Investigadores italianos ubican el punto G; no todas las mujeres lo tienen
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Torso con manos, de Franco Salmoiraghi
Foto: tomada de Eros, de Linda Ferrer y Jane Lahr. Editorial Taschen
Durante décadas, los escépticos han desdeñado la existencia del punto G femenino como una especie de ovni ginecológico: muy buscado, muy discutido, pero imposible de verificar por métodos objetivos. Ahora, científicos italianos creen haber obtenido la primera prueba de su existencia… pero sólo en ciertas mujeres con suerte.
Se dice que el punto G confiere a sus afortunadas poseedoras la capacidad de tener orgasmos. Muchos escritores sugieren que es una pequeña zona hipersensible de la vagina, a unos tres cuartos de la pared anterior, de abajo a arriba.
Los investigadores, que utilizaron escaneos para explorar el interior de la vagina de 20 mujeres, afirman haber hallado una zona engrosada de tejido en aquellas que dijeron haber experimentado orgasmos vaginales, pero no en las que dijeron que no.
“Por primera vez es posible determinar mediante un método simple, rápido y barato si una mujer tiene punto G”, declaró a New Scientist Emmanuele Jannini, de la Universidad de L’Aquila.
No es probable que el descubrimiento resuelva la cuestión en definitiva. Otros investigadores se prestaron a ofrecer su interpretación de los resultados y sugirieron que el tejido engrosado podría ser la parte interna del clítoris, o bien que las mujeres que han aprendido a experimentar orgasmos mediante la práctica han alterado su anatomía.
Jannini planea efectuar estudios más amplios para ayudar a las mujeres a decidir si abandonan la búsqueda… o si piden a sus parejas que se esfuercen más.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya