Editorial
Foro Social Mundial: reflexión necesaria
Este martes arrancó en el Zócalo de la ciudad de México el Foro Social Mundial (FSM), que se celebra simultáneamente en los cinco continentes, alternativo al Foro Económico Mundial realizado en Davos, Suiza. El encuentro, donde participan diversos movimientos sociales y organizaciones civiles de todo el orbe, plantea un espacio para el libre debate y la exposición de ideas, críticas, cuestionamientos y presentación de alternativas al modelo depredador del neoliberalismo que impera en numerosos países, incluido el nuestro. En el caso de México, según han anunciado los organizadores, se pondrá especial énfasis en los temas relacionados con las violaciones a los derechos humanos.
Cobra relevancia que este foro se realice dentro de un contexto particularmente desalentador para la economía global, como se vio reflejado al inicio de esta semana, con los estrepitosos descensos que sufrieron los mercados bursátiles de todo el mundo, incluido el del país: el índice de precios y cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores tuvo una caída superior a 5 por ciento, lo que le representó la pérdida del total de los avances logrados en 2007. Estos indicios de una crisis económica mundial, originada por los quebrantos en Estados Unidos, hacen pertinente –hoy más que nunca– cuestionar la viabilidad de un modelo diseñado para beneficiar a los dueños de las grandes fortunas y acaso a las clases medias estadunidenses y europeas, pero que en los países menos desarrollados –como el nuestro– ha provocado un empobrecimiento sostenido de la mayoría de la población y una insultante concentración de la riqueza en unas cuantas manos.
De igual forma, es pertinente la discusión sobre las violaciones a las garantías individuales dentro del contexto de los gobiernos neoliberales. En México, desde hace cinco lustros, los empeños de los sucesivos gobiernos por ceñirse a los preceptos de la receta neoliberal han conducido al país a un ambiente propicio para el desconocimiento y la violación de los derechos humanos de amplios sectores de la sociedad; hoy, el grupo que detenta el poder lleva a cabo una campaña para colocar el sector energético en manos de la iniciativa privada; un constante hostigamiento e intromisión a la vida interna de los sindicatos; una militarización alarmante, supuestamente en aras de combatir al crimen organizado, y la promoción de iniciativas de ley contrarias a las libertades ciudadanas y al estado de derecho. Además, con la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y tras más de dos décadas de abandono gubernamental al campo mexicano, se ha colocado en un escenario de desastre social a los habitantes de los entornos rurales. Todas esas acciones, en conjunción con las políticas económicas antipopulares puestas en marcha en los últimos sexenios, son signos de gobiernos que ejercen sus funciones de espaldas a las necesidades y a los derechos de la ciudadanía.
Ante tal circunstancia, cabe saludar el de-sarrollo de foros como el FSM. Es de esperar que los señalamientos que surjan durante esta semana durante el evento planteen alternativas y cauces de acción para hacer frente a un modelo orientado a la apropiación privada de la riqueza pública, al saqueo de los recursos humanos y naturales, a la sobrexplotación de la fuerza laboral y a la depauperación de los sectores mayoritarios.