“Laboratorios gastan millones en pagos a médicos que prescriben sus medicamentos”
Desde hace un lustro especialistas mexicanos desconfían del Prozac
La depresión afecta a más de 320 millones de personas en todo el mundo
Especialistas calculan que la sufre 40% de la PEA y en 2020 será la segunda causa de discapacidad laboral
Ampliar la imagen Una mujer sostiene una cápsula del antidepresivo Prozac, en Leicester, Inglaterra. Los fármacos ayudan únicamente a personas con depresiones severas y, en muchos pacientes, funcionan como placebo, de acuerdo con investigadores británicos Foto: Reuters
Desde hace por lo menos cinco años, los siquiatras se percataron que el antidepresivo fluoxetina (Prozac) carece de la eficacia que se pregonó por medio de millonarias campañas de publicidad, por lo que los médicos con experiencia regresaron al uso de los fármacos conocidos como tricíclicos, que actualmente son el “estándar de oro” en las terapias.
Mario Mendoza, siquiatra en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez, explicó que cualquier medicamento innovador es valorado por los especialistas en su práctica clínica, principalmente porque los fabricantes siempre aseguran que el nuevo producto es mejor que los existentes porque presenta un menor número de efectos colaterales y mayor eficacia.
Con base en la información que se proporcionó sobre la investigación realizada para el desarrollo de la molécula, los siquiatras empezaron a utilizar la fluoxetina, de marca comercial Prozac, pero después de cuatro o cinco años de su entrada al mercado, en 1989, observaron que en realidad es poco útil.
El problema es que los laboratorios despliegan campañas publicitarias “impresionantes” y pagan sumas millonarias a los médicos para que prescriban el medicamento. A eso se debe, en parte, que ningún experto hasta ahora se haya atrevido a señalar abiertamente la nula eficacia –en el control de la depresión– de los fármacos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, en el que está la fluoxetina.
En entrevista, Mendoza llamó la atención sobre la posibilidad de que la investigación dada a conocer desde Londres el pasado miércoles sea preparación para el lanzamiento de un nuevo antidepresivo.
Indicó que en la mayoría de los casos la depresión se cura en un periodo de dos a seis meses, sin necesidad de tratamiento farmacológico, el cual se prescribe con la finalidad de acortar el tiempo de enfermedad y lograr una mejoría en los síntomas que presentan los pacientes. Aun así, apuntó, la mitad de los enfermos presentan recaídas.
Entre las enfermedades mentales, la depresión es la más importante por el número de afectados, que se estima en más de 320 millones de individuos en todo el mundo.
Información oficial señala que en México, de 12 a 20 por ciento de la población de 18 a 65 años de edad tiene la enfermedad o la tendrá en algún momento de sus vidas.
Con base en estos datos, en el país existen al menos 10 millones de personas con depresión. No obstante, algunos especialistas han calculado que 40 por ciento de la población económicamente activa está deprimida, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró, en 2001, que este problema de salud es de tal magnitud que para el año 2020 será la segunda causa de discapacidad.
Terminó el boom
Mendoza comentó que durante más de 50 años los siquiatras han prescrito los medicamentos conocidos como tricíclicos, los cuales tienen mayor eficacia terapéutica, pero también diversos efectos colaterales. Entre otros, mencionó: boca seca, estreñimiento, visión borrosa y, en los casos más severos, es posible que la persona sufra de alteraciones en su presión arterial y frecuencia cardiaca.
Por eso, dijo, los tricíclicos deben ser prescritos por médicos con experiencia y con base en una buena historia clínica del paciente, para poder determinar las dosis y así obtener los mejores resultados.
Los efectos adversos de los tricíclicos favorecieron el boom del Prozac, señaló Mendoza, y si actualmente todavía existe una alta prescripción del producto se debe a que lo hacen médicos generales y siquiatras jóvenes, en particular aquellos que iniciaron su ejercicio profesional cuando la fluoxetina ya estaba en el mercado.
Entre los siquiatras, la terapia estándar es con tricíclicos, aseguró, y luego agregó que en México existen alrededor de 2 mil 500 médicos especialistas en siquiatría certificados.