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Éxodo rural Trabajadores vulnerables, trabajo precario
Fernando F. Herrera Lima
Puede afirmarse que la migración mexicana a Estados Unidos (EU) atraviesa una fase crítica que en buena medida se abrió el 11 de septiembre del 2001, y no se vislumbra una salida virtuosa, tanto por la maraña de intereses encontrados que el tema migratorio enfrenta en ese país, como por la incapacidad y el desinterés de las autoridades mexicanas. Hay una ineludible doble dependencia: del lado norte de la frontera requieren mano de obra barata y vulnerable –la cual es parte del subsidio que México otorga a Estados Unidos; otra parte se da vía el trabajo en la maquila–, y del lado sur se demandan las remesas –el subsidio que los migrantes nos envían permanentemente. “Hay que desmigratizar la relación con Estados Unidos”, ha dicho el gobierno calderonista. “Hay que sellar la frontera con México”, dice la administración Bush. Pero, ¿podría realmente la economía de EU funcionar sin el trabajo migrante? Y ¿podría funcionar la sociedad mexicana sin las remesas? En ambos lados existe un perverso juego doble que vulnera, y casi deja en la indefensión, a los alrededor de 500 mil mexicanos que cada año dejan su territorio para ganar los salarios que les permitieron enviar en 2007 más de 24 mil millones de dólares a sus familias. Más o menos 12 millones de personas nacidas en México –más del una décima parte de la población residente en nuestro país– se encuentran viviendo en EU, destino de 98 por ciento de la migración mexicana. La mayoría está inserta en los segmentos más precarios del mercado de trabajo (construcción, ahora en fase recesiva; agricultura; servicios no calificados; sweatshops; day laborers ) y ahí es víctima constante de serias violaciones a sus derechos laborales y humanos, sin que las autoridades mexicanas hagan prácticamente nada en su defensa. Es una parte del costo humano de las remesas.
El año pasado se registraron más de 500 indocumentados muertos en su intento por cruzar a Estados Unidos. La militarización de la frontera, los muros y los violentos grupos anti-inmigrantes no han detenido el flujo migratorio, pero sí lo han hecho más caro, más peligroso y más mortal, al obligar al cambio de rutas y al desplazar a los “ polleros comunitarios” por “ coyotes profesionales”. Caminos peligrosos . Lo que académicos de Arizona denominan “efecto embudo” consiste en forzar las rutas hacia los lugares más riesgosos del desierto. Hipotermia, hipertermia y ataque de animales ponzoñosos son ahora las causas más frecuentes de muerte de los migrantes en tránsito, y las víctimas principales son jóvenes, casi por igual hombres y mujeres, mayoritariamente de las regiones de corta tradición expulsora, sobre todo centro y sur del país, donde se concentra la población indígena campesina. Es otra parte del costo humano de las remesas que parece no ver un gobierno desmigratizador. En esas condiciones, es un hecho que no va a detenerse esta migración en el corto ni mediano plazos, porque hay causas estructurales y coyunturales que la seguirán impulsando con fuerza. Son complementarios tanto las pirámides poblacionales de ambos países como los procesos paralelos y fuertemente imbricados de reestructuración productiva. La consolidación de un mercado de trabajo trasnacional es un resultado no pasajero de la forma desigual y no equitativa que caracteriza la integración de las economías de México y Estados Unidos. La destrucción de la economía campesina; la maquilización, informalización y precarización del trabajo; y el desmantelamiento del débil Estado social, en México, son elementos que se complementan con una creciente necesidad de mano de obra en de la economía estadunidense, pese a posibles estancamientos temporales. Académico de la UAM-Iztapalapa La senda del destierro Pero la frontera no era una línea recta. Más bien se parecía a una cinta de Moebius. Sin importar donde estuviera, siempre me encontraba “del otro lado”, fracturado e incompleto, añorando sin cesar mis otros rostros, mi otra casa, mi otra tribu. Guillermo Gomez-Peña. La Pusmoderna No. 8, primavera 1997 Existe la necesidad de un crecido número de trabajadores dispuestos a llevar a cabo faenas duras, monótonas, bajo condiciones severas de clima. La experiencia demuestra que los blancos no desean esas labores. El mexicano es un factor importante de la economía agrícola de California, fuente principal de mano de obra con bajo salario. Una reducción de braceros tendría graves consecuencias económicas. R.L. Adams, estudio para la Cámara de Comercio de Estados Unidos, 1930 El crecimiento económico (...) es la solución última para la reducción de ... presiones migratorias (... por lo tanto) los Estados Unidos deberían acelerar el desarrollo de un área de libre comercio México-Estados Unidos (... pues) el acceso mejorado a los mercados estadunidense y de otros países es la llave para el futuro económico del área. Comisión para el Estudio de la Migración Internacional y el Desarrollo Económico Cooperativo Y si a un hijo mío le dejo la parcela, siento que lo desgracié para siempre, porque ya no se pudo ir a los Estados Unidos. Campesino del Bajío Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 123 Seguirles la pista a esos tipos es como estar en el old west Reinaldo Hernández, de la Border Patroll (Nuestra misión es) la defensa de la propiedad privada (...y combatir a) los criminales que traspasan la frontera (...) Aunque no es requisito que nuestros miembros porten armas de fuego (...) tampoco les decimos que no; es su opción (...) Poseer un arma es derecho normal e individual en Estados Unidos. The Ranch Rescue, agrupación privada de Arizona Resistir pues, para no desbaratarse en el éxodo, y para aprender, poco a poco, cómo se vive al mismo tiempo en Texcatepec y en Nueva York. Alfredo Fleis Zepeda Sería desastroso para nuestra economía nacional el reconocimiento como sistema aceptado, del precedente de facilitar la salida de nuestros mejores elementos de trabajo cuando encuentran demanda en el extranjero, y a la inversa, recibir forzadamente tales contingentes de trabajo cuando ya no son necesarios en el extranjero y nosotros tampoco estamos económicamente en condiciones de recibirlos. Manuel Téllez, secretario de Relaciones Exteriores de Plutarco Elías Calles Prevé BdeM menos remesas en 2008 En 2007 las remesas familiares hacia México sumaron 23 mil 979 millones de pesos, según el Banco de México. Para establecer una dimensión de su importancia, puede señalarse que esos recursos, si fueran repartidos entre el 30 por ciento de hogares más pobres del país, representarían para cada unidad un ingreso mensual de dos salarios mínimos durante todo el año. Este año, de acuerdo con el propio banco central, las remesas se mantendrán en torno a 24 mil millones de dólares, una cifra relevante por sí misma, aunque pone fin al crecimiento continuo en el flujo de estos recursos, que fue de dos dígitos entre 2000 y 2006. La desaceleración en la economía de Estados Unidos, en especial en la industria de la construcción, donde se halla empleado un número elevado de trabajadores mexicanos, es una de las causas del menor crecimiento en el ingreso por remesas, al que debe sumarse el clima anti inmigrante en aquel país. RGA |