ernest Schoedsack relatan en King Kong la historia de un director de cine que quiere rodar una película de aventuras en una isla apartada.
Los nativos secuestran a su bella protagonista (Fay Wray) y la ofrecen como novia al dios de la isla, un gorila inmenso. Éste se enamora perdidamente de la guapa rubia y desde entonces no piensa más que en protegerla de dinosaurios y otras bestias de la isla. Tras una serie de espectaculares combates, el equipo del director libera a la rubia y atrapa al gorila, para exponerlo como la “octava maravilla del mundo” en Nueva York. Pero una vez en la ciudad consigue liberarse.
Los trucos visuales de la película siguen fascinando hasta hoy. El pionero de los efectos especiales Willis O’Brian otorgó a sus dinosaurios, serpientes gigantes y otros reptiles tanta vida con su fantasía y creatividad, que ninguna computadora ha logrado igualarlo más adelante. Creó el llamado sistema de stop motion. En vez de que los actores actuaran sobre las escenas de exteriores, rodadas previamente, achicó las escenas reales a minipantallas dentro de sus decorados de animación. De esta manera, los movimientos de sus figuras podían coordinarse mejor con los de los actores. Un trabajo pionero en el inicio del cine sonoro.
Historia romántica y profunda
Pero el atractivo de la película no reside sólo en sus méritos técnicos, también está en la historia, repleta de poesía y profundidad. Así, el monstruo es casi humano en su amor a la mujer blanca. El espectador siente con él, hasta la legendaria escena final, en la que el gorila juega con un aeroplano de la Fuerza Aérea estadunidense, pero finalmente cae abatido. En opinión de los críticos, también resuenan en esta historia algunos temas políticos, como el racismo, el colonialismo y el sexismo.
En las taquillas, la película fue uno de los primeros blockbuster, aunque los productores tuvieron que arreglárselas con apenas 600 mil dólares. Así, utilizaron dinosaurios que O’Brien ya había creado para un proyecto anterior. Para las escenas en la selva recurrieron a decorados de la película The Most Dangerous Game (1932). Y el enorme muro que divide la isla había sido un templo de Jerusalén en King of Kings (1927), de Cecil B. DeMille. El portón de madera fue quemado más adelante en Lo que el viento se llevó.
Desde su estreno, King Kong llevó adelante una cruzada triunfal por el mundo. La historia se imitó miles de veces y fue comercializada en todas las formas posibles, desde los videojuegos hasta los peluches. En 1976 se hizo un remake con Jessica Lange, que decepcionó. Y en 2005 el neozelandés Peter Jackson, director de El señor de los anillos, se atrevió a hacer otra versión con Naomi Watts y un presupuesto récord de más de 200 millones de dólares. Pero apenas recibió algunos Óscares en apartados técnicos.