El costo sería muy alto; habría que importar maquinaria y combustible
La tierra agrícola de Cuba no es apta para producción masiva: Fidel Castro
Una parte está ociosa e infestada de una planta nociva; jornaleros huyen del campo
La Habana, 25 de enero. Más de medio año después de que el gobierno interino de Raúl Castro abrió una discusión que puso el acento en la necesidad de explotar al máximo el campo, Fidel Castro dijo hoy que las tierras agrícolas de Cuba “no son aptas” para una masiva producción de granos y que la solución a los problemas del país no está “a la vuelta de la esquina”.
“Para producciones comerciales de granos en gran escala, como requieren las necesidades de una población de casi 12 millones de personas, nuestras tierras no son aptas y el costo en máquinas y combustibles que el país importa, con los actuales precios, sería muy alto”, dijo Fidel Castro en un artículo, difundido el viernes.
Castro compartió la idea de reducir costos para cumplir los compromisos nacionales en productos como el azúcar. “Pero ni soñar, por ello”, señaló, “que las soluciones de nuestros problemas no son fáciles y no están a la vuelta de la esquina”.
Aunque aún se desconocen detalles sobre posibles reformas económicas dentro del sistema, Raúl Castro y otros dirigentes han insistido en incrementar la producción local de alimentos para sustituir importaciones.
El año pasado el campo recibió una inyección de recursos, cuando el gobierno liquidó un adeudo con los agricultores privados y las cooperativas y aumentó precios al productor para la leche y la carne vacuna.
Una porción de tierra cultivable está ociosa e infestada de una planta perniciosa; faltan vehículos y maquinaria y los obreros agrícolas ganan más trabajando para los campesinos privados que para las cooperativas, donde escasea la fuerza laboral, todo lo cual desemboca en una baja producción agrícola, de acuerdo con estimaciones del sector.
Con un tercio de la tierra cultivable, los campesinos privados producen el 88 por ciento del maíz y del frijol, el 36 por ciento del arroz, el 71 por ciento de la carne porcina, el 62 por ciento de las hortalizas y el 60 por ciento del café, entre otros resultados, según informes oficiales.
Al arrancar la discusión, en el primer semestre de 2006, la prensa local reportó posibles líneas de acción como reformas legales para explotar las tierras ociosas, nuevos mecanismos de organización más eficientes y una oferta de combustible, sistemas de riego e insumos para las cooperativas de crédito y servicios (productores independientes).
En medios académicos circulan iniciativas como que el Estado ceda la gestión productiva a los campesinos y se estimule la fuerza laboral agrícola; el empleo de remesas en pequeñas y medianas inversiones familiares; la creación de cooperativas de servicios urbanos y en los sectores subsidiarios de la industria; un balance del papel del mercado y el racionamiento en la distribución y una apertura a la inversión extranjera en sectores alimentadores del turismo.
Fidel Castro dijo en su artículo que en Cuba no hay fuerza laboral para aplicarla intensivamente en la producción de granos, como en China y Vietnam. Aquí “hace mucho rato que abandonaron el campo los cortadores de caña y los trabajadores de los cafetales de las montañas”.
Cuba importa unos mil 700 millones de dólares anuales en alimentos y sólo a Estados Unidos le comprará este año 600 millones de dólares, según anunció el presidente de la importadora Alimport, Pedro Alvarez