Nueva York formó parte de la vieja liga, en la cual se coronó cuatro veces
La legendaria franquicia de la Gran Manzana vuelve a disfrutar el título
Desde 1991 no ganaba el trofeo Vince Lombardi
Comenzó la campaña perdiendo ante Dallas
Ampliar la imagen El mariscal de campo de Nueva York, Eli Manning, y el coach Tom Coughlin celebran su triunfo sobre Nueva Inglaterra en el Supertazón 42 Foto: Reuters
Ampliar la imagen Laurence Maroney (39), de Patriotas, anotó el primer touchdown Foto: Ap
Ampliar la imagen David Tyree (85) festeja tras cruzar las diagonales Foto: Ap
Ampliar la imagen Randy Moss, de Nueva Inglaterra, recibió pase de Tom Brady para poner la pizarra 14-10 en su favor Foto: Reuters
Ampliar la imagen Plaxico Burress tras lograr la anotación del triunfo para Gigantes Foto: Ap
La historia de la Liga de Futbol Americano de Estados Unidos (NFL, por sus siglas en inglés) no se puede visualizar sin la presencia de Gigantes de Nueva York, equipo fundador de la vieja Liga Nacional, donde su legendario dueño, Wellington Mara, luchó para que fuera la más exitosa del mundo.
Ahora el conjunto neoyorquino escribió otro capítulo brillante en su longeva historia, que data de 1925 con seis campeonatos (cuatro en la vieja liga, 1927, 1934, 1938 y 1956, así como los Supertazones 21 y 24), y se une a un grupo donde aparecen Pieles Rojas de Washington, Raiders de Oakland y Patriotas, al que venció este domingo.
Una franquicia legendaria que ha vivido años amargos y momentos gloriosos, que ha sabido levantarse tras duras caídas y que ha gozado las mieles de la victoria, como el 4 de octubre de 1925.
Aquel día fue el inicio de una gran historia; Gigantes blanqueó 26-0 a Nueva Inglaterra y se enfiló, en apenas su tercera temporada en la antigua NFL, a su primer título.
Los tenis, claves en la reacción
Gigantes tenía como estadio el campo Polo Grounds, donde tuvo su sede hasta 1955, y fue precisamente en ese lugar donde consiguió sus tres primeros títulos, el segundo de ellos en 1934, contra Osos de Chicago.
Osos ganaba al medio tiempo 0-13 y parecía imposible que Gigantes pudiera regresar en el partido, pero los jugadores le pidieron permiso al coach Steve Owen de utilizar tenis, pues con los tacos era imposible correr sobre el hielo.
El entrenador aceptó y su equipo salió con tenis al emparrillado para la segunda mitad; el resultado final fue Nueva York 30, Chicago 13.
En 1938 Gigantes triunfó ante Empacadores de Green Bay para obtener su tercer título y concluir una década de victorias, pero fue hasta 1956 cuando volvió a la cima de la liga.
Jim Lee Howell era el entrenador en jefe y a su lado estaban el coordinador ofensivo Vince Lombardi y como coordinador defensivo Tom Landry, con un extraordinario grupo de jugadores, como el corredor Frank Gifford y el linebacker Sam Huff.
El 30 de diciembre de 1956, ya en el Yankee Stadium, Nueva York apaleó 47-7 a Osos de Chicago, que en aquella temporada tenía como coach a Paddy Driscoll.
Los neoyorquinos llegaron después de ese campeonato a cinco finales más, pero se fueron con las manos vacías.
En 1958 Gigantes se enfrentó Potros de Baltimore, liderado por Johnny Unitas, en el que es considerado el Juego del Siglo, cuando perdió 23-17 en tiempo extra.
El equipo vino a la baja y por más de 20 años pasó sin pena ni gloria. Fue hasta 1983, con la llegada de un hasta entonces desconocido Bill Parcells que las cosas comenzaron a cambiar.
Con una extraordinaria camada de jugadores, como Phill Simms, Joe Morris, Mark Bavaro, Lawrence Taylor, Harry Carson, Carl Bank y Pepper Johnson, en 1986 ganó el título de la Conferencia Nacional.
Luego de superar a San Francisco en el juego divisional acabó por completo con Washington en la final de conferencia, y en el Supertazón 21 tuvo como rival a Broncos de Denver.
Fue una demostración total de poder de Gigantes; Wellington Mara vio coronarse nuevamente a su equipo; después de años amargos, la Gran Manzana tenía al campeón de la NFL.
Las lesiones comenzaron a hacer mella; Gigantes perdió a su corredor Joe Morris y el juego terrestre, base del equipo, se vino abajo, hasta que apareció el veterano Otis Anderson, quien se convirtió en el caballo de batalla. Todo parecía ir viento en popa, hasta que vino la lesión de Phill Simms.
El milagro se dio cuando apareció un mariscal de campo llamado Jeff Hostetler, quien guió al equipo hasta el Supertazón 25, donde enfrentó a Bills de Búfalo.
Final dramático
El final es para muchos uno de los más dramáticos en la historia de la NFL, con unos segundos en el reloj, Scott Norwood apareció para fallar el gol de campo que pudo darle la victoria a los Bills; Nueva York se quedó con el triunfo 20-19.
Luego de ese angustioso título en 1991, Parcells dejó al equipo, y con él los triunfos; luego apareció Jim Fasse, quien tuvo la fortuna de contar con un valioso grupo de jóvenes jugadores de gran talento, como el mariscal de campo Kerry Collins, el corredor Tiki Barber, el receptor Amani Toomer y el ala defensivo Michael Strahan.
Bajo su mando, Gigantes volvió a los primeros planos con el título de su división en 2000, al concluir la campaña con marca de 11-5, para después superar 20-10 a Águilas de Filadelfia en el juego divisional.
En la final de la conferencia nacional aniquiló 41-0 a Vikingos de Minnesota y se enfiló al Supertazón 35, pero Cuervos de Baltimore y su gran defensiva hicieron ver mal a Gigantes, que sucumbió 34-7 ante el poderío de los emplumados, que ganaron el trofeo Vince Lombardi.
Fassel dejó el cargo y llegó Tom Coughlin, quien contó con el apoyo total de la directiva, que trajo al joven mariscal de campo Eli Manning.
Plaxico Burress llegó vía agencia libre para convertirse en la pareja de Amani Toomer; Jeremy Schockey fue reclutado en el draft colegial para ser el ala cerrada titular Tiki Barber se retiró y su lugar fue ocupado por un tanque de nombre Brandon Jacobs.
En la defensiva, Michael Strahan recibió la ayuda de un ala defensivo con características similares a las de él, Osi Umenyiora; además, dos jóvenes se integraron a la impresionante línea defensiva, los tackles Barry Cofield y Fred Robbins.
Con estos hombres como base, Couhglin comenzó la temporada con los pronósticos en su contra, pues Vaqueros de Dallas los derrotó en la primera semana.