Concluye reunión de la Asociación Estadunidense para el Avance de la Ciencia en Boston
Presentan plan para almacenar emisiones de carbono en el mar
Los depósitos, colocados en los océanos profundos, tendrían el largo y ancho de dos canchas de futlbol, señala experto canadiense
Especialista del Fondo Mundial para la Naturaleza alerta sobre la dramática reducción de atún en el planeta
Unos 900 científicos acuden a la cita
Washington, 18 de febrero. David Keith, experto canadiense en captura de carbono, presentó hoy en Boston un proyecto para almacenar las emisiones de carbono en el fondo del mar, en gigantes tubos plásticos dispuestos a lo largo y con el ancho de dos canchas de futbol, en el último día de la reunión anual de la Asociación Estadunidense para el Avance de la Ciencia.
Keith, director del grupo de sistemas de energía del Instituto de Energía Sustentable, Medio Ambiente y Economía de la Universidad de Calgary, en Canadá, admitió que la idea parece alocada en un primer momento.
“Pero si uno la analiza de cerca, parece que podría ser técnicamente factible con la tecnología de la que se dispone actualmente”, señaló Keith en un comunicado de prensa antes de su presentación.
Estudian viabilidad de propuesta
Keith estudia la viabilidad de la idea, propuesta originalmente hace muchos años por Michael Pilson, oceanógrafo químico de la Universidad de Rhode Island, en Estados Unidos. Estimó que las bolsas para guardar el carbono podrían fabricarse con los plásticos actuales por menos de cuatro centavos de dólar por tonelada de carbono.
Cada bolsa almacenaría 160 millones de toneladas de dióxido de carbono filtrado de estaciones de energía y otras fuentes industriales, comprimido al estado líquido. Eso representa alrededor de 2.2 días de emisiones de dióxido de carbono mundiales, que causan el efecto invernadero. El líquido podría ser transportado mediante ductos.
El mejor lugar para almacenar las bolsas sería en las “vastas planicies” de los océanos profundos, conocidas como planicies abismales, en las que hay “poca vida”, según Keith. Las bolsas se mantendrían hundidas por la intensa presión de las aguas profundas y las bajas temperaturas.
Keith explicó que el verdadero costo residiría en la captura y transporte del CO2.
Riesgos de la pesca
El científico José Inglés, del Fondo Mundial para la Naturaleza, advirtió hoy acerca de una dramática reducción de las existencias de atún en los mares del orbe al cierre de la reunión anual de la Asociación Estadunidense para el Avance de la Ciencia, en Boston.
Inglés indicó que la sobrepesca indiscriminada no sólo es devastadora para los animales, sino también representa un enorme daño económico. Sólo la flota pesquera filipina pierde por la pesca de peces jóvenes unos mil 200 millones de dólares al año.
El atún está amenazado en muchos lugares por un destino similar al del bacalao, cuyas existencias se redujeron dramáticamente en las pasadas décadas. Es así como el rendimiento económico de la caza de atún de aleta amarilla (Neothunnus macropterus) se redujo en sólo tres años en más de 40 por ciento en el centro del Pacífico occidental, informó Rashid Sumaila, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá.
Exigen actualización
El pescado, demandado, por ejemplo, para el sushi en Japón, ingresaba en 2001 en la región mil 900 millones de dólares, y en 2004 apenas mil 100 millones de dólares.
La razón es que los métodos de pesca no están actualizados. Los países ricos, como Japón o Estados Unidos, crearon métodos para la pesca de atunes adultos, pero las flotas de países en desarrollo, como Filipinas, suelen sacar del mar grandes cantidades de peces jóvenes. “Si estos animales llegaran a crecer, valdrían más de mil 500 millones de dólares al año, claramente más de los 236 millones de dólares que se obtienen actualmente con los peces jóvenes”, explicó Inglés.
Los expertos en pesca ven el atún al borde de una “caída desastrosa”. Recordaron que con la pesca del bacalao se hundieron sectores económicos de muchos países. “En su pico, la pesca canadiense de bacalao en el Atlántico generó ganancias por mil 400 millones de dólares”, explicó Sumaila. “En 2004 ingresó apenas 10 millones de dólares”.
Esta conferencia anual es considerada uno de los encuentros científicos interdisciplinarios más grandes del mundo. En Boston se reunieron alrededor de 900 especialistas de más de 60 países.