Se ejercitaba en un deportivo; mueren tres personas y hay dos más heridas
Asesinan en Oaxaca a jefe policiaco acusado de represor
Versiones difundidas en estaciones de radio locales culparon a la APPO y al EPR
El occiso participó en el conflicto social de 2006
Ampliar la imagen Alejandro Barrita recibió nueve disparos, cuatro en la cabeza Foto: Reuters
Oaxaca, Oax., 30 de enero. Un comando armado asesinó hoy al director de la Policía Auxiliar, Industrial, Bancaria y Comercial, Alejandro Barrita Ortiz, y a su escolta Juan Eduardo Prado Pérez, en la pista de acondicionamiento físico de la unidad deportiva Bosque El Tequio, aledaña al aeropuerto Benito Juárez.
Barrita Ortiz y su guardaespaldas, quienes vestían ropa deportiva, recibieron varios impactos de Ak-47, R-15 y pistolas .9 milímetros. Quedaron boca abajo, sin vida, sobre la pista de acondicionamiento físico. El asesinato ocurrió alrededor de las 7:45 de la mañana, mientras las víctimas trotaban frente a la estatua del héroe mixteco Tzauindanda. En la agresión participaron al menos cinco hombres parapetados en unos arcos de la barda perimetral de la unidad deportiva.
“Lo estaban esperando, fue una emboscada”, señaló el procurador general de Justicia del estado, Evencio Nicolás Martínez Ramírez.
Durante el ataque también fueron alcanzados por las balas Rafael Alonso Muñoz, empleado del gobierno, quien murió en el lugar, y Virginia Galán Rodríguez, entrenadora de atletismo y ganadora del Premio Estatal del Deporte 2003; al parecer corría al lado de Barrita Ortiz. Ella fue recogida con vida, pero murió más tarde en el hospital. El ex presidente municipal de San Pablo Huitzo, región de Valles Centrales, Omar Ríos Flores, resultó lesionado y se encuentra hospitalizado.
Tres escoltas del jefe policiaco salieron ilesos y uno más está herido. El lugar fue acordonado por agentes de la policía local y elementos del Ejército Mexicano. Al sitio acudieron agentes del Ministerio Público y peritos de diferentes especialidades para iniciar las investigaciones.
El procurador dijo que Barrita recibió nueve disparos, cuatro de ellos en el cráneo. Además, sufrió la amputación del pulgar de la mano derecha. Fueron encontrados 25 casquillos percutidos de Ak-47, 30 de R-15 y 18 de 9 milímetros, así como seis cartuchos útiles de Ak-47 y .9 milímetros. En los parabrisas de algunos vehículos se descubrieron impactos de bala.
El procurador informó que el escolta muerto trató de repeler la agresión y desenfundó su pistola de cargo, una 38 súper, y al menos la accionó en una ocasión, pero se desconoce si alguno de los atacantes resultó lesionado. Dijo que los tres escoltas ilesos y el herido están rindiendo declaración. La dependencia a su cargo abrió la averiguación previa 135/CR/2008, y subrayó que “no se descartará ninguna línea de investigación”.
En el estacionamiento de El Tequio fue asegurado un vehículo Volkswagen Cross Fox rojo, abandonado supuestamente por los agresores. Según informes no confirmados, también fue incautado un Jaguar verde.
Inmediatamente después del atentado empezaron a circular versiones, algunas recogidas en los noticieros de la radio local, sobre la supuesta participación del Ejército Popular Revolucionario (EPR) o de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Sobre lo anterior, el procurador de Justicia remarcó que no deseaba caer en especulaciones. No obstante, el secretario de Protección Ciudadana, Sergio Segreste Ríos, quien participó en la conferencia de prensa ofrecida sobre el caso, dijo que el atentado “es resultado del trabajo” de la policía en el combate al crimen organizado en la entidad. “Ser policía implica riesgos y más aún cuando se enfrenta al crimen organizado, y esto es uno de ellos”, apuntó.
A su vez, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca rechazó las imputaciones hechas en algunas estaciones de radio. “Nuestro movimiento no usa armas, lo hemos dicho reiteradamente”, afirmó su vocero, Florentino López Martínez. Agregó que la pretendida vinculación de la APPO con los hechos “son rumores salidos del propio gobierno estatal para justificar la represión” y nuevas detenciones de sus compañeros. Ante ello, llamó a organismos civiles de defensa de los derechos humanos a estar atentos, porque “se puede dar cacería de brujas”.
Barrita Ortiz, ex militar con grado de teniente, originario de Ejutla de Crespo, fue denunciado en su momento por militantes de la APPO de participar en “detenciones, desapariciones forzadas y torturas” a su paso por las barricadas instaladas en diferentes lugares de la ciudad, entre agosto y noviembre de 2006, durante el conflicto que sostuvieron con el gobierno estatal.
Los casos fueron documentados por diversas organizaciones como Amnistía Internacional, Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Comisión Civil de Observación Internacional por los Derechos Humanos.
Además, el hoy occiso fue acusado penalmente por una periodista por amenazas y hostigamiento. El jefe policiaco dirigió con mandos de otras corporaciones las ofensivas contra simpatizantes de la APPO, el 16 de julio de 2007, en las inmediaciones del auditorio Guelaguetza, donde fueron detenidas y golpeadas más de 40 personas.
También participó en las detenciones del 2 de noviembre del año pasado, en Ciudad Universitaria.
Barrita Ortiz se desempeñó como director de la Policía Preventiva del estado, en el sexenio de Heladio Ramírez López, en los años 80, y posteriormente estuvo encargado de las instalaciones del desaparecido Instituto de la Juventud Oaxaqueña. También fungió como jefe de seguridad del Congreso del estado y dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina. En 2003 fue postulado por el PRI candidato a presidente municipal de Ejutla, pero perdió la elección con el aspirante del PAN.
Según versiones, los autores del atentado dejaron un recado escrito en el lugar y llamaron al 066 para amenazar que matarían a otros dos jefes policiacos. Sin embargo, el procurador no confirmó el recado ni la llamada telefónica y dijo que la procuraduría estatal dará vista de la averiguación previa a la Procuraduría General de la República, por el tipo de armas de uso exclusivo del Ejército empleadas en el ataque.
A su vez, el gobernador Ulises Ruiz Ortiz condenó el ataque y ofreció el respaldo de su administración a los familiares de las víctimas, así como esclarecer los hechos y detener a los responsables. Subrayó que este suceso ocurrió en respuesta a “la lucha frontal contra la delincuencia organizada impulsada por el presidente Felipe Calderón”.
Resaltó que su gobierno “no bajará la guardia”, sino intensificará los operativos de la policía para “resguardar la seguridad física y patrimonial de los oaxaqueños. Nosotros no vamos a bajar la guardia, vamos a seguir incrementando operaciones y retenes con el apoyo del Ejército, la Armada y las policías federales”, concluyó.