Usted está aquí: martes 29 de enero de 2008 Cultura “Siempre espero que mi estilo sea visible y audible en la traducción”

La vocación del artista consiste en ser un viajero, dice Cees Nooteboom a La Jornada

“Siempre espero que mi estilo sea visible y audible en la traducción”

El escritor holandés se reconoce deudor de Marcel Proust y Vladimir Nabokov

El haikú es una forma japonesa que nosotros no debemos imitar, advierte el autor de la novela Perdido el paraíso

Cuando imaginamos el pasado, como creemos que fue, incurrimos en mucha ficción

Javier Molina

Ampliar la imagen El tema de Proust es que nos damos cuenta de que en el espacio tenemos un sitio muy pequeño, y en el tiempo, con la memoria, que tenemos un espacio muy largo, expresa Cees Nooteboom El tema de Proust es que nos damos cuenta de que en el espacio tenemos un sitio muy pequeño, y en el tiempo, con la memoria, que tenemos un espacio muy largo, expresa Cees Nooteboom Foto: Bengt af Geijerstam

San Cristóbal de Las Casas, Chis. Durante su reciente visita a México, platicamos con Cees Nooteboom (La Haya, Holanda, 1933), escritor de novela, poesía, cuento y crónicas de viaje.

El autor de Allerzielen, El día de todas las ánimas (1998), sostiene que una obra de arte tiene sus propias exigencias y sus propias leyes.

“Hay que seguir el instinto, el talento, la intuición, seguir a los maestros, que en mi caso son gente como Proust y Nabokov. Proust por su concepción de la memoria y Nabokov por su estilo.”

El autor afirma que el sonido, la música de las palabras es parte de la obra literaria. “Para mí el estilo es muy importante, y siempre espero que el estilo de mi obra sea visible y audible en la traducción. Nosotros solamente podemos escribir en el idioma que tenemos y para la traducción somos dependientes de los traductores.”

Sin domicilio fijo

Durante su estancia en Chiapas, la poeta Natalia Toledo pidió a Nooteboom que le escribiera unas líneas en un papalote de color.

Al respecto, el narrador holandés apuntó: “No tengo domicilio fijo”.

Luego, aclaró que la frase no era suya; “es de un poeta de la época clásica japonesa: Basho, quien vivió en el siglo XVII, es el maestro absoluto del haikú, una forma puramente japonesa que nosotros no debemos imitar.

“Pero como homenaje he escrito cuatro poemas sobre el tema del poeta japonés Basho. Durante mi estancia en Chiapas leí dos de los cuatro; en uno de ellos figura esta línea que he escrito: ‘No tengo domicilio fijo’. Basho era también un viajero, y ha escrito cosas bellísimas. Ésa es la vocación del artista, según mi punto de vista.”

Escuchamos los poemas de Cees Nooteboom en su idioma: el neerlandés.

Antes, la actriz Angélica Aragón había leído la versión en español:

“Tú, viejo maestro, puliste las piedras/ con las que das muerte a un mirlo/ tallaste del mundo una imagen que lleva tu nombre/ diecisiete piedras tal flechas/ una escuela de cantores fúnebres./ Mira junto al agua la huella del poeta/ de camino hacia la tierra nevada más interior/ mira cómo el agua la borra/ cómo el hombre del sombrero la vuelve a escribir/ y guarda agua que tiene el movimiento pasado/ una y otra vez/ para que lo perdido se conserve como algo perdido.”

El escritor eligió una forma muy diferente al haikú para escribir sobre Basho. “Son frases largas, casi alejandrinas; pero los japoneses se dieron cuenta, hace dos años, que yo había escrito sobre Basho, y me invitaron a un festival de poesía haikú, pero yo fui con mis poemas largos y ellos los tradujeron al japonés”.

El espíritu de los japoneses

Para Cees Nooteboom, Basho “pertenece a los tesoros de la humanidad”, y considera que el haikú “es una forma que es esencialmente para ellos: es su espíritu. Hay muchas personas que lo imitan y, sin duda, de vez en cuando resulta algo.

“En un festival de Tokio había también un portugués, pero es una forma que tiene que ver con la manera de vivir y con el espíritu japonés, que tiene una manera muy rápida de captar una emoción en las 17 sílabas (siete y siete y tres).

“Son muy pocas palabras, y en esta forma muy compacta hay que tener una emoción de un instante, y eso es algo que seguramente se puede imitar, pero uno no puede ser japonés.”

El escritor holandés ha estado muchos meses en Japón, ha realizado unos 12 viajes a ese país, por eso asegura que “el espíritu de los japoneses es diferente del nuestro. Compartimos mucho, pero hay algo que es suyo”.

El verdadero pasado se ha ido

–¿Qué le parece la traducción de sus libros al español?

–Pienso que son muy buenas, son de una traductora, una amiga, Isabel-Clara Lorda Vidal.

“Por eso yo estoy muy contento con Siruela, que también ha editado Siruela bolsillo, que son más baratos que los otros.

“La representante de la editorial en este encuentro (recientemente efectuado en Chiapas) me dijo que ya los habían comprado. Cuando vuelva a Europa es lo primero que diré a mi editora, que procure libros de bolsillo por aquí, sería lo mejor.”

–Walter Benjamin afirmaba que Proust no escribe de la vida tal como se ha vivido, sino tal como se recuerda.

–Sí, eso sí. Es normal, porque nosotros siempre nos imaginamos un pasado, pero el verdadero pasado ya se ha ido, y lo que hacemos después es imaginar el pasado como nosotros pensamos que era, pero, sin duda, imaginamos mucha ficción.

“El tema de Proust es que nos damos cuenta de que en el espacio tenemos un sitio muy pequeño, y en el tiempo, con la memoria que tenemos, un espacio muy largo.”

Es como lo que leemos en las últimas líneas de Por el camino de Swann: “Los sitios que hemos conocido no pertenecen tampoco a ese mundo del espacio donde lo situamos para mayor facilidad. Y no eran más que una delgada capa, entre otras muchas, de las impresiones que formaban nuestra vida de entonces; recordar determinada imagen no es sino echar de menos determinado instante, y las casas, los caminos, los paseos, desgraciadamente son tan fugitivos como los años”.

Cees Nooteboom sostiene que el escritor puede dar su punto de vista personal del mundo y del acontecer de la historia, tal como él hace en su novela Perdido el paraíso (Siruela, 2006), la cual, por cierto, abre con una cita larga de las Tesis de filosofía de la historia, de Walter Benjamín:

“Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que lo tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y éste deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona incansabablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y reconstruir lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán lo empuja irremisiblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.”

Incursión en el mundo maya

Nooteboom obtuvo el Premio Europeo de Literatura Aristeion por El cuento siguiente (1991), libro que se tradujo a más de 20 idiomas; en 2004 le otorgaron el prestigiado premio P.C. Hooft por toda su obra. En el dictamen, el jurado señaló que su prosa es la mejor que se ha producido en Holanda en los pasados 50 años.

El autor de los libros de viajes Notas de Berlín (1990), galardonado con el Premio Alemán 3 de Octubre de Literatura, y de Caminos a Santiago (1992) platica a La Jornada de este su viaje a Chiapas.

“Están bien estos encuentros, entre gente muy diversa. El año pasado estuve en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, hice un viaje a la ciudad de México y terminé en Yucatán, para ver los templos mayas (en las zonas arqueológicas de Uxmal y Chichén Itzá), sobre los que escribí algunas impresiones.

“Quise ir a Palenque, pero en ese momento el tiempo era demasiado corto y estaba muy lejos.

“Y cuando por sorpresa me invitaron a este festival en Chiapas, consideré que ésta para mí era la ocasión para poder ir, finalmente, a Palenque. Y eso está muy bien.”

 
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