Afirma el consejero de la APPO que su detención fue “imprudencia” de Calderón
En Oaxaca puede ocurrir otra revuelta como la de 2006, advierte Flavio Sosa
Oaxaca, Oax., 18 de febrero. El consejero estatal de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), Flavio Sosa Villavicencio, preso en el reclusorio de Cuicatlán, aseguró en una videograbación que su detención fue “una imprudencia política” del gobierno de Felipe Calderón, y advirtió que en la entidad puede ocurrir otra revuelta como la de 2006, por la gran pobreza y atraso existentes.
“Puede llegar en cualquier momento, y no es que alguien la esté preparando”, menciona en el video, durante una entrevista con miembros de la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH), que se hizo pública a petición del consejero.
Aseguró que tanto él como los demás integrantes del movimiento magisterial y popular no son delincuentes, sino “orgullosamente sediciosos”, porque no están de acuerdo con el estado de las cosas en la entidad.
Sosa Villavicencio fue detenido junto con su hermano Horacio, Ignacio García Maldonado y Marcelino Coache Verano –miembros de la APPO– el 4 de diciembre de 2006, en la ciudad de México, por agentes de la Policía Federal Preventiva, después de ofrecer una conferencia de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social, donde anunciaron que al día siguiente iba a comenzar el diálogo con el gobierno federal.
En la cinta, el activista, quien aparece más delgado, sin barba y sólo con bigote, expuso que la APPO confiaba en el inicio de las pláticas con el gobierno de Calderón Hinojosa, quien había tomado posesión tres días antes.
“Estábamos confiados, preparando el diálogo para el día siguiente. Se me hacía un imprudencia política del tamaño del mundo que Calderón nos detuviera un día antes (de la plática) y tres días después de iniciar su gobierno. Pero así fue”, señaló.
Denunció que durante su reclusión en el Centro Federal de Readaptación Social del Altiplano, más de ocho meses, se violaron sus garantías básicas, pues siempre estuvo aislado.
“(En el penal) se da una violación terrible de los derechos humanos, no sé si ese modelo de cárcel exista en otros lados”, apuntó. También criticó la “gran saña” de los gobiernos federal y estatal contra su familia, por la detención de su hermano Erick, bombero del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Oaxaca, y la irrupción en su domicilio de dos agentes de la Policía Ministerial, Joaquín Jiménez Ogarrio y José Luis Díaz Cruz, para intentar asesinarlo.
“(Quienes los retuvieron afuera de la casa) me platicaron que ellos dijeron que me iban a asesinar. Ésa es una señal de estilo mafioso, y eso quería decir que lo que seguía era mi familia”, añadió.