Se abrió en la colonia Ejército de Oriente y mide 11 metros de longitud y tres de profundidad

Fuga de agua ocasiona nueva grieta en la delegación Iztapalapa

Un camión repartidor de gas, con 140 cilindros, cayó en el socavón y una vivienda resultó dañada

Expertos en geofísica realizarán estudios al subsuelo de la zona; descartan riesgos latentes

Rocío González, Bertha Teresa Ramírez y Raúl Llanos

Derivado de una fuga de agua, otro socavón –de 11 metros de longitud y tres de profundidad– se abrió en la delegación Iztapalapa, ahora en la colonia Ejército de Oriente, donde quedó atorado un camión cargado con 140 tanques de gas de la empresa Express Nieto, y provocó daños en una vivienda.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 7:50 horas frente al número 14 de la calle Batallón Fijo de Veracruz, debido a la ruptura de un tubo de 12 pulgadas de diámetro de la red de agua potable, que a su vez colapsó el drenaje y causó el reblandecimiento del suelo.

Al lugar acudieron personal de Protección Civil, el Cuerpo de Bomberos y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, quienes, tras acordonar la zona, se dieron a la tarea de rescatar el vehículo y desalojar de manera preventiva a las familias que habitan en los números 10 y 11 de la calle donde ocurrió el incidente.

Como medida preventiva, se acordó colocar topes aéreos y restringir el tránsito de vehículos pesados en dicha vialidad y en la avenida Rifleros de San Luis Potosí, así como evitar la instalación de un tianguis que se coloca los martes y los sábados.

“De momento la situación está totalmente controlada; el Sistema de Aguas va a reconectar el tubo que se rompió y el drenaje será recuperado. No hay riesgo estructural”, resumió el secretario de Protección Civil, Elías Miguel Moreno Brizuela, quien junto con el jefe delegacional, Horacio Martínez Meza, realizó recorridos por la zona aledaña.

Moreno Brizuela explicó que se trata de una grieta identificada con la nomenclatura IZP-05 que recorre 70 metros en esta demarcación alrededor del Peñón del Marqués, la cual se mantiene inactiva, aunque se procedió a evaluar las condiciones de las viviendas y de las escuelas públicas como Emperador Izcóatl y la secundaria diurna 274 para confirmar que no sea necesario un desalojo.

Durante el recorrido, varios vecinos reclamaron a las autoridades capitalinas y delegacionales la falta de atención, pues a pesar de que se trata de una problemática identificada hace más de cuatro décadas, no se ha hecho nada al respecto.

Andrés Luna, de la Unidad Habitacional Ejército de Oriente, detalló que desde 2004 tuvo que abandonar su casa por los daños estructurales que presenta, pero aunque tiene que realizar los pagos correspondientes por el crédito que contrajo para adquirirla, no ha recibido ningún apoyo.

En una reunión posterior a la primera evaluación realizada por las autoridades, el coordinador del comité vecinal, Fernando Gutiérrez Guzmán, leyó un pliego petitorio a nombre de los colonos, en el que planteó algunas alternativas para mitigar los riesgos en esta zona, en la que se calcula están asentadas por lo menos mil 800 viviendas, entre las cuales destaca la restricción del paso de vehículos pesados y un dictamen técnico en el área.

Martínez Meza, por su parte, explicó que con el apoyo de un georadar y un sismógrafo, expertos en geofísica realizarán una radiografía del subsuelo en tres dimensiones para conocer la magnitud de las grietas calle por calle, y después iniciar otro estudio sobre el estado de las viviendas, para que sean sustituidas mediante un convenio con el gobierno central, que tiene disponibles dos mil créditos.

El ingeniero José Luis Hernández Dehesa, especialista del IPN, aseguró que por el momento “no hay riesgo latente y se debe mantener la calma, porque no hay movimiento de la grieta”, tras recomendar a la población mentalizar que van a convivir con esta problemática todo el tiempo.

Sin embargo, el diputado local Daniel Salazar aseguró que en poco más de un mes se han registrado cuatro hundimientos en Iztapalapa, a consecuencia de las fugas de agua, las cuales se producen debido a que las redes de distribución y de drenaje alcanzan una antigüedad de hasta 70 años, por lo que exhortó al Sistema de Aguas de la Ciudad de México a cambiar la red, o de lo contrario ocurrirán contingencias que cobren vidas humanas, como ya sucedió el año pasado.