Durante peregrinación de la diócesis de San Cristóbal exigen que cese el despojo de tierras

Cerca de 10 mil católicos demandan la liberación de indígenas chamulas y choles

Elio Henríquez (Corresponsal)

San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de febrero. Alrededor de 10 mil católicos de la diócesis de San Cristóbal realizaron una peregrinación por las calles de esta ciudad para exigir la liberación de cuatro indígenas chamulas y dos choles; protestar por los “injustos” acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y para que “cese el despojo” de tierras a los campesinos pobres.

“Nuestro peregrinar es para hacer oír nuestra voz”, y “nuestro grito quiere tener el sello profético que denuncia el dolor, el sufrimiento y el engaño que cae encima de nuestro pueblo pobre, causado por los poderosos de este mundo”, sostuvo la agrupación católica Pueblo Creyente, organizadora de la movilización, que fue encabezada por los obispos Felipe Arizmedi Esquivel y el auxiliar Enrique Díaz Díaz.

Procedentes de las 50 parroquias que tiene la diócesis de San Cristóbal en 42 municipios de la entidad, los católicos, la mayoría indígenas con sus trajes regionales, llegaron desde temprano a la antigua Ciudad Real. A las 10 horas empezaron a caminar y entraron al centro de la plaza.

Con cánticos religiosos, imágenes de la virgen de Guadalupe, flores y música tradicional, hombres y mujeres se dirigieron a la plaza catedral, ubicada frente al templo que le da nombre en el centro de la ciudad, donde los dos obispos celebraron una misa, a la que asistieron decenas de sacerdotes, religiosas y diáconos.

A las 11:40 los tres contingentes llegaron. Micrófono en mano, el maestro de ceremonias Heriberto Cruz Vera, párroco de Tila, leyó una a una las mantas y pancartas que los católicos desplegaban.

Pueblo Creyente se solidarizó con las familias de los 65 mineros muertos hace dos años en Pasta de Conchos, Coahuila, y se sumó “a las justas denuncias que ha pronunciado el obispo de Saltillo, Raúl Vera López (que estuvo cuatro años como coadjutor en esta diócesis), quien ha señalado la responsabilidad de la empresa Industrial Minera México”.

Los peregrinos pusieron en primer lugar la demanda de libertad para los indígenas chamulas Mariano Heredia Gómez, Pascual Heredia Hernández, Enrique Hernández Hernández y Sacario Hernández Hernández, catequista que desde el 12 de febrero está en ayuno en el penal de El Amate. Los cuatro tzotziles fueron detenidos en 2003, acusados de los delitos de homicidio y lesiones, pero según Pueblo Creyente “han sufrido un proceso judicial lleno de falsedades, injusticias y corrupción”.

Durante la homilía, el obispo Arizmendi Esquivel informó que acababa de recibir una nota del gobierno del estado, en la que se le indicaba que se analiza la posibilidad de que Sacario sea beneficiado con la ley de sentencia suspendida.

Los católicos también demandaron la liberación de los indígenas choles Ángel Concepción Pérez Gutiérrez y Francisco Pérez Vázquez, originarios de Tiutzol, municipio de Tila, presos en la cárcel de Tacoalpa, Tabasco, bajo la acusación de homicidio, y sentenciados a 25 años de prisión.

De igual forma exigieron: respeto a los derechos y a la autogestión de los pueblos; respeto a la dignidad y los derechos de la mujer; respeto y defensa de la vida en todas sus manifestaciones, y especialmente la vida humana desde su concepción, así como que paren ya los despojos de tierra a los campesinos pobres.

Finalmente manifestaron su “rechazo total” al capítulo agropecuario del TLCAN, porque va a traer más pobreza y beneficiará a los empresarios del extranjero”.