Usted está aquí: martes 12 de febrero de 2008 Cultura La falta de inversión “cortó la cadena de buenos ingenieros mexicanos”

Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007

Habla Miguel Pedro Romo, galardonado en la categoría de Tecnología y Diseño

La falta de inversión “cortó la cadena de buenos ingenieros mexicanos”

En los dos sexenios anteriores se descuidó la investigación y la formación de capital humano

Adquirir instrumentos de avanzada es casi imposible en el país, deplora el experto

Emir Olivares Alonso

Ampliar la imagen Miguel Pedro Romo, durante la entrevista con La Jornada Miguel Pedro Romo, durante la entrevista con La Jornada Foto: Marco Peláez

Aunque México es pionero en algunos aspectos de ingeniería, el país necesita más inversión para investigación y formación de capital humano en esta disciplina, ya que durante los dos sexenios anteriores, debido a la falta de recursos de los gobiernos en turno, en cuestión de infraestructura “se cortó la cadena de buenos ingenieros mexicanos”, asegura el investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miguel Pedro Romo Organista.

Galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007, en la categoría de Tecnología y Diseño, Romo Organista (Teocaltiche, Jalisco, 1944) indica, en entrevista con La Jornada, que pese a esa falta de inversión los ingenieros mexicanos “se las ingenian” con lo que tienen y han colocado el área civil de esta disciplina en un lugar importante en América Latina y el mundo.

“En México la ingeniería civil es fuerte. La desventaja que tenemos respecto de otros países, olvidándonos del financiamiento, es que la masa crítica es mucho más pequeña, graduamos mucho menos ingenieros que en otros países; y aun así la ingeniería mexicana es capaz de resolver problemas muy difíciles, como las presas y el drenaje.”

Ingenio ante las carencias

Miguel Pedro Romo es uno de los ingenieros más reconocidos a escala mundial por sus trabajos e investigaciones en geotecnia e ingeniería sísmica. Ha participado en diversos proyectos como en el diseño y estudio para la construcción de las presas Aguamilpa, El Cajón, la Villita, Infiernillo y actualmente La Parota. Además, ha realizado investigaciones sobre el control de la infraestructura ante eventos sísmicos.

Resalta dos ejemplos en los que la ingeniería mexicana ha demostrado ser pionera: “Cuando se inició la construcción de la línea uno del Metro, que tenía que estar lista para los Juegos Olímpicos de 1968. Internacionalmente aseguraban que no era posible realizarse porque el suelo de la ciudad de México era muy malo (por estar sobre un lago), alertaban que era imposible hacer una excavación sin daños, y pese a eso el Metro se hizo”.

El otro es que decenas de países han tomado como base los resultados e investigaciones que la ingeniería mexicana realizó tras los sismos que azotaron al Distrito Federal en septiembre de 1985, para actualizar sus reglamentos de construcción y hacer investigaciones.

Sin embargo, señala que la problemática para la ingeniería en el país surge en el uso de instrumentación y tecnología de punta, la cual es prácticamente imposible adquirir. “Es equipo muy difícil de obtener para nosotros, porque la mayoría de esto que se utiliza en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, es tecnología que acaban de desarrollar para usos militares y conseguirla es imposible, ya que no contamos con los recursos para ello, es ahí donde nos llevan delantera”.

Aun así, los mexicanos “encuentran la forma de resolver el problema con lo que se tiene. Muchas veces se logran innovaciones en segmentos de construcción o diseños, precisamente porque hay que buscarle hasta el fin”; e inclusive con sarcasmo dice que desafortunadamente si se contara con tecnología de punta, “habría una desventaja, ya que al tener instrumentación de primera no tendríamos por qué esforzarnos y nuestra creatividad podría disminuir, no echar a volar la imaginación para ver cómo resuelvo problemas de ingeniería”.

No obstante, critica la falta de inversión para investigación científica y tecnológica, sobre todo en la disciplina a la que se dedica: “Los recursos para investigación son muy bajos comparados con los de otros países con desarrollo similar al de México. Necesitamos más investigación y generar más egresados de las facultades de ingeniería, ciencias y áreas afines; desafortunadamente el retraso se presenta porque en los dos sexenios anteriores no hubo inversión en infraestructura y se cortó la cadena de buenos ingenieros”.

Concesiones a empresas extranjeras

Miguel Pedro Romo alude que la falta de inversión generó un problema mayor para la disciplina, pues la mayoría de los más recientes grandes desarrollos en infraestructura se concesionan a empresas extranjeras –que inclusive subcontratan a connacionales– y no a mexicanas como era la tradición; por lo que los recursos no se quedan en el país.

El ingeniero universitario actualmente trabaja junto con su equipo en varios proyectos, entre los que destacan dos peticiones: una por parte de la Comisión Federal de Electricidad en la que los universitarios realizarán un estudio de las cuatro presas ubicadas en la zona de las inundaciones en Tabasco, mientras que la Comisión Nacional del Agua solicitó un análisis para cambiar el cauce del río Carrizal.

Feliz por haber sido distinguido con el principal galardón que otorga el Estado mexicano a la ciencia, la tecnología y las artes, Romo asegura que es un reconocimiento no sólo a su persona, sino a todo su equipo de trabajo y a la UNAM.

Recientemente participó en dos proyectos de ingeniería civil que devinieron conflictos sociales: el aeropuerto internacional de la ciudad de México en Texcoco y la presa La Parota.

Del primero destaca que fue el “gran fracaso” del sexenio foxista. “Seguramente ya se hubiera terminado y sería la puerta de entrada para recibir a los europeos y asiáticos que fueran a Sudamérica y al oeste de Estados Unidos, lo que redundaría en grandes ganancias para México; sobre todo ahora que las estadísticas señalan que para 2020 estarán volando del orden de 100 millones de chinos hacia América, entonces estaríamos preparados para recibir todos estos vuelos. Fue un fracaso del sexenio anterior porque la negociación inicial con los pobladores de Atenco fue insultante, al final el gobierno viró y la oferta fue atractiva, pero las cosas se habían empantanado y polarizado”.

Sobre La Parota opina que no hay de otra, la presa debe construirse en el lugar del conflicto social porque representa una importante fuente de energía para Guerrero y el país. “Sólo es cuestión de convencimiento”.

 
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