Héctor Díaz-Polanco intenta recuperar la tradición nacional de preocuparse por el otro
Existen condiciones para retomar el rumbo en dirección de la diversidad
El investigador considera que la circunstancia actual de México favorece la articulación de las luchas
Alerta sobre la persistente “amenaza de las tendencias fundamentalistas”
Ampliar la imagen Hay una reacción mundial de búsqueda de reconstrucción de comunidades, expresa Héctor Díaz-Polanco a La Jornada. Su libro Elogio de la diversidad: globalización, multiculturalismo y etnofagia obtuvo mención honorífica en el Premio Casa de las Américas Foto: Carlos Cisneros
Asistimos a un momento fundamental en el cual la diversidad social se pone a la orden del día dentro de los países, en cada uno de los estados naciones, en la relación entre naciones e inclusive bloques de éstas, sostiene el investigador Héctor Díaz-Polanco, autor de Elogio de la diversidad: globalización, multiculturalismo y etnofagia, que recientemente obtuvo mención honorífica en el contexto del Premio Casa de las Américas.
Este libro, que también ganó en 2005 el Premio Internacional de Ensayo que convoca Siglo XXI Editores y el Colegio de Sinaloa, “intenta recuperar la tradición que existe en México y América Latina, pero en particular aquí, de preocupación por el otro, en especial por los pueblos indígenas, y del punto central que ha abordado la antropología social a lo largo de un siglo: la cuestión de la diversidad sociocultural.
“Este es un problema que no ha amainado en su presencia sociopolítica sino que se ha acentuado, incluso con conflictos generalizados a escala global que están atravesados por el problema de la diferencia sociocultural.”
Potencia política de la comunidad
Profesor e investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Díaz-Polanco señala que inclusive en el conflicto entre los países occidentales y el mundo musulmán subyace el problema de la diversidad, “aunque sabemos –dijo– que debajo de esos conflictos siempre hay intereses económicos geoestratégicos”.
Parte del proceso de globalización es la individualización. Sin embargo, añade, “hay una reacción mundial de búsqueda de reconstrucción de comunidades. Los pueblos han mantenido sus formas de identidad comunal, intentan reforzarlas, pero eso no sólo se expresa en los indígenas sino que otros grupos sociales, incluso urbanos, procuran dar sentido a formas comunales de relacionarse”.
Hay dos fuerzas enfrentadas: las que pugnan por la individualización y las que promueven formas colectivas de ver el mundo y de vivir la vida.
“Lo que hace el libro Elogio de la diversidad es resumir esta lucha y mostrar las raíces liberales de la tendencia individualizadora yéndose a los autores fundadores. Al final se dedican varios capítulos a analizar estas salidas de lo que llamo la potencia política de la comunidad: su potencial para articular las demandas de formas nuevas de vida, con más sentido humano, y articularlas con demandas de derechos, que no sólo son de tipo cultural, sino también económico, social y político.”
Sin embargo, alerta Díaz-Polanco, “la defensa de la diversidad siempre está amenazada por el surgimiento de tendencias fundamentalistas, éste es siempre el riesgo: el absolutizar los rasgos culturales, la pertenencia cultural, el sacralizar la identidad, no se trata de eso, sino de verlo en su justo sentido, el de la significación a la vida de las personas, no se trata de sustituir una intolerancia por otra ni una exclusión por otra, sino combatir la tendencia de que históricamente el liberalismo se ha mostrado de hecho intolerante”.
La defensa de la diversidad, añade el investigador, debe hacerse bajo ciertos principios y considera que se ha avanzado en ese terreno, sobre todo, porque “pese al proceso de globalización –que se suponía iba a propiciar un desarrollo de la homogeneidad sociocultural– está provocando una mayor vocación por la diversidad y mayores movimientos y luchas en favor de promover lo diverso.
“Estamos en una etapa histórica en la que la diversidad tiene cada vez mayor peso.”
Sin embargo, en México “estamos en una etapa de retroceso que marca abril de 2001: cuando el Congreso no aprobó los fundamentos de los acuerdos de San Andrés negociados y firmados con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el movimiento indígena, pero soy optimista, creo que están dadas las condiciones para que el país retome su camino en la dirección de la diversidad, son óptimas para articular las luchas diversas que se dan ahora”.
Manipulación contra Cuba
Héctor Díaz Polanco puso sobre la mesa el tema de Cuba, donde durante un debate reciente de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional, con estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas, éstos “hicieron intervenciones críticas respecto de la situación del país, e inmediatamente se desarrolló una gran campaña internacional planteando que habían tenido la intención de separarse del espíritu de la revolución cubana, acabo de ver los videos de los jóvenes entrevistados desmintiendo esto.
“Se trata de una manipulación que justamente tiene que ver con que la campaña internacional contra Cuba termina creyendo sus propias falacias, de que en la isla no hay posibilidad de expresar opiniones, en consecuencia, cuando alguien lo hace se sale de lo que consideran la norma, en una especie de catastrofismo político.
“Creo que Cuba atraviesa por una etapa extraordinariamente importante por lo que hace al desarrollo de la diversidad sociocultural.
“De tal manera que veo el reconocimiento que me dan en ese contexto, en el de una gran preocupación e interés en la isla por los temas vinculados a la diversidad.”