La gordura, principal problema de salud en la isla
Reino Unido pone en marcha plan contra la obesidad
Londres, 25 de enero. Preocupado por la creciente obesidad en el Reino Unido –que tendrá unos 13 millones de obesos en 2010–, el gobierno anunció esta semana un plan que incluye medidas como dar incentivos económicos a quienes tienen gran sobrepeso para que adelgacen, así como impartir clases de cocina en las escuelas.
La obesidad se ha convertido “en el principal problema nacional de salud pública” en el Reino Unido, afirmó el ministro de Salud, Alan Johnson, tras anunciar esta semana un plan para enfrentar este creciente problema.
Alrededor de una cuarta parte de la población del Reino Unido actualmente es obesa.
El porcentaje de niños con este problema aumentó más de 40% entre 1995 y 2004, informó el gobierno de Gordon Brown, el cual se comprometió a invertir 372 millones de libras (cerca de 550 millones de dólares) para combatir la gordura infantil.
Entre los incentivos previstos –cuyo objetivo es regresar la obesidad a los niveles registrados en 2000–, figuran también medidas en los lugares de trabajo, como el pago de incentivos o trofeos para quienes pierdan algunos kilos.
La obesidad cuesta cada vez más al sistema nacional de salud y a las empresas, por lo que el gobierno calcula que ofrecer incentivos económicos a los obesos para que pierdan peso, puede ser rentable a la larga rentable.
La estrategia del gobierno incluye también una campaña de 150 millones de dólares, cuyo blanco es la comida chatarra (alimentos excesivamente ricos en grasas y azúcares), al tiempo que tratará de animar a miles de británicos sedentarios a caminar y utilizar la bicicleta en lugar del automóvil.
La tendencia a la obesidad parece abrumadora: según un reciente estudio del Departamento de Salud, uno de cada tres adultos y 20% de los menores de 15 años padecerán un peso execesivo en 2010 y sufrirán enfermedades relacionadas con este problema, como diabetes, cáncer o ataques cardiacos.
El plan gubernamental para reducir la obesidad infantil en los próximos 12 años incluye trabajar con los padres de familia y las escuelas para enseñarlos a sustituir las grasas y las frituras por comida más sana.
Aunque la propuesta de pagar para perder peso ha sido criticada por expertos y diputados de la oposición –que no creen que el plan logre su objetivo–, las cifras sugieren que, si no se hace algo, a mediados de este siglo la mayoría de los británicos serán obesos.
La comida chatarra gana cada vez más terreno entre los británicos, que son, después de los estadunidenses, los mayores consumidores de comida rápida en el mundo. Un informe reciente reportó que los restaurantes en Gran Bretaña de la cadena estadunidense de comida rápida McDonald’s recibieron un total de 88 millones de visitas en 2007, 10 millones más que en el año anterior, lo que significa 320 mil nuevos clientes diarios.
El problema de la gordura es tan inquietante que expertos del Queen’s Medical Centre incluso han sugerido medidas como gravar los alimentos con un alto contenido de grasas, azúcar y sal, porque aseguran que permitiría salvar cada año más de tres mil vidas, al reducirse el número de enfermedades cardiovasculares.