El año pasado, el Senado de la República envió un millón 600 mil piezas gratuitas
El Legislativo abusa de las franquicias postales, dice la directora de Sepomex
Tan sólo cinco legisladores querían mandar 600 mil documentos cada uno, lo que fue rechazado
Ante senadores, la directora del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), Purificación Carpinteyro, advirtió que hay abusos del Poder Legislativo en el caso de las franquicias, en especial del Senado de la República, órgano que en 2006 envió 31 mil piezas por correo gratuito, mientras que el año pasado elevó la cifra a un millón 600 mil.
Detalló asimismo que en el segundo semestre de 2007, tan sólo cinco senadores solicitaron el envío de 600 mil documentos cada uno, lo que fue rechazado, toda vez que de generalizarse y cada legislador de ambas cámaras pretendiera el mismo volumen en franquicias, representaría 80 por ciento de la meta de Sepomex para este año.
La paraestatal tendría que erogar un millón 100 mil pesos, lo que impediría llevar a cabo el Plan de Transformación del Correo en una empresa eficaz y rentable, recalcó la funcionaria.
Carpinteyro declinó identificar a los cinco senadores que pretendían un uso excesivo de la franquicia postal, y el tema provocó divergencias entre los integrantes de la Comisión de Comunicaciones y Transportes de esa cámara, ante quienes compareció. Todos los asistentes al encuentro aclararon que no es su caso y algunos, como el perredista Tomás Torres, demandaron que se den a conocer los nombres de esos legisladores.
Una “mina de oro” que no se ha sabido explotar
El tema lo sacó a relucir el senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Carlos Jiménez Macías, quien denunció que el Servicio Postal Mexicano se ha negado a distribuir su correspondencia y se le pidió esperar a que se definan las reglas y se aclare si la franquicia postal es para las cámaras del Congreso como tal o para sus integrantes.
En respuesta, la directora del organismo recalcó que Sepomex es “una mina de oro” que no se ha sabido explotar, ya que no hubo interés oficial alguno y desde hace 30 años “no funciona para nada, excepto tal vez para las franquicias del Instituto Federal Electoral (IFE), el Senado de la República” y los demás organismos que por ley tienen derecho a la distribución gratuita de su correspondencia.
Señaló luego que hay un inconveniente con las franquicias ya que, como en todo servicio gratuito, “hay abusos”, y precisó luego que el problema mayor está precisamente en el Senado, donde el uso de las franquicias se disparó el año pasado al llegar a un millón 600 mil piezas postales distribuidas.
Solicitud denegada
Precisó que la demanda del Senado en 2006 fue superior, ya que tan sólo cinco legisladores pretendieron un total de 3 millones de envíos, cifra que no fue atendida y a partir de ello se discute un acuerdo con esa cámara. Carpinteyro dijo que con base en esa demanda, que da un promedio de 600 mil piezas a distribuir por cada legislador, de generalizarse entre los 128 senadores y 500 diputados llevaría al correo a tener que distribuir 383 millones de piezas al año, con un costo estimado en mil 100 millones de pesos.
El Plan de Transformación del Correo prevé generar este año mil 600 millones de pesos adicionales, y la mayor parte de esos recursos sería para atender la correspondencia de los miembros del Congreso.
El cartero es el que la paga
Hubo también señalamientos críticos para los integrantes del Poder Judicial, ya que, dijo la funcionaria, “desafortunadamente” utilizan a Sepomex para notificaciones personales y en muchas ocasiones no se dan los elementos necesarios para identificar a la persona que tiene que ser notificada. Agregó que si la notificación no se hace dentro de un plazo de 30 días hábiles, el Poder Judicial multa al cartero con mil pesos, un tercio de su salario.
A pesar del señalamiento concreto contra el Senado, los legisladores de todos los partidos ofrecieron su respaldo a Carpinteyro en el plan modernizador de Sepomex, y para que se dé autonomía de gestión a la paraestatal.
La comparecencia, a decir del presidente de la comisión, Angel Heladio Aguirre Rivero, se desarrolló en términos hasta “románticos”, ya que muchos legisladores, como el perredista Tomás Torres, recordaron de forma casi idílica lo que el correo significó en sus comunidades rurales durante su infancia y juventud.