Usted está aquí: martes 29 de enero de 2008 Política La industria automotriz exige detener el TLCAN

Importación de vehículos, competencia desleal, dice

La industria automotriz exige detener el TLCAN

Víctor Cardoso

No sólo el sector agropecuario intenta detener, o por lo menos diferir, la apertura prevista en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ahora organismos de la industria automotriz pidieron frenar la importación de vehículos usados, con antigüedad de hasta 10 años a partir de 2009, por considerarla competencia desleal y riesgo para la seguridad de los usuarios, por los altos niveles de contaminación que provocarán.

Las asociaciones Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) y la Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), así como la Industria Nacional de Autopartes (INA), advirtieron que a partir de enero del año entrante comenzarán a entrar unos 500 mil vehículos chatarra al año. Para dimensionar la cifra, comentaron, se debe considerar que las ventas anuales en el mercado nacional son de 48 mil unidades.

De acuerdo con lo previsto en el TLCAN, a partir de 2009 y hasta 2019 se permitirá la internación legal y gradual, sin permiso de importación ni aranceles, de autos y camiones usados cada vez de menor antigüedad. En 2009, por ejemplo, serán unidades de por lo menos 10 años; en 2011, de ocho; para 2013 se reducirá a seis, y así sucesivamente hasta 2019, cuando la mínima será de un año a la fecha de importación.

Las organizaciones, que agrupan a fabricantes de autopartes, vehículos ligeros y pesados, así como a distribuidores y loteros formalmente establecidos, hicieron un “llamado de alerta al gobierno federal sobre las implicaciones y consecuencias de la importación masiva de unidades usadas, cuyo volumen ha superado la comercialización de coches nuevos en el mercado interno”.

El presidente de la ANPACT, Juan José Guerra, representante de los fabricantes de vehículos pesados, afirmó que México no está preparado para abrir las fronteras a vehículos pesados en 2009, debido a la poca normatividad para el cuidado de la seguridad y el medio ambiente, así como a la falta de infraestructura. Por eso pidió que se difiera la apertura comercial hasta que México esté en igualdad de condiciones normativas y de infraestructura frente a sus socios comerciales.

Mientras tanto, el presidente de la AMDA, José Gómez Báez, afirmó que “del estancamiento podemos transitar rápidamente a la crisis del mercado interno”. Mencionó que las ventas no sólo han permanecido estancadas durante los últimos años, sino que sólo en 2007 cayeron 3.5 por ciento en relación con 2006, lo cual representó una disminución de casi 40 mil unidades.

Por separado, el presidente de la INA, Ramón Suárez, recordó que con el decreto presidencial de agosto de 2005, que permitió la regularización de automotores introducidos ilegalmente, con lo que se adelantó la apertura comercial a unidades usadas, se han introducido a México más de 2.8 millones de vehículos.

Eso, dijo, representa una grave contingencia ecológica, porque en su mayoría son automotores con tecnología obsoleta; generan alrededor de 10 millones de toneladas de bióxido de carbono, 200 mil toneladas de hidrocarburos no quemados y más de 550 mil de monóxido de carbono, lo cual representa un riesgo grave para la salud pública.

 
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