Usted está aquí: miércoles 6 de febrero de 2008 Política Fueron enviados a Calderón casi mil regalos en su primer año de gobierno

Libros, charolas con chiles, una resortera, el retrato autografiado de Schwarzenegger...

Fueron enviados a Calderón casi mil regalos en su primer año de gobierno

Claudia Herrera Beltrán

Libros como Ríase... no sea enfermo, charolas con chiles, una báscula, pelotas de relajación, una resortera, un artilugio que proyecta arco iris en la pared, el retrato autografiado de Arnold Schwarzenegger…

Se puede decir que la lista de casi mil obsequios enviados al presidente Felipe Calderón en su primer año de gobierno tiene un toque de excentricidad.

Para algunos, expresión de cortesía; para otros, de pleitesía y, para los más críticos, intento de ganar favores, la entrega de regalos a los políticos es práctica común aun en tiempos de estrechez.

¿Y quiénes quieren consentir al Presidente con algún detalle?

Aparecen lo mismo integrantes de su círculo cercano como empresarios, legisladores, gobernadores de todos los colores partidistas, y hasta alguien llamado Pedro Lupercio Serratos –el mismo nombre del presunto operador financiero del cártel de Juárez–, quien mandó los libros Ideas y Aventuras de Telémaco.

Durante 2007 Calderón recibió en promedio 85 regalos mensuales, de acuerdo con un inventario entregado a este diario por la Presidencia de la República, solicitado por conducto del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).

El catálogo es tan variado como el perfil de quienes buscaron agasajar al mandatario. Por ejemplo, hay objetos que tienen valor sentimental: una tarjeta con el significado de su apellido, una escultura de resina de poliéster “del personaje del presidente Felipe Calderón”, un retrato de su familia con motivo del Día de la Familia, un acróstico y dos casetes que contienen entrevistas de cuando fue candidato a gobernador de Michoacán.

Otros incluso son más íntimos, de uso personal: bufandas tejidas a mano, cobijas, un sarape, artículos de aseo personal, un guante y luces para andar en bicicleta, zapatos, una batuta plateada.

Hay quienes parecen pensar que Calderón no tiene suficiente motivación, pues le enviaron títulos de superación personal como Atrévete a conocerte o Cien pensamientos aprendidos en el camino de la vida.

Y otros regalos quizá son para aligerar el peso que representa conducir el destino de un país, como Ser feliz es fácil y divertido, Los mejores chistes del mundo, así como un “rainbow maker”, un extraño artefacto de menos de 500 pesos que, según la publicidad, se usa para proyectar “tu propio arco iris dentro de casa”, y que fue obsequio de cumpleaños del cineasta Fernando Sariñana, recién nombrado director del Canal 11.

Algunos remitentes también buscan impartir lecciones de historia mediante libros como Traidores a la Patria, el retrato de Emilio Portes Gil “en su toma de protesta como presidente interino de México”, o la colección de “presidentes miniatura en barro”.

También hay quienes insisten en dar un sesgo religioso a la biblioteca presidencial enviando la Biblia en todas sus versiones (de bolsillo, la del Nuevo Milenio Ecuménica y otras) y publicaciones como El hombre en busca de Dios.

Otros estimulan al michoacano a profundizar sus conocimientos con lecturas en inglés, como el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quien le obsequió Stability and Economic Growth, lo mismo que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens: Latin American Wisdom for Every Day Revelations.

Algunos quieren preservar los detalles controvertidos del sexenio, como Ortiz Martínez, quien entregó a Calderón la primera serie del rediseñado billete de 20 pesos, polémico porque sustituyó al águila republicana que figuró en la bandera de los liberales juaristas en el siglo XIX y recientemente fue adoptada como símbolo del lopezobradorismo.

Como cortesía, algunos autores también enviaron sus propias obras: Mario Vargas Llosa y Alejandra Lajous, títulos que no se especifican; Andrés Roemer, Generación Next, y el cineasta Alfonso Cuarón sus películas La princesita, Harry Potter y el prisionero de Azkaban e Hijos de los hombres.

Si se decoraran las habitaciones y oficinas presidenciales con todas las piezas que llegan, es muy probable que las paredes estuvieran repletas de objetos de culto católico, tales como una cruz de madera, cuadros de la Última Cena indígena y de la Virgen de Guadalupe, o la Virgen de la Salud tallada en madera.

Con la cantidad de botellas que aparecen en este catálogo el Presidente bien podría surtir por varios meses la cava de Los Pinos con tequila (una denominada “Tesoro de don Felipe”), vino, whisky, coñac, rompope, cervezas...

Y si el panista o su familia se comiesen todas las golosinas y comida que les obsequian, seguramente tendrían problemas de sobrepeso, porque a la casa presidencial llegan cajas de chocolate, dulces mexicanos, galletas, canastas de buñuelos, charolas con chiles, café y queso, carne seca de res, romeritos, paletas de hielo, latas de almejas, muéganos, mole, pan de muerto...

Con todos los discos compactos que se entregan se podría armar una fonoteca envidiable. Aparte del catálogo de Guty Cárdenas. Un siglo del Ruiseñor y Los Reyes del Mambo, hay música interpretada por Plácido Domingo, Paco de Lucía, el grupo musical Super Kla-c, sin contar con los corridos de Michoacán, los predilectos del panista.

Quizás por el énfasis que Calderón ha puesto en el tema de la lucha contra la delincuencia algunos obsequios tienen esa connotación: escultura de soldado en base, tres ejemplares de la novela Papá, quiero ser policía, una gorra (distintivo de comandante de las fuerzas armadas y rescate del símbolo patrio) y escultura del Niño Artillero.

Para divertirse en sus ratos de ocio puede disponer de toda clase de juegos, desde backgamon hasta los modernos videojuegos, así como de aparatos para ejercitarse: un par de guantes de box cortesía del pugilista Ricardo El Finito López, una playera y un casco de futbol americano, y una “resortera para adulto”.

No faltó quien quiso convertir al Presidente en todo un ecologista por medio del dvd Futuros biólogos. Papi no comas tortugas, un bonsai, y dos mapas de la república mexicana y su biodiversidad, cortesía del ex rector de la UNAM José Sarukhán.

Entre ególatras y multimillonarios

Otros personajes, quizá con un toque de egolatría, han preferido regalar fotografías de sus encuentros, como hizo en varias ocasiones George W. Bush, presidente de Estados Unidos, o como Arnold Schwarzenegger, gobernador de California y protagonista de la película Terminator, que mandó su retrato “autografiado”.

¿Y qué regalaron los hombres más ricos del país? Al parecer conocen mejor que algunos servidores públicos las restricciones legales que limitan a 10 salarios mínimos el valor de los obsequios.

Tanto Carlos Slim, dueño de Telmex, como Emilio Azcárraga, el magnate de la televisión, dieron libros: el primero Tesoros de papel, y el segundo, un ejemplar de la Fundación Televisa. Mientras, el banquero Roberto Hernández figura con una caja de lichis.

Entre los personajes que parecerían necesitados de favores se encuentra el gobernador poblano, Mario Marín, quien tras serle devuelto un obsequio de talavera excedido en costo, optó por mandar un “tapete y un florero”.

Como se puede ver, la colección de obsequios presidenciales es variopinta y, quizás para algunos, delgada en comparación con otros tiempos, o un despilfarro frente a la crisis económica que, dicen los expertos, se avecina.

 
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