Fue perseguido durante 15 años; se le vincula con la muerte de Posadas Ocampo
Detienen en Tijuana a El Popeye, sicario de los hermanos Arellano Félix
Ampliar la imagen Alfredo Araujo Ávila, El Popeye, capturado en un operativo policiaco-militar Foto: Atahualpa Garibay
Una denuncia anónima hizo posible que luego de casi 15 años de ser considerado prófugo de la justicia, por haber participado en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, Alfredo Araujo Ávila, El Popeye, uno de los más importantes sicarios del cártel de los hermanos Arellano Félix en la década de los 90, fue detenido este sábado en la ciudad de Tijuana, Baja California, por efectivos del Ejército Mexicano y policías estatales.
De origen estadunidense, El Popeye conformó en el barrio Logan Heights, de San Diego, un comando armado para asesinar en mayo de 1993 a Joaquín El Chapo Guzmán en el aeropuerto de Guadalajara. Sin embargo, durante la balacera que tuvo lugar en el estacionamiento de esa terminal aérea, los pistoleros dieron muerte al cardenal Posadas Ocampo, creyendo que era el líder del cártel de Sinaloa, según la versión oficial.
Tras la agresión, los sicarios huyeron en un vuelo comercial hacia Tijuana, donde continuaron brindando protección a los hermanos Ramón, Benjamín y Francisco Javier Arellano Félix.
En ese contexto, en noviembre de 1997, El Popeye participó de nuevo en un atentado que tuvo repercusiones nacionales, pues se supone que fue el encargado de organizar un ataque contra Jesús Blancornelas, quien en esa época era codirector del semanario Zeta, de Tijuana.
En ese ataque perdieron la vida Luis Lauro Valero, escolta del periodista potosino, y el sicario David Barrón Corona, El Ch, a causa de una bala de sus propios cómplices.
A pesar de los crímenes que cometió y de ser supuestamente uno de los hombres más buscados por las autoridades federales, Araujo Ávila vivió tranquilamente en su casa, ubicada en el número 104 de la calle Sarabia, de la colonia Obrera de Tijuana.
Tras la muerte de El Ch, Araujo Ávila tomó el control de las células de sicarios que operaban para el cártel de los hermanos Arellano Félix, tanto en territorio mexicano –sobre todo en Baja California y Sinaloa– como en California, Estados Unidos.
Aparentemente, El Popeye era un fantasma en Tijuana, ya que vivía en libertad, a pesar de que en esa ciudad fronteriza desde enero de 2007 se instrumentó un operativo en el que participan 3 mil efectivos de las fuerzas armadas, policía federal y corporaciones estatales y municipales.
Ayer fue detenido en su domicilio, donde se le decomisaron armas; metanfetaminas; equipo de intercomunicación; credenciales de la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana bajo la identidad de Víctor Gamaliel López, subjefe policiaco de la delegación San Antonio de los Buenos, así como credencial y placa de la Policía Ministerial de Baja California con cargo de agente, a nombre de Elías Marcial Hernández. Las autoridades policiales advirtieron que los documentos son apócrifos.
Una denuncia anónima permitió a los agentes estatales y efectivos militares capturar a uno de los principales sicarios de los Arellano Félix, de acuerdo con el comandante de la segunda Región Militar con sede en Tijuana, el general Germán Redondo Azuara.
Araujo Ávila, identificado como el hombre de confianza de Benjamín Arellano Félix, cuenta en México con una orden de aprehensión por el delito de homicidio –la número 1885 en la averiguación previa 19/1998/1 y la causa penal 36/1998–, y en Estados Unidos, por tráfico de drogas y armas.
El Popeye formó parte de una de las bandas de sicarios, que en su momento llegó ser considerada sanguinaria, y que controlaba el tráfico de droga en 15 estados del país.