Niños
Cuentos de casa
Muchos cuentos nos narran hechos maravillosos que suceden en tierras lejanas y mágicas, otros de seres extraordinarios que viajan por el mundo.
Esta vez hablaremos de cuentos para niños que suceden en la casa. El primero se llama Alas de colibrí, de Margarita Castillo, poeta de grandes sensibilidades que narra la vida de un ángel aquí en la Tierra, Pero este ángel en particular tenía “tres cosas por las cuales era diferente a los demás: una, adoraba a su amada... calladamente, casi sin palabras; otra, que observaba mucho y escribía más, y la última y más rara, que todos los días lo visitaban colibrís en su casa”.
Margarita es desde 1980 la voz de Radio UNAM y es realizadora de teatro universitario, por lo que se agradece que escriba un cuento intimista y muy bien logrado para los niños.
Margarita vuelca todas sus sensibilidad y amor en este personaje, que hace entrañable; otro logro es que la tensión dramática de esta historia está muy bien manejada y el hilo narrativo es esencial, pero ligero.
Ilustraciones de Adriana Marrufo y el diseño gráfico del talentoso Héctor Castilla completan este libro, presentado por editorial Demece.
La segunda obra es Quisiera ser un león, de Santiago Casares, que ganó el premio Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Cuento 2006. En una edición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, narra el momento en que Paloma comenzó a imaginar lo que le gustaría ser cuando creciera. “ Cuando sea grande, voy a ser un león”, dijo finalmente y entonces se aplicó a transformar su casa en selva. Ella misma se convirtió en ese felino. Paloma se paseó por todos lados, feliz de ser el rey de la selva.
Se trata de la narración genial de un momento mágico, con ilustraciones de Enrrique Torralba.
El tercero libro del que les hablaré es Valeria y su amiga Soledad, de Mónica Brozon. La obra cuenta con ilustraciones de muy buena factura, realizadas por María del Mar Hernández.
Cuento para niños y no tan niños que trata sobre una niña que tiene problemas para comunicarse con los demás hasta que entabla amistad con una araña a la que llama Soledad.
Este cuento no debe faltar en el librero de todo niño que quiera saber cómo comunicarse con sus semejantes.
Mónica Brozón es ya una decana de los libros para niños y en esta ocasión nos regala una historia llena de ternura en la circunstancia que describe, y de mucha dureza por el motivo que le preocupa: la incomunicación. Está editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.