La estatuilla dorada llega a su 80 aniversario; mañana, la entrega en el teatro Kodak
Hollywood premia la deprimente naturaleza humana en la actualidad
La desgastante huelga de guionistas, las guerras en Irak y Afganistán y la amarga temática de los aclamados filmes culminan con la celebración de la prestigiosa gala
La llamada Meca del Cine se convirtió en la “memoria artificial del imperio”, opinó el filósofo Heriberto Yépez
Ampliar la imagen El actor español Javier Bardem compite por el Óscar en la categoría de mejor actor secundario, por su trabajo en la cinta No Country for Old Men Foto: Reuters
Después de la solución del conflicto entre Hollywood y el sindicato de guionistas y escritores de Estados Unidos, mañana se realizará la ceremonia de entrega de los premios Óscar en el teatro Kodak, de Los Ángeles, donde las producciones postuladas en las categorías principales tienen alto nivel de dirección, actuación, fotografía y guiones que resultan exactamente un reflejo/espejo de la política y sociedad estadunidenses un enfrentamiento conceptual que convierte a la llamada Meca del Cine en la “memoria artificial del imperio”, como lo define el filósofo Heriberto Yépez en su ensayo El imperio de la neomemoria.
Lo cierto es que el ambiente es lóbrego en esta gala de uno de los premios cinematográficos más prestigiosos, quizás por la agobiante huelga de guionistas o por las guerras en Irak y Afganistán; pero como lo define Howard Suber, fundador del Programa de Productores de Cine y Televisión de la Universidad de Califirnia en Los ÁNgeles y autor de The Power of Film, quien dijo “nunca había visto una mirada más deprimente de la naturaleza humana en un grupo de películas desde el cine francés de la década del 60”. Afirmación nada desmesurada, porque ¿quiere ver traición, venganza, amores condenados al fracaso, asesinato, desesperación o un siniestro pasaje de cómo se cimentó el imperio? Vaya a ver las películas No Country for Old Men, de los hermanos Coen; Michael Clayton, de Tony Gilroy; Juno, de Jasón Reitman; The Diving Bell and the Butterfly, de Julian Schnabel, o There Will Be Blood, de Paul Thomas Anderson.
Dirección y película
No Country for Old Men, nominada en ocho categorías. Algunos expertos llaman a la labor de los hermanos Coen una dirección bicéfala. Este año su thriller luce como uno de los favoritos para arrasar con las estatuillas. En 1996, los hermanos Coen se llevaron el Óscar para el mejor guión por Fargo, y este año han coleccionado tanto buena crítica como galardones de la industria, entre los que destacan el BAFTA británico y el del Sindicato de Directores de América.
There Will be Blood, nominada a ocho estatuillas de la Academia este año. El director de esta cinta, Paul Thomas Anderson, parece consagrado como uno de los directores más talentosos en Hollywood, cuya hazaña es tomarse su tiempo para lanzar sus proyectos, siempre con un acento muy original y personal. Este hombre, nacido y criado en la sede de los grandes estudios de California, en el valle de San Fernando, tiene en su haber sólo largometrajes honrados con premios, entre ellos Boogie Nights y Magnolia, los cuales le concedieron sus primeras nominaciones a los Óscar por sus guiones, en 1997 y 1999, respectivamente.
The Diving Bell and the Butterfly, del artista plástico Julian Schnabel. Puede jactarse de haber hecho a sus 56 años sólo tres películas y todas han sido aclamadas por la crítica. A su opera prima Basquiat le siguió la nominada al Óscar en 2001 Antes que anochezca, y pasaron casi seis años para que volviera a la gran pantalla con Diving Bell (La escafandra y la mariposa) que una vez más lo aproxima a la gloria.
Juno, de Jasón Reitman. Este director creció entre los escenarios de Hollywood, y cuando todo indicaba que se inclinaría por la actuación irrumpió como director en 2005 con la comedia Thank You for Smoking (Gracias por fumar), que sirvió como un abreboca de su reciente gran éxito.
Michael Clayton, Tony Gilroy, quien es, quizá, mejor conocido como uno de los guionistas ganadores de un Óscar por la trilogía de Bourne Identity, saga protagonizada por Matt Damon, aunque su debut como director fue con la nominada en estos premios Óscar, obra que también escribió.
Las películas anteriores, con excepción de The Diving Bell and the Butterfly, compiten también como mejor filme, la lista la completa Atonement, de Joe Wright, firme candidata a llevarse la estatuilla en esta categoría.
Mejor actor
Como mejor actor protagónico Daniel Day-Lewis se ubica como el gran favorito. Los premios que recibió hasta ahora con There Will be Blood –entre ellos el BAFTA y el Globo de Oro– indican que se alzará la noche del domingo con su segundo Óscar. Su interpretación del ascenso, consolidación y caída del magnate petrolero sin escrúpulos Daniel Plainview, es el pilar fundamental de la película.
Además de haberse convertido en una de las personalidades más poderosas de Hollywood, George Clooney ha dejado de ser sólo una cara bonita para tomar las riendas de su carrera, frente y detrás de las cámaras. Con Michael Clayton está postulado por primera vez como mejor protagonista. En el thriller da vida a un abogado sin escrúpulos, pero en la vida real el actor de 46 años es una de las “conciencias” de Hollywood.
El tercero en la lista, con casi 50 años, Viggo Mortensen, aspira a su primer Óscar por su papel de mafioso ruso en Eastern Promises, vibrante thriller de David Cronenberg, con quien repitió después de filmar Una historia de violencia.
Los Óscar finalmente se han fijado en uno de los astros estadunidenses que siempre guardó distancia con la parte más frívola del espectáculo. Tal vez eso se deba a que los intereses del neoyorquino no se limitan a la actuación, sino que quiso explorar otros territorios artísticos, como la poesía, la fotografía, la pintura y la música.
Tal vez en el caso de Johnny Depp se cumpla eso de que la tercera es la vencida: luego de haber estado nominado para el Óscar a mejor actor en dos ocasiones, sin ganarlo, ahora compite con su reciente creación: Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street, sexta colaboración artística con el director Tim Burton. Depp compone una vez más un personaje único, que lleva su marca personal, aunque en esta ocasión canta, y según los críticos, no lo hace nada mal.
El último en la lista es Tommy Lee Jones, quien ya tiene un Óscar en su haber: el de mejor actor de reparto por El fugitivo. La nominación por interpretar a un hombre desesperado en In the Valley of Elah, de Paul Haggis, es la primera en el apartado de mejor actor protagónico. En la cinta, Jones es un padre en busca del asesino de su hijo, cuyo cuerpo aparece descuartizado y quemado poco después de regresar de Irak.
Mejor actriz
Julie Christie, Laura Linney y Cate Blanchett saben muy bien lo que son los nervios de una noche del Óscar. Debutan en cambio en esa experiencia la francesa Marion Cotillard y la canadiense Ellen Page.
Julie Christie, con su reciente nominación por Away From Her, de la canadiense Sarah Polley, podría alcanzar otra estatuilla 43 años después. A Marion Cotillard le llegó el reconocimiento internacional por su magistral interpretación de Edith Piaf en La Vie en Rose, del francés Olivier Dahan. La mayoría recordará a la actriz canadiense Ellen Page, quien para la gala de los Óscar ya habrá cumplido 21 años; es la más joven de las contrincantes, postulada por su papel en Juno. Cate Blanchett obtiene esta nueva nominación por Elizabeth: The Golden Age, en la que repite en el papel de la reina Isabel I de Inglaterra. La quinta aspirante es Laura Linney, por su trabajo en The Savages, de Tamara Jenkins.
Actor secundario
Javier Bardem, quien interpreta a un sicópata “justiciero”, se encuentra entre los cinco nominados al mejor actor de reparto por No Country for Old Men. La cinta, estrenada el pasado mayo en el Festival de Cannes, fue muy bien recibida por la crítica, que tuvo comentarios especialmente elogiosos para el talento del español, pese a medirse en escena nada menos que con Tommy Lee Jones.
Sin embargo, todo parece indicar que esta vez sí subirá el actor español a recoger la estatuilla. No obstante, no hay que subestimar la fuerza sentimental de la candidatura de Hal Holbrook (Into the Wild) o la grata sorpresa de descubrir a Casey Affleck (The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford). Además, compiten por este galardón Philip Seymour Hoffman (Charlie Wilson’s War) y Tom Wilkinson (Michael Clayton), tal vez el candidato que pasó más desapercibido en esta ocasión.
Actriz secundaria
Cate Blanchett, con I’m Not There, pelea su segundo premio, pero en la categoría de actriz secundaria. Ruby Dee fue postulada por su trabajo en American Gangster, de Ridley Scott. La tercera aspirante es Saoirse Ronan, nominada este año por su interpretación en Atonement. Amy Ryan, quien actúa en Gone Baby Gone, es otra de las candidatas en esta categoría, y la última es Tilda Swinton, quien este año recibió el BAFTA por su interpretación en Michael Clayton.
Cintas de no ficción
Documentales sobre las guerras en Irak y Afganistán están listos para asumir un papel protagónico durante la premiación de mañana. Dos de los cinco trabajos nominados en esta categoría están directamente relacionados con el conflicto en Irak, mientras una tercera obra se centra en el aterrador sistema de torturas a los prisioneros afganos en una base militar estadunidense.
Irónicamente, la nominación de estos documentales ocurre cinco años después de que el cineasta Michael Moore fue abucheado en el escenario del teatro Kodak, cuando en el discurso de agradecimiento por su Óscar criticó la invasión a Irak liderada por Estados Unidos. Moore compite este año por su documental sobre el precario e injusto sistema de salud estadunidense, en un trabajo que lleva por título Sicko.
Dos filmes que generaron más titulares durante el año pasado fueron No End in Sight, de Charles Ferguson, centrada en la invasión a Irak, y Taxi to the Dark Side, de Alex Gibney, quien aborda la muerte de un taxista afgano de 22 años, Dilawar, mientras estaba preso en la base aérea de Bagram, en 2002. Otro documental que compite en este grupo y que se enfoca en las políticas estadunidenses después de los ataques del 11 de septiembre es el trabajo de Charles Ferguson, en No End In Sight, que explora el manejo de la guerra en Irak meses después de la invasión. Ferguson, ex investigador del Instituto Brookings, quien amasó una fortuna al vender en 133 millones de dólares su empresa de Internet al grupo Microsoft en 1996, se autofinanció su primer documental, al que destinó 2 millones de dólares de presupuesto. La lista la complementa otro documental que también se inspiró en Irak y Afganistán, el de Richard E. Robbins, Operation Homecoming: Writing the Wartime Experience, trabajo que reúne cartas y ensayos escritos por soldados estadunidenses a su regreso de la guerra, ofreciendo a la audiencia el lado humano de un conflicto.
En la categoría de mejor película extranjera competirán cineastas de Kazajastán, Israel, Austria, Polonia y Rusia.