Dos de sus agentes viajaron con él de Nueva York a Boston; el EMP, testigo mudo
Asume el servicio secreto de EU la seguridad del presidente Calderón
Empleados de la cafetería Starbucks corren a Carstens, Nava y a los enviados de prensa
Boston, Massachussets, 11 de febrero. Dos agentes del servicio secreto estadunidense viajaron en el avión presidencial en el trayecto de Nueva York a Boston, como parte de las inéditas medidas que se aplicaron para salvaguardar la seguridad del presidente Felipe Calderón Hinojosa.
La participación del servicio secreto no se limitó a la protección del mandatario, sino que por primera vez en una visita de un Presidente mexicano también incluyó el reparto de gafetes numerados para los enviados de la prensa nacional, que consignan nombre, nacionalidad y fecha de su estancia.
Si bien en los países donde viajan los mandatarios mexicanos se da una estrecha colaboración entre los cuerpos de seguridad locales y el Estado Mayor Presidencial, ahora la novedad fue que los agentes del servicio secreto, vestidos de traje y con un pin de la delegación mexicana, viajaron en la última fila del TP-01, en el área donde se transportan los elementos del EMP, los reporteros y los funcionarios medios de Los Pinos.
Esta situación se complementó con otras actividades habituales, como es la custodia de las camionetas en que se transporta el presidente Calderón en los distintos puntos que visita.
Debido a las directrices fijadas por esta agencia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la estancia del titular del Ejecutivo se distinguió por las extremas medidas que se aplicaron en las diversas actividades que desarrolló tanto en Nueva York como en Boston.
Del hotel Marriott Downtown, ubicado en el corazón financiero de Nueva York y a una cuadra de la llamada zona cero, una treintena de corresponsales y periodistas locales fueron expulsados cuando Calderón llegó a la reunión con líderes de migrantes, y debieron permanecer afuera, donde la temperatura era de varios grados bajo cero, hasta que el mandatario mexicano se retiró del lugar.
De igual forma, los lugares donde acudió el Presidente fueron revisados por perros que detectan explosivos. Así se pudo constatar en un auditorio de la escuela de Negocios John F. Kennedy, en la ciudad de Cambridge, donde esta acción se hizo en más de media hora, tiempo en el que los asistentes, incluyendo a prestigiados académicos, debieron aguardar en el piso de abajo.
Además, policías cerraron con una patrulla una cuadra de la calle Liberty, durante la estancia del presidente en la Reserva Federal de Estados Unidos en Nueva York.
Sumado al tema de seguridad, hubo algunos incidentes relacionados con la desorganización de los equipos de comunicación social y de logística de Los Pinos, que pusieron en aprietos a los propios integrantes del gabinete y de la Presidencia.
En una cafetería Starbucks, en Liberty y Nassau, en la zona financiera de Nueva York, funcionarios de la Presidencia de la República habían programado una conferencia de prensa con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens; cuando ya se habían colocado los tripiés y las cámaras en el lugar un empleado del negocio advirtió que no se podían usar esas instalaciones para dicho fin. Hasta el secretario particular de Calderón, César Nava, tuvo que salirse del lugar precisamente cuando comentaba de manera informal sus impresiones sobre la gira, debido a que empleados de la cafetería llamaron a los integrantes de la delegación mexicana a abandonar el sitio, porque “impedían el libre tránsito” de los clientes.