Usted está aquí: sábado 26 de enero de 2008 Mundo Atentado explosivo en Beirut mata a un alto oficial, a su guardaespaldas y a dos civiles

Los autores buscan socavar las instituciones democráticas, afirma la Casa Blanca

Atentado explosivo en Beirut mata a un alto oficial, a su guardaespaldas y a dos civiles

Es el decimotercer ataque en tres años contra políticos, empresarios y militares antisirios

El capitán Wisam Eid investigaba asesinatos cometidos en los últimos 24 meses en Líbano

Afp, Dpa y Reuters

Ampliar la imagen Soldados libaneses custodian la escena del atentado explosivo. En el coche destrozado hay un cadáver cubierto con una sábana Soldados libaneses custodian la escena del atentado explosivo. En el coche destrozado hay un cadáver cubierto con una sábana Foto: Ap

Beirut, 25 de enero. Un alto oficial del servicio de seguridad interior (FSI) de Líbano fue asesinado hoy en un barrio cristiano de la periferia de Beirut, en el decimotercer atentado cometido en los tres últimos años contra políticos, militares, empresarios y periodistas, la mayoría abiertamente opositores a la intervención siria en Líbano.

El capitán Wisam Eid, de 31 años, y su guardaespaldas fallecieron en la explosión ocurrida después de las 10 de la mañana, así como otras dos personas que estaban en el momento del ataque en el barrio de Hazmieh, donde se encuentran varias embajadas y residencias de diplomáticos.

Eid, quien investigaba asesinatos cometidos en los últimos 24 meses por presuntos agentes pro sirios, había logrado escapar a un intento de asesinato hace dos años, cuando lanzaron una granada de mano hacia su hogar en Beirut, según fuentes oficiales.

La serie de ataques contra personajes de la vida pública libanesa comenzó el 14 de febrero de 2006, cuando el primer ministro Rafik Hariri fue asesinado junto con otras 22 personas al estallar un coche bomba.

Según un ex integrante de la comisión internacional que investigó el asesinato de Hariri, “Eid había proporcionado información” sobre ese caso.

Desde hace varios años, Líbano había tratado de mantener la estabilidad política y la paz con un balance entre fuerzas políticas antisirias y otras favorables al país vecino del norte, que a su vez se enfrenta a los cuestionamientos de Israel y Estados Unidos por su presunto apoyo a organizaciones radicales islámicas.

Esas fuerzas se han ubicado tanto en el gobierno libanés como en el Parlamento, aunque en las fuerzas armadas y los servicios de seguridad interior, los altos mandos se ubican aparentemente del lado antisirio.

“Este atentado no nos impedirá continuar con nuestra misión de proteger el país y garantizar la seguridad”, dijo el general Ashraf Rifi, jefe de las FSI. El último asesinato de un funcionario antisirio fue el de François Hajj, jefe de operaciones del ejército, el 12 de diciembre del año pasado.

Además de haber padecido la invasión israelí en el verano de 2006 –con la intención de aniquilar al movimiento islámico Hezbollah, presunto aliado de Siria–, Líbano está sumido en su peor crisis política desde el fin de la guerra civil de 1975-1990.

Las instituciones políticas están paralizadas desde hace más de un año tras la dimisión de todos los ministros de la oposición y la presidencia de la república está vacante desde el pasado 24 de noviembre.

Desde Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, afirmó que los responsables del ataque “buscan socavar las instituciones de Líbano, el proceso democrático y demorar más la elección de un nuevo presidente libanés”

Más tarde, desde Colombia, donde realiza una visita oficial, la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, señaló que Líbano “ha sufrido por mucho tiempo la injerencia extranjera”, aunque no mencionó específicamente a país alguno.

 
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