Usted está aquí: lunes 28 de enero de 2008 Cultura La venganza del elefante, un “mapa mental” de las inquietudes humanas

Minerva Cuevas presenta una muestra de 12 obras en la Galería Kurimanzutto

La venganza del elefante, un “mapa mental” de las inquietudes humanas

Merry MacMasters

Ampliar la imagen El pasado fin de semana la artista inauguró la exposición Minerva Cuevas en el Van Abbemuseum, en Eindhoven, Holanda El pasado fin de semana la artista inauguró la exposición Minerva Cuevas en el Van Abbemuseum, en Eindhoven, Holanda

Más que “soluciones formales”, la artista Minerva Cuevas (México, DF, 1975) busca traducir visualmente una serie de investigaciones realizadas por ella en fechas recientes a partir del concepto de sociedad.

El título La venganza del elefante –exposición de Cuevas abierta hasta el 2 de febrero en la Galería Kurimanzutto, Juan de la Barrera 116, colonia Condesa– hace alusión a la tierra, a la manera de “una revancha de lo natural, un desequilibrio”.

Con motivo de la muestra de 12 obras, algunas ellas instalaciones, el miércoles 30 a las 20 horas, en la misma dirección, Abraham Cruzvillegas, Gian Carlo Delgado Ramos, Alberto López Cuenca y la expositora conversarán sobre ecología social, geopolítica y arte.

En esa “mapa mental” que Cuevas ha trazado de sus inquietudes, una primera pieza, Canciones de orden y caos, consta de dos bocinas que dejan escuchar un concierto de insectos. En cuanto a esta referencia al orden, pero también social, la entrevistada explica: “mi investigación era sobre sociedades de insectos, que casi implicaba la imposibilidad del individuo. Esto, en referencia también a las sociedades humanas y cómo cada individuo también está compuesto de células”.

Siguiendo el recorrido, hay objetos que remiten a la ciencia: microscopios, proyecciones y aparatos ópticos hechos hace un siglo, algunos obsoletos hoy día. El uso de imágenes de archivo antiguas obedece también al interés de Cuevas por destacar “esta relación con la ciencia humana que nace más del deseo de conocimiento y la curiosidad, no por la industria, que es lo que guía en general la investigación actual”.

Para la inauguración de La venganza..., la artista concibió una escultura en hielo del volcán Iztaccíhuatl, en alusión a Ezequiel Ordóñez, “este geógrafo mexicano que en 1901 guió la investigación y las excavaciones que hicieron posible que el petróleo fuera explotable comercialmente”.

La obra da pie a su trabajo sobre las chapopoteras naturales en México. En ellas, Cuevas descubrió la posible existencia de chapopote, es decir, petróleo, en el centro, inclusive, “debajo del Banco de México”.

En otra sección de la muestra hay objetos chapopotados. Un pequeño cuadro del Popocatépetl, intervenido por Cuevas, que se refiere de nuevo a la geología, los volcanes y su historia: “En algún momento el Iztaccíhuatl se estaba deshielando por intervención humana. A diario subían 50 burros a traer la nieve que se usaba para hacer las nieves de frutas”.

La cortina exterior de la galería luce un mural que parte del logotipo de Pemex, alusivo al contenido de la exposición. Sus referencias al calentamiento global y la ecología se vinculan a lo político y lo social, porque “los problemas ecológicos parten de un problema social. Casi son la consecuencia, no un elemento aislado”.

Muchos de los materiales de Cuevas fueron coleccionados en tiendas de antigüedades, Internet o con especialistas. Para ella representan “rescates”.

 
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