Peligraría la “diversidad cultural”, alertan directores de los recintos
Desata polémica la propuesta para que los museos públicos de Francia vendan o alquilen su acervo
París, 5 de febrero. En Francia, una controvertida propuesta ha desatado un fuerte debate político-cultural. El diputado neogaullista Jean François Mancel aboga por que los museos públicos vendan o alquilen obras de arte de sus depósitos como fuente de ingresos.
¿Venderán en el futuro los museos de Francia sus Picassos o Monets en vez de prestarlos, como hasta ahora? Los directores de los recintos advierten que eso puede llevar a una “liquidación de los museos” y a convertir la cultura en una mercancía. Esto pondría en peligro la “diversidad cultural”, un principio defendido hasta ahora con vehemencia por los gobiernos de Francia.
La ministra de Cultura, Christine Albanel, recibió hace ya algunos meses por escrito del presidente Nicolas Sarkozy la petición de reformar el sector cultural y hacerlo más rentable. En otras palabras: ahorrar o dejar cada vez más en el rubro de museos el financiamiento a las propias instituciones o a patrocinadores privados.
La propuesta concreta del diputado Mancel para que los museos prácticamente comercien con sus obras generó una ola de indignación.
“Así, los museos corren peligro de convertirse en galerías de arte y sus directores finalmente en comerciantes y especuladores”, teme un integrante de la influyente Unión de Directores de las Colecciones Públicas de Francia.
La asociación, de unos mil miembros, se opone fuertemente a la idea. Los museos tienen una tarea artística, histórica y científica, y aportan a la conservación de la herencia cultural, argumentan.
“Nuestras prioridades no sólo son exponer obras y acercarlas al público, sino también conservarlas y coleccionarlas”, destaca Sylvie Gonzales, directora del Museo de Arte e Historia de Saint Denis.
La directora del museo ve otro problema en su institución. Muchas de las 40 mil obras de su colección son dibujos, entre otros, de Honoré Daumier y Joan Miró. Son creaciones sensibles a la luz, por lo cual no pueden ser expuestas con frecuencia. Una grave desventaja en un sistema basado en la economía.
¿Quién donaría obras?
Otro argumento con el cual los directores de museos quieren presionar a la ministra de Cultura francesa es el principio de las donaciones. Muchos museos pudieron enriquecer sus colecciones gracias a generosas donaciones. Sólo hace pocos días se regalaron 39 obras de artistas famosos, como Picasso y Giacometti al Museo Matisse, en la norteña localidad francesa de Cateau Cambrésis.
“¿Quien donará obras a un museo que luego podrían ser vendidas? El término colección pierde su sentido”, advierte Christophe Vital, presidente de la Unión de Directores.
Sin embargo, los directores de otras instalaciones culturales ven la problemática menos dramática. Para muchos hoy existe una práctica de dar y tomar. Frecuentemente se trata de la restauración de obras. Durante una de las recientes grandes exposiciones del parisino Grand Palais, un valioso Rousseau de origen ruso pudo exhibirse porque París se comprometió a restaurarlo.
“Es una política muy usual”, confirma una funcionaria del museo parisino de Arte Tribal Quai Branly. Sin embargo, al mismo tiempo también advierte que el pensamiento comercial podría adquirir preminencia de forma definitiva sobre criterios de historia del arte o específicamente de colecciones si los museos pudieran vender sus obras.