Usted está aquí: jueves 31 de enero de 2008 Sociedad y Justicia Debe iniciarse ya el plan de reforma de la carrera académica en la UAM

Es un proyecto que se concretará hoy o dentro de 10 años, dice el rector Lema Labadie

Debe iniciarse ya el plan de reforma de la carrera académica en la UAM

Su realización será el resultado del debate de la comunidad universitaria, confirma

Reconoce que es alta la dependencia económica de docentes con un ingreso inestable

Laura Poy Solano

Ampliar la imagen El rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, José Lema Labadie, durante la entrevista con La Jornada El rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, José Lema Labadie, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

A casi un año de haber lanzado una convocatoria para reformar la carrera académica y modificar el sistema de estímulos, ingreso, permanencia y retiro de profesores-investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el rector general, José Lema Labadie, señaló que es un proyecto que “se va a concretar hoy o dentro de 10 años, ya sea por un proceso interno o por influencia externa”.

Sin embargo, afirmó que es posible realizarlo hoy como resultado de un debate de la comunidad universitaria, el cual permita establecer nuevas bases institucionales para las siguientes décadas, de lo contrario “se corre el riesgo de que se convierta en una discusión de años y no llegar a nada”.

Advirtió que ha llegado el momento de “darle la vuelta” a la carrera académica de la institución y fomentar la realización de investigaciones multidisciplinarias, las cuales permitan “superar la etapa del trabajo individualizado”.

En entrevista con La Jornada, insistió en que las propuestas que debate la comunidad no buscan “afectar los ingresos de nadie ni quitar los apoyos que reciben los académicos, por el contrario, se trata de que los mismos recursos, sin incrementar el gasto, se distribuyan de una manera distinta”.

No obstante, reconoció que es “demasiado alta” la dependencia económica que tienen los académicos de un ingreso inestable, asociado con estímulos y becas, cuando “lo más adecuado para cualquier trabajador es tener certeza en sus ingresos económicos futuros para vivir tranquilo y desempeñarse de la mejor manera”.

Modelo, caduco

–¿Por qué impulsar una reforma de la carrera académica que cambie las reglas del juego en el trabajo docente y en la investigación?

–Existen varias razones, una externa y otra interna. La primera está directamente vinculada a la formación de nuestros propios cuadros docentes, porque a diferencia de 1974, cuando nace la UAM, sólo 10 por ciento de quienes ingresamos tenían posgrado, mientras que en el México del siglo XXI, por cada vacante se presentan por lo menos 10 aspirantes con doctorado.

“En cuanto a lo interno, tenemos un trabajo centrado en el desarrollo del individuo. Ese ha sido el punto central en la carrera académica. Tenemos un sistema basado en estímulos y becas que nos llevó a un trabajo individualizado, y hoy sentimos que ese modelo no es lo que un académico debe hacer en una universidad pública”.

–¿Cuál es el nuevo modelo que debate la universidad?

–Son muchas las propuestas, pero sin duda se busca consolidar una universidad donde el trabajo individual no sea el único, que reconozca y fomente las labores en equipo. En una institución como la UAM deben coexistir tanto los trabajos individuales de investigación, como los multidisciplinarios, pero no podemos quedarnos sólo con uno.

–¿Existe voluntad de los distintos cuerpos académicos para romper con viejos vicios en la entrega de estímulos y becas?

–Los grupos académicos sí están, por mi experiencia como docente, interesados en darle la vuelta a este sistema, porque como ocurre en el Sistema Nacional de Investigadores, que se creó en un momento crítico del país para ayudar a mejorar las condiciones de los académicos, su proceso de evaluación adolece justamente de aquello que la UAM creó antes, su sistema de carrera académica.

“Hoy esta universidad piensa que se debe empujar en otra dirección, y no es el rector general quien lo dice, creo que en la institución, de manera compartida entre muchos de los académicos, se tiene la certeza de que la investigación debe avanzar en otras direcciones”.

Los riesgos

–¿Cuáles son los riesgos de no concretar una reforma que consolide un nuevo modelo de investigación y docencia en la UAM?

–Se trata de una reforma que se va a concretar, ya sea en 10 años por influencia externa o por un proceso interno, pero creo que es importante que se realice ahora a partir de los criterios de la UAM, y permita establecer las bases para los siguientes 20 o 30 años.

“Si bien existe un riesgo de que no se concrete y se convierta en una discusión de años y no llegar a nada, creo que si logramos demostrar que hay ciertos factores que van a permitir estabilidad, mejor organización de la investigación y la docencia, así como un mejor mecanismo para rendir resultados, tengo la certeza de que la población universitaria lo verá como algo positivo”.

La docencia, minimizada

–¿La iniciativa toma en cuenta las demandas de mayor apoyo a la docencia?

–En el actual sistema hay dos aspectos que no están considerados, por un lado la docencia, que tiene un peso pequeño, y que debe tener mayor importancia, sin menoscabo de la investigación, y por otra parte, el factor de la vinculación, que es una de las actividades más importantes, porque finalmente uno de los objetivos centrales es que la universidad contribuya a la solución de los problemas de la sociedad, y la vinculación es ese paso que nos falta consolidar.

–¿Cómo se va a transformar el sistema de estímulos que se aplica actualmente en la UAM?

–Actualmente es un porcentaje que varía de acuerdo con la categoría y nivel de cada profesor, pero sin duda se trata de una gran dependencia económica en los ingresos considerados no estables de los académicos.

“Se ha convertido en un problema que preocupa a muchos investigadores e incluso los aleja de desarrollar plenamente sus tareas. Es un sistema que tiene demasiadas variables en cuanto a las fuentes de ingreso e implica, por tanto, un gasto de tiempo demasiado grande en solicitar uno, dos, tres o cuatro claves del SNI.

“Nuestra propuesta es tratar de reducir el porcentaje salarial que es inestable, así como el número de instrumentos de evaluación para darles una temporalidad más amplia, porque es claro que si una persona durante 10 o 15 años ha estado recibiendo estos estímulos, pues es confiable, y no tenemos que seguir evaluándola cada año. Hay que buscar soluciones para aligerar la carga y asegurar a la gente su ingreso.

“No podemos continuar con un sistema que alienta que un número muy importante de nuestros académicos estén dedicados de tiempo completo a hacer evaluaciones, cuando deberían dedicarse a la docencia, investigación y vinculación. Por eso creo que es un sistema muy pesado y complicado, pero que tiene soluciones para hacerlo más sencillo y rendir mejores resultados”, finalizó el rector de la UAM.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.