Entusiasta, se preparaba para seguir gira de promoción de disco con El Cigala
Murió el músico cubano Tata Güines, leyenda de los tumbadores del mundo
Con Lágrimas negras, La rumba soy yo y Cuban odyssey ganó premios Grammy
Ampliar la imagen El famoso percusionista compartió escenario con Josephine Baker, Frank Sinatra, Dizzy Gillespie y Miles Davis Foto: Reuters
La Habana, 4 de febrero. Cuba perdió a otra de las leyendas de la época de oro de su música tradicional: Tata Güines, uno de sus más grandes percusionistas de todos los tiempos. Falleció este lunes en La Habana a los 77 años, tras llevar su arte a exigentes escenarios del mundo.
El músico, cuyo verdadero nombre era Arístides Soto y a quien llamaban el rey del tambor o manos de oro por su destreza con las tumbadoras, murió en un hospital de La Habana, donde había sido internado hace nueve días con problemas renales, informaron.
Tata Güines, aplaudido en escenarios de Nueva York en los años 50, recobró vigencia mundial al participar en el famoso disco Lágrimas negras, del cantaor Diego El Cigala y el destacado pianista cubano Bebo Valdés, grabado en 2003 y lanzado con gran éxito en 2004.
“Mi padre era muy alegre, entusiasta, lleno de vida, con deseos de seguir viviendo. Tenía muchos proyectos, giras, discos, documentales, estaba muy cargado de trabajo”, comentó Arturo Soto, uno de los cuatro hijos del percusionista.
Cuando cayó enfermo, añadió Soto, se aprestaba a seguir con una gira por España, Francia, México, Colombia y otros países, para acompañar al cantaor Diego El Cigala en la promoción de su álbum Dos lágrimas, segunda parte del galardonado Lágrimas negras.
El músico cubano, de intensa vida bohemia, participó en tres discos que ganaron premios Grammy: Lágrimas negras, La rumba soy yo (2000) y Cuban Odyssey (2003).
Funeral entre toques de tambor
Su cuerpo fue velado este lunes en una funeraria de La Habana y el martes será sepultado, entre la música de bandas y toques de tambor, en su poblado natal, en Güines, 50 kilómetros al sureste de La Habana, precisó Soto, de 44 años, quien siguió los pasos de su padre en la música.
“Tata para nosotros, para la música, representó lo máximo, es el padre de todos nosotros. Primero Chano –el músico cubano que introdujo las tumbadoras en el jazz estadunidense–, en aquel entonces, y después el maestro Tata, que era lo máximo”, declaró el percusionista José Luis Quintana Changuito, de 60 años, quien también participaba en la gira con El Cigala.
Considerado uno de los herederos de Tata Güines, Yaroldy Abreu, percusionista de 30 años, manifestó junto al féretro: “Hoy murió la leyenda de los tumbadores del mundo”. Su muerte es otra pérdida sensible para la música tradicional cubana, que en los pasados cinco años se quedó sin sus célebres artistas de los años 50, al fallecer figuras como Ibrahim Ferrer, Pío Leyva, Compay Segundo y Rubén González, todos estrellas de Buena Vista Social Club.
Tata Güines nació el 30 de junio de 1930 en un hogar pobre de creyentes en ritos africanos, del cual provienen su amor por los tambores y el apelativo de Tata, completado con el nombre de su pueblo.
Reconocimientos
Premio Nacional de la Música en 2006, diploma al mérito artístico del Instituto Superior de Arte de La Habana, su nombre artístico fue adoptado por una marca de tambor de la fábrica de instrumentos musicales Cubaz.
Cuando conoció a Chano Pozo (1915-1948), tocaba en cualquier lugar y dormía donde lo sorprendiera la noche, tras actuar en bares de La Habana de entonces, contó en un ocasión.
En 1957 viajó a Nueva York. Trabajó con Dizzy Gillespie en el hotel Waldorf Astoria, uno de los más prestigiosos de esa ciudad estadunidenses.
Regresó a Cuba en 1959, donde se unió al grupo de jazz de Frank Emilio, para después formar su propia orquesta.