Usted está aquí: sábado 1 de marzo de 2008 Economía México no resentirá tanto la recesión de Estados Unidos, señala Agustín Carstens

■ El país por primera vez tiene la posibilidad de disponer de políticas fiscales contracíclicas

México no resentirá tanto la recesión de Estados Unidos, señala Agustín Carstens

■ Los efectos comenzarán en el primer semestre, refirió en la reunión de la Conago

Alonso Urrutia, Claudia Herrera y Lorenzo Chim (Enviados y corresponsal)

Ampliar la imagen El secretario de Hacienda, Agustín Carstens El secretario de Hacienda, Agustín Carstens Foto: Cristina Rodríguez

Campeche, Camp., 29 de febrero. A pesar de la “crisis profunda” que enfrenta la economía en Estados Unidos y el inegable efecto que tendrá en México por la estrecha relación comercial y financiera, el país “podrá transitar la situación con una pequeña desaceleración, pero creciendo en 2.8 por ciento”, sostuvo el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en el marco de la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores.

Durante su intervención, Carstens subrayó que, a diferencia de otros años, la economía mexicana no resentirá tanto en la actualidad, la “fuerte debilidad” de la economía estadunidense fundamentalmente por la posibilidad que ahora se tiene, dijo, de instrumentar “por primera vez en décadas políticas fiscales contracíclicas” que hagan frente a las condiciones externas.

Un aspecto central para impulsar dichas políticas, derivan de los precios petroleros que predominan a nivel internacional y que le permitirán al país contar con mayores recursos. Al mismo tiempo, destacó, otro factor que permitirá al país enfrentar de mejor manera las afectaciones derivadas de la situación en Estados Unidos “nos lo permite la reforma fiscal” que aprobó en su momento el Congreso de la Unión.

Carstens dejó claro a los gobernadores que “no hay duda de que va a haber un impacto” pero existen nuevas condiciones en el país y factores de la propia economía nacional que atenuarán dicho impacto. Subrayó que a diferencia de los años 2000 y 2001, cuando se registraron condiciones similares, pero con un sistema financiero mexicano débil y aún en proceso de recuperación, el sector financiero “funciona bien” y apoya al crecimiento.

Subrayó también que en la actualidad, las exportaciones mexicanas están más diversificadas y no tan concentradas en el mercado estadunidense. Carstens explicó que la depreciación del dólar frente a las divisas europea y japonesa, ha favorecido esta diversificación, logrando ganar mayor participación de las exportaciones mexicanas.

Destacó que el impulso que se pretende dar a los programas de infraestructura permitirá añadir un gasto cercano a los 40 mil millones de pesos en este año y alrededor de 270 mil millones de pesos en los próximos tres o cuatro años.

Mencionó que al menos en el primer mes del año no se ha notado una repercusión en las diversas variables económicas en el país, lo cual, en parte, obedece al comportamiento de 2007. Subrayó que el año pasado se logró un crecimiento de 3.8 por ciento del producto interno bruto; se generaron 756 mil empleos, equivalentes a un incremento de 5.4 por ciento; se registro un buen desarrollo en los niveles de consumo; las exportaciones tuvieron un desempeño favorable.

Añadió que se mantuvieron las tasas de interés, todo lo cual permitió hacer frente a las presiones inflacionarias, manteniéndola en 3.76 por ciento, la más baja de toda América Latina y comparable con los niveles de Estados Unidos y España.

Todos estos factores, recalcó, permitirán hacer frente a una situación económica en Estados Unidos que no ha tenido paralelo moderno. Inusualmente, Carstens comenzó haciendo una explicación relativamente amplia de la situación que enfrenta el país del norte, a partir de su crisis hipotecaria que ha repercutido en el “canal crediticio”.

Carstens destacó que los efectos negativos de la economía estadnidense se resentirán, fundamentalmente, durante el primer semestre del año. En la segunda parte de 2008, confió, comenzarán a registrarse las repercusiones de las acciones “agresivas” del gobierno de Estados Unidos, como la reducción de las tasas de interés e incentivos fiscales que pretenden aliviar la situación de las familias afectadas por la situación hipotecaria.

Hay un sistema financiero congelado y una depreciación en las viviendas estadunidenses, moratorias en los pagos por el otorgamiento indiscriminado de créditos a personas insolventes, lo cual, se estima, provocaron pérdidas de 180 mil millones de dólares, cifra que pudiera incrementarse, según cálculos, a 400 mil millones de dólares.

 
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