Desde el minuto tres de juego el cuadro de la UNAM fue sorprendido con un gol de penal
Necaxa aprovechó la inoperancia de Pumas y lo goleó en CU
El tridente argentino Solari-Scocco-Sambueza fue frenado por la bien plantada zaga de los Rayos
La afición auriazul salió molesta del estadio Olímpico Universitario
“Me toca agua y ajo”, dijo molesto el Tuca Ferretti
Nos faltaba la cerecita, que era concretar, expresó Reyes
Ampliar la imagen Pese a su enjundia, al auriazul Esteban Solari (centro) no se le dio la anotación Foto: Ap
Con un equipo bien plantado, Necaxa aprovechó la inoperancia de Pumas, que cayó 3-0 ante una afición que salió molesta del estadio Olímpico Universitario, luego de que los locales tuvieron varias oportunidades de gol. Como reconoció ayer Ricardo Ferreti, “hoy (ayer) me toca agua y ajo”.
Apenas registraba el reloj los tres minutos de juego cuando los auriazules recibieron el primer gol del colombiano Hugo Rodallega, al cobrar el penal marcado por el árbitro Armando Archundia ante la falta de Jehu Chiapas sobre Ángel Reyna.
La sorpresiva desventaja provocó el enojo del Tuca, que aumentó al ver cómo su tridente argentino conformado por Ignacio Scocco, Esteban Solari y Rubens Sambueza fue frenado t exhibido por la zaga rojiblanca.
No era la tarde ideal para Pumas ni para los más de 10 mil aficionados que estoicamente soportaron el inclemente sol en el México 68, pues aunque los locales enviaban centros y tiros largos en busca de la igualada, los dirigidos por Salvador Reyes supieron aprovechar los espacios que les regalaban.
A unos minutos de concluir la primera parte, Ferretti puso a su banca a calentar, y al 41, tras una falta sobre Rodallega, Archundia dejó correr la jugada y el esférico rodó hasta Reyna por la izquierda, quien se sacudió a dos rivales y con disparo raso fulminó a Sergio Bernal para el 2-0.
El mal accionar del equipo auriazul propició leves conatos de bronca y lanzamiento de proyectiles y vasos en las tribunas sin nada que lamentar, aunque fueron los de abajo los que recibieron refrescadas, pero con líquido de riñones, y los niños se llevaron la peor parte.
Omar Ortiz se lució con sus tatuados brazos al defender en un par de ocasiones su cabaña.
Con el ingreso de Francisco Palencia y Gerardo Espinoza, por Ismael Íñiguez y Chiapas, el conjunto azul y oro, que ayer salió con su uniforme blanco, intentó presionar a sus adversarios, pero le faltó coraje y contundencia ante un crecido Necaxa, al que le faltaba dar la estocada final para beneplácito de sus pocos, pero ruidosos seguidores.
La anotación la inició ex puma Gerardo Galindo, ahora capitán de Rayos, quien se quitó a su amigo Leandro, al que le ganó una apuesta –el que perdiera pagaba un viaje a Acapulco con todo y familia– y envió centro a Rodallega, quien vio adelantado a Bernal y marcó el definitivo 3-0.
Pumas buscó no irse en blanco con Solari y Palencia, pero con sus erráticos tiros despidió a una enojada afición, que no ve vencer a su equipo sobre Rayos desde el 19 de octubre de 2003.
Palencia comentó: “no tuvimos equilibrio y ellos fueron más contundentes”. El apodado Gatillero dijo sentir “vergüenza por la gente que nos vino a apoyar y es entendible que se vaya molesta”.
El Tuca, por su parte, felicitó al Necaxa por su buena actuación “al copar la media cancha” y cuando se refirió a su equipo dijo que los jugadores no salieron “atinados ni precisos” como contra Jaguares la semana anterior, y por eso el resultado.
“Esta combinación da cierto desorden y la desesperación abrió posibilidades al equipo contrario, que aparte del penal llegó tres veces”, puntualizó el estratega, quien añadió que cuando “un conjunto es tan atinado como lo fue (ayer) Necaxa, deja la impresión de que todo lo hicimos mal”.
El técnico de Rayos, Salvador Reyes, se fue feliz con sus goleadores Rodallega y Reyna, porque todo salió redondo y esperan ser más regulares en el torneo, ya que “nos faltaba la cerecita, que era concretar, y esto es un proceso”.