La supremacía estadunidense llegó a su final
El capitalismo necesita más supervisión: Soros y Gates
Las empresas deberían ofrecer servicios y productos para los pobres, plantea el presidente de Microsoft
Ampliar la imagen Bill Gates, presidente de Microsoft, en su conferencia de ayer ante el Foro Económico Mundial Foto: Ap
Nueva York, 24 de enero. Dos de los hombres más ricos del planeta lanzaron por separado llamados a una mayor supervisión del capitalismo mundial, y cada uno indicó que ese sistema no funciona bien para sí mismo ni para los pobres si se deja proceder por sí solo.
Más grave aún, uno de ellos concluye que éste es el fin de la era de la supremacía estadunidense.
En intervenciones en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, y en artículos y entrevistas recientes, George Soros y Bill Gates emitieron llamados para, al parecer, salvar al sistema del sistema.
Soros, el financiero y filántropo multimillonario, famoso por su especulación monetaria, pidió un “nuevo sheriff” para el sistema financiero mundial, y declaró en Davos que la ausencia de restricciones sobre el mercado habían causado no sólo una crisis, sino “un fin de una era”.
En un artículo publicado ayer por el Financial Times, titulado: “La peor crisis del mercado en 60 años”, Soros explica: “la crisis actual marca el fin de una era de expansión de crédito basado en el dólar como la moneda internacional de reserva”. Afirma que las crisis periódicas anteriores eran parte de un proceso de auge y desplome, pero que “la crisis actual es la culminación de un súper-boom que ha durado más de 60 años”.
Afirma que los “fundamentalistas creen que los mercados tienden hacia el equilibrio, y que el interés común es mejor servido al permitir que los participantes promuevan su autointerés. Es una mala concepción obvia, porque fue la intervención de las autoridades que previnieron la descomposición de los mercados financieros, no los mercados mismos”. Sin embargo, señala que el fundamentalismo del mercado surgió como la ideología dominante en los ochenta, al globalizarse los mercados financieros.
Pero la globalización permitió que Estados Unidos succionara los ahorros del resto del mundo “y consumiera más de lo que producía”, y se elevó el déficit de la cuenta corriente hasta llegar a 6.2 por ciento del PNB para 2006.
Los mercados financieros, dice Soros, instaron a los consumidores a endeudarse cada vez más con más instrumentos sofisticados, y las autoridades apoyaron este proceso, mientras las regulaciones sobre estas actividades se desvanecieron progresivamente desde 1980. Ahora, la “expansión de crédito tiene que ser seguida por un periodo de contracción, ya que algunos de los nuevos instrumentos de crédito y sus prácticas no son sanas ni sostenibles”.
Concluye que “aunque una recesión en el mundo desarrollado ahora es más o menos inevitable, China, India y algunos países productores de petróleo están en un contrasentido muy fuerte. Entonces, es menos probable que la actual crisis financiera cause una recesión global que un realineamiento radical de la economía global, con un declive relativo de Estados Unidos y el surgimiento de China y otros países en el mundo en vías de desarrollo”.
Pero advierte: “el peligro es que las resultantes tensiones políticas, incluyendo el proteccionismo estadunidense, podrían irrumpir en la economía global y llevar al mundo a una recesión o peor”.
Mientras tanto, Gates, el segundo hombre más rico del mundo (después de Carlos Slim, según Forbes) ha concluido que el capitalismo sin brújula o dirección no puede solucionar los problemas sociales de la mayoría del mundo. Miles de millones después, Gates de pronto reconoce que el sistema que ha sido tan maravilloso para algunos, ha ofrecido muy poco para muchos, y ahora tiene una receta.
“Tenemos que encontrar una manera para hacer que los aspectos del capitalismo, que sirven a la gente más rica, sirva a los pobres también”, declarará Gates ante los reunidos en Davos, según un borrador de su discurso divulgado por el Wall Street Journal. Para lograrlo, propone que los empresarios y sus corporaciones se dediquen más a los asuntos de la pobreza. “Si podemos dedicarnos durante las primeras décadas del siglo XXI a buscar propuestas que satisfagan las necesidades de los pobres en maneras que generan ganancias para los negocios, habremos encontrado una forma sustentable de reducir la pobreza en el mundo”, dirá hoy en Davos, según el discurso.
En entrevista con el Wall Street Journal, Gates afirmó que no está llamando por ningún cambio fundamental en la manera que funciona el capitalismo, sino que busca convencer a empresarios de que hay un mercado enorme en la parte baja de la pirámide socioeconómica mundial. O sea, las empresas deberían hacer negocio en ofrecer servicios y productos para los pobres. “Tal sistema tendría una misión dual: generar ganancias y también mejorar las vidas para aquellos que no se benefician plenamente de las fuerzas del mercado”, explicó al Journal.
“Tenemos que encontrar un camino para hacer que los aspectos del capitalismo que benefician a los más ricos también beneficien a los más pobres. Me gusta llamar a esta idea capitalismo creativo”, dijo ayer en el foro de Davos.
El presidente y cofundador de Microsoft Corp. indicó que las empresas deben trabajar con los gobiernos y con organizaciones sin fines de lucro para frenar la pobreza mundial e impulsar más innovaciones tecnológicas para aquellos que no tienen acceso a esas tecnologías.
“Esta es la manera como veo al mundo y debería aclarar una sola cosa: tengo optimismo, pero soy un optimista impaciente. El mundo está mejorando, pero no ha mejorado lo suficientemente rápido y no ha mejorado para todos”, agregó.
Al parecer, Gates ha descubierto un nuevo mercado: los pobres. Y al incorporarlos al “sistema”, todos ganan.
Entre Soros y Gates, parece que el sistema capitalista puede ser rescatado. Pero para hacerlo, se necesita más supervisión y más dedicación para resolver las consecuencias de sus propias travesuras.
¿Será que la mano invisible requiere de una mano visible?
Bono se confiesa con Gore
Davos, Suiza. Que el líder de la lucha contra el calentamiento del planeta, Al Gore, te visite en tu casa equivale a prestarte a una experiencia de culpa y autoflagelación, confesó el roquero irlandés Bono.
El líder del grupo U2 compartió el escenario con el ex vicepresidente estadunidense en la reunión anual de Davos, y bromeó acerca de que su amistad es una fuente constante de presiones en el frente doméstico. Gore “ha estado en mi casa y es como (...) bueno, aquí ha llegado el reciclador Al, ya saben (...) Tengo un auto lujoso, pero funciona a etanol, Al”, dijo Bono.
Bono admitió que una carrera en el rock no siempre es compatible con un estilo de vida ecológico, y comparó una conversación con Gore con un acto de arrepentimiento religioso. “Es como estar con un cura irlandés. Uno empieza a confesar sus pecados”, afirmó, según reporte de Afp.
Bono y Gore viajaron a Davos para impulsar sus campañas respectivas de alivio de la pobreza y reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero.
La corrupción cuesta 5% del PIB mundial
El costo de la corrupción mundial equivale a más de 5 por ciento del producto interno bruto global, lo cual representa 2.6 billones de dólares, de acuerdo con un comunicado del Foro Económico Mundial.
Según el documento, que se basa en datos de la organización no gubernamental Transparencia Internacional, la corrupción y el abuso de confianza es el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social en el mundo. “Distorsiona mercados, frena el crecimiento mundial, degrada a la democracia y socava el imperio de la ley”, indica el texto.
Con base en los datos de Amnistía Internacional, en la industria hay 17 sectores donde se observa mayor corrupción, entre ellos el de la agricultura, el sector forestal y la pesca, así como el de las tecnologías de la información.
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