Elabora la CSI un informe sobre el tema en el país: el derecho de huelga, limitado
Crítica, la situación laboral en México; las violaciones a la LFT, una constante
Más de 3 millones de niños mexicanos trabajan ante las condiciones de pobreza que viven
La autonomía sindical no se respeta
Muchos gremios son controlados por empleadores
Ampliar la imagen El informe de la Confederación Sindical Internacional hace un recuento de las pésimas condiciones laborales que existen en México, así como las constantes violaciones a la ley Foto: Archivo / María Luisa Severiano
En México, las violaciones laborales son una constante, el derecho de huelga está limitado, hay más de 3 millones de niños que deben trabaja a casua de la pobreza y la desigualdad que viven, hay casos en que no se respeta la autonomía sindical y las diferencias en las remuneraciones entre trabajadores hombres y mujeres son elevadas.
Además, las personas con discapacidad y los indígenas sufren discriminación laboral abierta, el acoso sexual es un problema serio en los centros de trabajo y no está adecuadamente tratado por el gobierno mexicano, según señala un informe elaborado por la Confederación Sindical Internacional (CSI), la central obrera más grande del mundo, representa a 166 millones de trabajadores afiliados en 309 organizaciones de 156 países.
El diagnóstico de la situación laboral en México elaborado por la CSI será entregado esta semana al Consejo General de la Organización Mundial del Comercio, en Ginebra, Suiza, y en él se detalla que nuestro país no ha ratificado algunos convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, (OIT), uno de los cuales se refiere a protección de la niñez contra la explotación laboral.
El documento que se hizo llegar a La Jornada indica que la OIT ha hecho múltiples recomendaciones a México por las constantes denuncias sobre violación de la autonomía sindical.
También denuncia que gran número de niños en México tienen que trabajar; muchos abandonan la escuela antes de finalizar la enseñanza obligatoria y que menores de origen indígena se ven privados de seguir estudiando debido a que no tienen acceso a enseñanza en otro idioma que no sea español. Y advierte que el país es un sitio “de origen, tránsito y destino de tráfico de personas para fines de explotación sexual”.
Añade que en México las violaciones a la autonomía sindical son una constante y la creación de gremios independientes es una “carrera de obstáculos”, ya que una organización obrera que no esté controlada por los empleadores tiene muchas dificultades para tener personalidad reconocida por las autoridades laborales, y “esto es aprovechado por el gobierno para negar el registro de un sindicato o para favorecer a un dirigente frente a otro”.
En este país, hay organizaciones sindicales “fantasmas”; el mismo gobierno viola su autonomía y nombra o destituye dirigentes de los gremios; e incluso “la ley impone un monopolio sindical” para los servidores públicos y “obliga a los trabajadores a afiliarse a las organizaciones pertenecientes a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), y también hay un monopolio con respecto a la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios”.
Según explica la Confederación Sindical Internacional –cuya sede se encuentra en Bruselas, Bélgica–, en México las carencias de la Ley Federal del Trabajo han sido explotadas para generar falsos contratos colectivos denominados “de protección”; además de que muchos de los trabajadores de los medios informativos; de los investigadores, como los del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de las maquiladoras, son empleados mediante contratos civiles o de servicios profesionales y los hacen firmar documentos en los que aceptan que no tienen derecho a constituir ni afiliarse a sindicatos, no pueden realizar huelgas ni llevar a cabo negociaciones colectivas.
“Cada año se contabilizan en este país miles de emplazamientos a huelga, de los cuales se llevan a cabo menos del 0.3 por ciento. El secretario del Trabajo afirma que es síntoma de paz laboral. En realidad se debe a lo complicado de los mecanismos y a la falta de confianza de los trabajadores en que el Estado cumplirá con su obligación de defender el derecho de huelga. Además, los empleadores recurren a menudo a solicitar la declaración de ilegalidad de las huelgas fundamentándose en la violación de los estatutos de los propios sindicatos”, plantea el informe del CSI.