La feria del palacio de minería
■ Presentaron Los manicomios del poder, libro del periodista Jaime Avilés
“Ningún gobierno perredista ha avanzado ni un pasito en la reforma siquiátrica”
■ El texto se convertirá en bandera de una cruzada para desenmascarar a los opresores, dice experta
Ampliar la imagen Jaime Avilés, reportero de La Jornada, la noche del jueves, durante la presentación de su libro Los manicomios del poder, en el contexto del encuentro editorial en Minería Foto: Yazmín Ortega Cortés
Todo comenzó como una novela que poco a poco se convirtió en una película de terror: el novio de una mujer se acercó al periodista para pedirle ayuda… habían recluido a su novia en un hospital siquiátrico de Monterrey, para alejarla de él.
Así se inició la aventura de rescate que se convirtió en el libro Los manicomios del poder: corrupción y violencia siquiátrica en México, de Jaime Avilés, reportero de La Jornada, el cual fue finalista del primer Premio Debate de Libro Reportaje 2007.
El rescate de Gabriela fue el inicio de muchas cosas, entre ellas la batalla con Guido Belsasso, en ese entonces Comisionado del Consejo Nacional Contra las Adicciones durante la administración de Vicente Fox, recordó Jaime Avilés durante la presentación del libro en el salón de Rectores del Palacio de Minería. Ahí estuvo acompañado por Virginia González Torres, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental de la Secretaría de Salud, y quien en este libro “es el hilo conductor que une las dos historias”.
Vivir como personas
“La batalla se transformó en una lucha por impulsar la reforma siquiátrica en México que pretende cambiar por completo esos hospitales del país”, dijo Jaime Avilés.
Este libro, publicado por la editorial Random House Mondadori, que convoca el premio Debate, “se convertirá en una bandera para la cruzada donde vamos a ir a desenmascarar a los opresores, a los que no quieren la salud mental, a los que no quieren a la gente, quitar máscaras para que se les derrita con luz de luna y den paso para los que queremos eso. Somos guerreros, luchadores sociales, estamos en esto”, subrayó González Torres quien invitó a unirse a esta cruzada en favor de una reforma siquiátrica nacional.
El tema de la salud mental, explicó Avilés, “es uno de los menos atendidos, de los más olvidados en nuestra sociedad pese a que en todos lados, en cada familia y grupo social, sabemos de personas que tienen problemas de depresión, obsesión, sicóticos, de distintos desórdenes mentales o, como dicen los polemistas, cerebrales, porque al final de cuentas las enfermedades mentales parten de un trastorno del cerebro, no del alma.
“En medio de tantas cosas por hacer para evitar que este país se desintegre en estos momentos críticos y cuando hay un proyecto para adueñarse de los energéticos de la nación, para que el grupo que se robó las elecciones hace dos años se quede indefinidamente, en medio de todas estas batallas que hay que dar porque tenemos derecho a que nuestro país sea mejor, para todos y muchos siglos más, el tema de la salud mental es determinante, es básico, es algo que está muy cerca de nosotros siempre, es algo que en cualquier momento todos podemos necesitar.”
En el curso de esta investigación, agregó Avilés, descubrí qué fácil es encerrar a alguien si se tiene dinero, se conoce a un buen abogado y a un juez corrupto.
El autor reconoció que ha habido avances en algunos estados en lo que se refiere a la reforma siquiátrica, “pero falta muchísimo por hacer”, y lanzó una crítica:
“Las fuerzas de izquierda de este país no se han preocupado ni interesado para nada en el tema de la salud mental, de todos los gobiernos que tiene el PRD en ninguno ha avanzado la reforma siquiátrica ni siquiera un pasito; este modelo que ha impulsado Virginia es sacar a los enfermos de los manicomios donde viven drogados, semidesnudos, donde los bañan con agua fría como si fueran animales y los tienen desactivados.
“El que ella puso en marcha en Hidalgo consistió en instalarlos en unas villas para cuatro individuos, donde ellos cocinan, usan los cubiertos, se visten, hacen su cama, viven como personas y son los mismos que hace dos años estaban viviendo como bestias en un establo. Ese modelo que ha sido reconocido internacionalmente y que se está aplicando en Brasil, Argentina, Italia y otros países tiene un camino por seguir en México, y este libro es un recordatorio, un llamado y una forma de explicar cómo se puede y se tiene que hacer.”