La Feria del Palacio de Minería
Inauguraron la versión 29 del encuentro internacional del libro
Llama José Narro a una “cruzada nacional” contra el analfabetismo
La generalización de la lectura debe estar por encima del mercado, expresó el rector de la UNAM
El Estado debe respaldar todo esfuerzo de promoción cultural y científica: Ebrard
Ampliar la imagen El rector de la UNAM, José Narro; el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard; Sergio Vela, presidente del CNCA, y Amalia García, gobernadora de Zacatecas, estado invitado de la feria del libro de Minería, anteanoche, durante la inauguración del encuentro Foto: Cristina Rodríguez
Con un recordatorio de que el presidente Felipe Calderón avala la aprobación de una legislación que promueva el libro y la lectura –vetada durante la gestión de Vicente Fox– y con un llamado al Congreso de la Unión de aprovechar el consenso existente para, por fin, aprobar la iniciativa de Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, fue inaugurada la 29 fiesta editorial en el Palacio de Minería.
Ante el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro; el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard; la gobernadora de Zacatecas, el estado invitado, Amalia García, y el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela, entre otros funcionarios, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Juan Luis Arzoz, recordó que la simpatía presidencial por una ley en la materia fue expresada durante la más reciente feria del libro de Guadalajara.
Acceso a bibliotecas y aumento de acervo
El rector José Narro propuso reabrir el debate y análisis sobre la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, y agregó que la normatividad deberá garantizar el acceso a las bibliotecas y la ampliación de acervos.
Habló de la “inaceptable realidad”, documentada por la UNESCO, de que en el mundo existen más de 960 millones de analfabetos, dos tercios de ellos mujeres, mientras que en México se registran 6 millones de personas en esta condición.
El decir, abundó Narro, que casi uno de cada 10 mexicanos mayores de 15 años no sabe leer ni escribir, una cifra similar a la de hace 50 años.
“Son otros pero son los mismos, son distintos pero son los de siempre. Los marginados, los excluidos”, reflexionó, y propuso una “cruzada nacional” contra el analfabetismo.
En el logro de la generalización de la lectura los intereses de la sociedad deben ponerse por encima del mercado, dijo el rector, y agregó que se trata de evitar que la oferta y la demanda sumerjan al conocimiento en el “mar de la banalidad”.
Narro dijo también que el libro compite en condiciones desventajosas con los medios audiovisuales como fuente de información y de conocimiento.
Varios de los funcionarios presentes coincidieron en destacar que los beneficios de la iniciativa de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, como el precio único que, recordaron, ha beneficiado el desarrollo de la industria editorial en otros países, la apertura de más librerías, un mayor consumo y el aumento de los índices de lectura.
Sigue el cierre de librerías
Algunos de los funcionarios incluso recordaron varias de las cifras que reflejan la crisis de la industria editorial mexicana, como la mencionada por el propio Arzoz, de que en 15 años han cerrado 30 por ciento de las librerías del país y que de 2004 a la fecha ha desaparecido 13 por ciento de ellas.
A tal diagnóstico debe agregarse una información del área de prensa de la UNAM, que recordó que, según la Encuesta Nacional de Lectura, 94 por ciento de los municipios del país no cuenta con centros de venta de libros.
Frente al anterior panorama, Arzoz dijo que la paradoja es que México es la nación con el mayor número de hispanohablantes. Y aunque reconoció programas gubernamentales como México País de Lectores o Bibliotecas de Aula, dijo que éstos deben ser permanentes y ampliarse.
En tanto, Ebrard coincidió en señalar que las políticas públicas deben facilitar el acceso a la lectura y que el Estado debe respaldar todo esfuerzo de promoción cultural, científica y de educación ambiental; Amalia García dijo que la lectura genera civilidad política y social.